Como todos sabemos, Roma no se limitó a conquistar las tierras próximas a sus dominios, ni siquiera aquellas bañadas por el mediterráneo. Durante el reinado de Trajano sus fronteras llegaban desde el océano Atlántico hasta las orillas del mar Caspio, el mar Rojo y el Golfo Pérsico; desde Britania hasta el Sahara y de allí hasta el próximo y medio oriente, para conectar con Nabateos, Armenios y Sasánidos, subiendo hacia el norte hasta las tierras de los Alanos, Godos y Vándalos y llegando junto a los pueblos bárbaros germanos. Con una ocupación aproximada de 7 millones de Km2. Roma llegó a dominar civilizaciones históricas, como los Cartagineses, Fenicios, Griegos y hasta Egipto y Mesopotamia. También Britania, la Galia y toda la cornisa africana fue arrasada por ellos. Sin embargo, quien mucho abarca poco aprieta y unido esto al relax y la buena vida a la que dedicaron sus últimos años, provocó que los pueblos bárbaros del norte acabaran con ese sueño imperial.
Nos limitaremos a señalar que fueron nada menos que 54 provincias las que fueron romanas en uno u otro momento de la Historia y al decir provincias nos referimos a todo un país y muchas veces, incluso a varios de ellos. Sin embargo, en esta entrada se hace hincapié a una zona poco conocida de la expansión romana y de ahí el interés en escribir sobre la misma. Se trata de la parte africana más occidental, que los romanos denominaron Mauritania Tingitana.
Concretamente, la protagonista de esta entrada, es la ciudad de Volúbilis. Aunque mucho se ha escrito de la conquista de Cartago y la total aniquilación de los cartagineses por parte de Roma, no es tan conocido que unos y otros llegaron a conquistar buena parte del Reino de Mauritania, al noroeste del continente africano, hoy tierras del reino de Marruecos.
Los restos arqueológicos de esta ciudad romana, se alzan orgullosos al sur de esta región, a tan solo 4 Km. de Mulay Idris, la ciudad santa de Marruecos y a 33 Km. al noroeste de Meknés, en la meseta de Saïs, una región situada entre el Medio Atlas y las colinas pre-rifeñas del norte africano. Sin embargo, cuando los romanos llegaron a la región, Volúbilis ya estaba allí... Nos cuenta la Historia que con el nombre de Oulili, esta ciudad fue fundada en el siglo III a.C. por los cartagineses, aunque fue ocupada por los romanos tras la destrucción de Cartago.
Gobernando César Augusto, éste cedió a Juba II, rey de Mauritania, las tierras norteñas en agradecimiento a su ayuda contra las tribus locales, con lo cual Volúbilis pasaba a convertirse en una de las capitales del reino mauritano.
En el año 24 el rey Ptolomeo, hijo de Juba II, apoyó a los romanos contra las tribus norteñas declaradas en rebeldía, como décadas antes lo hizo su padre. El Senado romano, agradecido por su ayuda le entregó un cetro de oro que le reconocía como rey, aliado y amigo. En el año 40 fue invitado por el emperador Calígula a Roma pero, habiendo acudido a un espectáculo en el anfiteatro con una capa púrpura que causó la admiración del público Calígula, celoso, ordenó su ejecución y se anexionó el reino de Mauritania. Así eran las cosas en aquellos tiempos...
Arco de Caracalla.
La producción y comercio de aceite de oliva y trigo le dieron gran prosperidad a Volúbilis, motivo por el cual se convirtió en ciudad principal del interior de la provincia, en la que se centraba el poder administrativo. Por todo ello se vio dotada de interesantes construcciones, basílica, foro, templos, arco del triunfo y por supuesto el consiguiente acueducto que llevaba el agua a la ciudad. En tiempos de Marco Aurelio incluso estaba amurallada.
Dentro de las ruinas se han encontrado numerosos restos de la actividad comercial de la época romana y concretamente graneros y varios molinos y prensas de aceite. También parece ser que la ciudad de Volúbilis era destino inicial del comercio de animales salvajes africanos, con destino a los diferentes circos romanos.
