0385- VOLCANES ESPAÑOLES.

Aunque no lo parezca, España es tierra de volcanes. Ante la tranquilidad que disfrutamos, más de cuatro piensan que España es un país inactivo al respecto, pero nada más lejos de la realidad. 
Ocurre simplemente que, al menos en la península, los volcanes están dormidos.
Sin embargo no sucede lo mismo en las Islas Canarias de las que todos conocemos su permanente actividad, aprovechada incluso como reclamo turístico.
Justamente por ser Canarias muy conocida, dirijo mi atención a una zona de la península que, por extraño que nos parezca, su milenaria actividad apenas se conoce fuera de la comarca.

Antes hago un breve resumen de las zonas principales de actividad histórica, como son las...
- Islas Columbretes, en Castellón;
- La Garrotxa, en Gerona;
- Cabo de Gata, en Almería;
- Cofrentes, en Valencia y
- Campos de Calatrava, en Ciudad Real.
La zona a destacar en esta entrada es la de La Garrotxa, única que, además de las Islas Canarias, ha tenido erupciones en los últimos 10.000 años. Efectivamente, la actividad volcánica española peninsular es prácticamente nula en este momento y solo las profundidades de las Islas Canarias mantienen una actividad mínima constante. De hecho la vigilancia de los especialistas es permanente en esta provincia insular.

Sin embargo, es la curiosidad la que mueve este Blog y por lo tanto debo dirigir mi atención a otras zonas menos activas y que mucha gente desconoce.

La principal es sin duda La Garrotxa. Esta comarca se sitúa en el prepirineo catalán, en la provincia de Gerona. De hecho la zona está indicada como Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. El nombre del parque no puede ser más explícito. 
En dicha zona son perfectamente visibles un total de hasta 40 conos volcánicos y más de 20 coladas de lava. Para los deportistas curiosos, hay varios itinerarios perfectamente señalizados que muestran maravillosos paisajes de montaña.
Los viejos o menos preparados para el senderismo, pueden igualmente ver algunos volcanes de la comarca y esto es así porque dentro del núcleo urbano de la ciudad de Olot, capital de la comarca, hay nada menos que cuatro conos volcánicos. 
La actividad sísmica de la zona fue pues importante y los años 1.427 y 28 la ciudad sufrió dos terremotos que la devastaron completamente, motivo por el cual carece de monumentos arquitectónicos antiguos.
El volcán urbano más representativo de Olot es sin duda el llamado Montsacopa, aunque popularmente se le conoce como Sant Francesc. 

En un agradable paseo, desde el centro de la población, se asciende a su cráter pudiendo disfrutar de espectaculares vistas de la ciudad y de la comarca, así como de las torres de vigilancia del siglo XIX que se construyeron en la cima con motivo de las Guerras Carlistas. La ermita de Sant Francesc corona el cráter.

RAFAEL FABREGAT