Algunos de esos pacientes que durante unos instantes han sufrido un paro cardíaco y la falta de oxigenación cerebral, cuando han recobrado la vida y la consciencia, han relatado fenómenos y experiencias que los demás juzgamos con cierto excepticismo. Sin embargo parece ser que tales fenómenos existen, aunque solo sean producidos por el cerebro.
Nadie, ni siquiera ellos, saben exactamente lo que ha pasado pero está claro que algo ocurre. Es de conocimiento general que la vida va acompañada de energía, impulsos eléctricos que cuando fallan dejan paralizada la parte afectada. Cuando se produce el paro cardiaco, la falta de riego y oxigenación de nuestro cerebro provoca la pérdida de consciencia y cuatro minutos después ya se inicia la necrosis de las células. Sin embargo en casos excepcionales, como el ahogamiento en agua fría, estos tiempos se retrasan considerablemente. Sin embargo aquí, de lo que se trata, es de poner sobre la mesa las experiencias de aquellos que, habiendo llegado a ese límite, han conectado nuevamente los motores y han esquivado a la muerte.
Ante situación tan extrema parece ser que el cerebro, al faltarle la energía que la sangre le proporciona, el alma o como ustedes lo quieran llamar, está a un tris de cerrar definitivamente el interruptor y por lo tanto empezando a caminar por la senda de la muerte.
El cerebro, en esos últimos instantes de "batería agotada" distorsiona imágenes y contenidos y es ya incapaz de luchar.
Sin embargo parece ser que, durante esos breves segundos que van de la vida a la muerte, no solo la recuperación es posible, sino que incluso hay una mínima consciencia de la que solo puede hablarse en el caso de volver a la vida.
Cuando se trata de un cuerpo sano que no tiene otro problema que el de un trauma accidental o cardíaco, las técnicas están muy avanzadas y si la llegada al punto de reanimación es rápida, los resultados pueden ser espectaculares, siendo en estos casos cuando el paciente suele relatar esta clase de fenómenos.
Como todos sabemos, la reanimación es posible incluso después de transcurrido el tiempo máximo que nuestro cuerpo permite.
Cuando se trata de un cuerpo sano que no tiene otro problema que el de un trauma accidental o cardíaco, las técnicas están muy avanzadas y si la llegada al punto de reanimación es rápida, los resultados pueden ser espectaculares, siendo en estos casos cuando el paciente suele relatar esta clase de fenómenos.
Como todos sabemos, la reanimación es posible incluso después de transcurrido el tiempo máximo que nuestro cuerpo permite.
Cuando eso sucede, el resultado suele ser pésimo ya que la vida recuperada ya tiene daños cerebrales irreversibles y la calidad de vida del paciente puede verse seriamente afectada.
Algunos piensan que, ya que somos energía y ésta no se pierde sino que se transforma, la vida no acaba tras la muerte.
En esos casos extremos es cuando muchos se preguntan si merece la pena "volver" a la vida...
La persona a la que se reanima en esas condiciones, a las que podríamos llamar "fuera de plazo", ya no son ellas mismas.
La persona a la que se reanima en esas condiciones, a las que podríamos llamar "fuera de plazo", ya no son ellas mismas.
Parte de su inteligencia, de su ser o de su alma, quedó perdido al iniciarse la necrosis.
Nuestro espíritu, deja de ser nuestro cuando falla la oxigenación cerebral más allá de los minutos que la vida permite.
Sin embargo, como bien dijo Antonio Machado: "La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos...
Algunos piensan que, ya que somos energía y ésta no se pierde sino que se transforma, la vida no acaba tras la muerte.
Desde mi punto de vista, las cosas no son así. Nosotros somos el aparato, pero no la electricidad.
Ya puestos a hablar de esta forma, se puede decir que la electricidad la facilita el corazón al hacerle llegar el oxígeno y el alimento necesario para que ésta se produzca.
Como la dinamo que enciende el faro de una bicicleta, cuando ésta deja de rodar, también el faro se apaga.
Viéndolo de este modo, queda claro que ¡el cerebro muere justamente por falta de energía!.
Cuando el corazón para y los elementos necesarios dejan de recibirse, el cerebro queda en "Stand By" (a la espera) durante esos minutos -cuatro escasos- que la "batería" puede resistir.
Cuando el corazón para y los elementos necesarios dejan de recibirse, el cerebro queda en "Stand By" (a la espera) durante esos minutos -cuatro escasos- que la "batería" puede resistir.
Ese tiempo y no más, es el que los medios técnicos y la medicina tienen para conectarlo en buenas condiciones, si es que el portador de dicho cerebro tiene la fortaleza necesaria que lo permita.
Cuando esto no sucede el cerebro no desconecta de golpe, sino que empieza a "apagar luces". El Off irreversible se produce cuando se apaga el último interruptor. Entonces, todo acaba...
Nosotros solo somos el cerebro y la energía que éste contiene.
Nuestro cuerpo es solo el vehículo que produce la energía y nos lleva de un lado a otro. Por cierto que, a la vista está, al igual que el resto de vehículos que conocemos, los cuerpos no son todos iguales... (Perdón por el chiste).
RAFAEL FABREGAT
RAFAEL FABREGAT
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