A pesar de su esplendor, hacia el año 285, el emperador Diocleciano perdió el interés en las tierras del interior africano y ordenó el abandono de la zona al sur de Lixus (Larache) por lo que funcionarios y gente principal abandonaron la zona estableciéndose en la capital de Tingis (Tánger). El abandono de Roma no supuso la desaparición de Volúbilis, que siguió habitada hasta la llegada de los árabes en el siglo VII pero, al cesar los trabajos de mantenimiento del acueducto, no tardó en producirse su deterioro y los habitantes abandonaron las zonas altas de la ciudad para situarse más próximos al río. En pocas décadas toda la población estaba asentada al oeste de la ciudad original, por lo que se amuralló la nueva zona separándola de la parte abandonada.
En el año 631, ocupada la región por los árabes, instalan una importante guarnición en Volúbilis y hasta llega a instalarse en el 789 Idris I, biznieto de Mahoma, motivo por el cual la ciudad recupera su antiguo nombre de Oulili. Al mismo tiempo inicia la construcción de la ciudad de Fez donde moriría envenenado dos años después, cuando su hijo Idris II todavía no había nacido. Hasta los 11 años de edad ejerció la regencia Rasid, esclavo y protector de su padre, único en el que Idris I confiaba. Al fallecimiento de Rasid en 803 Idris II, con solo 12 años, ya tuvo que defenderse del jefe bereber Ibrahim al-Aglab que quería hacerse con el poder. Sofocada la rebelión, en el año 807, traslada la capital del reino de Oulili (Volúbilis) a Fez, ciudad que creció rápidamente, al tiempo que Volúbilis se marchitaba.
La ciudad resiste hasta principios del siglo XVIII, cuando el sultán alauita Muley Ismail empieza a utilizar sus restos arqueológicos para la construcción de la nueva capital, Mequinez (Meknes). A merced del nuevo mandatario, millones de piedras labradas fueron arrancadas de su lugar original y trasladadas a la nueva ciudad.
Volúbilis agonizaba, pero el golpe definitivo llegaría pocos años después cuando en 1.755, ya prácticamente despoblada, se produjo un importante terremoto que la asoló por completo. De la grandeza de Volúbilis, nos hablan las 20 hectáreas que ocupan sus majestuosas ruinas y las muchas piezas que guarda el museo de Rabat.
A pesar de todas las desgracias y del expolio sufrido, Volúbilis aún contiene importantes restos de numerosos monumentos de gran interés arqueológico. El foro, la basílica del siglo II, el templo de Júpiter, el Arco del Triunfo, Mercado y numerosas residencias de ricos ciudadanos con sus mosaicos y bustos. En fin, ¡quien tuvo, retuvo...!
EL ULTIMO CONDILL
Concretamente, la protagonista de esta entrada, es la ciudad de Volúbilis. Aunque mucho se ha escrito de la conquista de Cartago y la total aniquilación de los cartagineses por parte de Roma, no es tan conocido que unos y otros llegaron a conquistar buena parte del Reino de Mauritania, al noroeste del continente africano, hoy tierras del reino de Marruecos.
Los restos arqueológicos de esta ciudad romana, se alzan orgullosos al sur de esta región, a tan solo 4 Km. de Mulay Idris, la ciudad santa de Marruecos y a 33 Km. al noroeste de Meknés, en la meseta de Saïs, una región situada entre el Medio Atlas y las colinas pre-rifeñas del norte africano. Sin embargo, cuando los romanos llegaron a la región, Volúbilis ya estaba allí... Nos cuenta la Historia que con el nombre de Oulili, esta ciudad fue fundada en el siglo III a.C. por los cartagineses, aunque fue ocupada por los romanos tras la destrucción de Cartago.
Gobernando César Augusto, éste cedió a Juba II, rey de Mauritania, las tierras norteñas en agradecimiento a su ayuda contra las tribus locales, con lo cual Volúbilis pasaba a convertirse en una de las capitales del reino mauritano.
En el año 24 el rey Ptolomeo, hijo de Juba II, apoyó a los romanos contra las tribus norteñas declaradas en rebeldía, como décadas antes lo hizo su padre. El Senado romano, agradecido por su ayuda le entregó un cetro de oro que le reconocía como rey, aliado y amigo. En el año 40 fue invitado por el emperador Calígula a Roma pero, habiendo acudido a un espectáculo en el anfiteatro con una capa púrpura que causó la admiración del público Calígula, celoso, ordenó su ejecución y se anexionó el reino de Mauritania. Así eran las cosas en aquellos tiempos...
Arco de Caracalla.
La producción y comercio de aceite de oliva y trigo le dieron gran prosperidad a Volúbilis, motivo por el cual se convirtió en ciudad principal del interior de la provincia, en la que se centraba el poder administrativo. Por todo ello se vio dotada de interesantes construcciones, basílica, foro, templos, arco del triunfo y por supuesto el consiguiente acueducto que llevaba el agua a la ciudad. En tiempos de Marco Aurelio incluso estaba amurallada.
Dentro de las ruinas se han encontrado numerosos restos de la actividad comercial de la época romana y concretamente graneros y varios molinos y prensas de aceite. También parece ser que la ciudad de Volúbilis era destino inicial del comercio de animales salvajes africanos, con destino a los diferentes circos romanos.
A pesar de su esplendor, hacia el año 285, el emperador Diocleciano perdió el interés en las tierras del interior africano y ordenó el abandono de la zona al sur de Lixus (Larache) por lo que funcionarios y gente principal abandonaron la zona estableciéndose en la capital de Tingis (Tánger). El abandono de Roma no supuso la desaparición de Volúbilis, que siguió habitada hasta la llegada de los árabes en el siglo VII pero, al cesar los trabajos de mantenimiento del acueducto, no tardó en producirse su deterioro y los habitantes abandonaron las zonas altas de la ciudad para situarse más próximos al río. En pocas décadas toda la población estaba asentada al oeste de la ciudad original, por lo que se amuralló la nueva zona separándola de la parte abandonada.
En el año 631, ocupada la región por los árabes, instalan una importante guarnición en Volúbilis y hasta llega a instalarse en el 789 Idris I, biznieto de Mahoma, motivo por el cual la ciudad recupera su antiguo nombre de Oulili. Al mismo tiempo inicia la construcción de la ciudad de Fez donde moriría envenenado dos años después, cuando su hijo Idris II todavía no había nacido. Hasta los 11 años de edad ejerció la regencia Rasid, esclavo y protector de su padre, único en el que Idris I confiaba. Al fallecimiento de Rasid en 803 Idris II, con solo 12 años, ya tuvo que defenderse del jefe bereber Ibrahim al-Aglab que quería hacerse con el poder. Sofocada la rebelión, en el año 807, traslada la capital del reino de Oulili (Volúbilis) a Fez, ciudad que creció rápidamente, al tiempo que Volúbilis se marchitaba.
La ciudad resiste hasta principios del siglo XVIII, cuando el sultán alauita Muley Ismail empieza a utilizar sus restos arqueológicos para la construcción de la nueva capital, Mequinez (Meknes). A merced del nuevo mandatario, millones de piedras labradas fueron arrancadas de su lugar original y trasladadas a la nueva ciudad.
Volúbilis agonizaba, pero el golpe definitivo llegaría pocos años después cuando en 1.755, ya prácticamente despoblada, se produjo un importante terremoto que la asoló por completo. De la grandeza de Volúbilis, nos hablan las 20 hectáreas que ocupan sus majestuosas ruinas y las muchas piezas que guarda el museo de Rabat.
A pesar de todas las desgracias y del expolio sufrido, Volúbilis aún contiene importantes restos de numerosos monumentos de gran interés arqueológico. El foro, la basílica del siglo II, el templo de Júpiter, el Arco del Triunfo, Mercado y numerosas residencias de ricos ciudadanos con sus mosaicos y bustos. En fin, ¡quien tuvo, retuvo...!
EL ULTIMO CONDILL
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