Los OVNIS, al igual que las brujas (meigas) "haberlas no haylas", al menos aquí.
Así de rotundo es el encabezamiento de esta entrada, según mi opinión, a pesar de que justamente en Cabanes dijeron haber avistado, hace cuatro o cinco décadas atrás, luces extrañas en las proximidades del "Toll de Cabrera". La Guardia Civil y algunos voluntarios fueron a inspeccionar el terreno, pero nada de nada.
Sería alguien que estaría beneficiándose a la novia o robando almendras, porque luces por aquellos parajes a las tantas de la madrugada... ¿Para qué vamos a engañarnos?.
Habré dicho ya un montón de veces que soy yo justamente el primer convencido y en eso apostaría cuanto tengo, que hay vida (y mucha) más allá de nuestro sistema solar, pero a distancia tan insalvable que nuestra visita a esos puntos es imposible, como imposible es también que vengan ellos aquí.
Más claro, agua. ¡Ya pueden decir misa que, lo que es yo, jamás creeré que eso sea posible!. Claro que tampoco era posible ir a la luna en tiempos de Julio Verne y mira que ocurrió el 20 de Julio de 1.969... Porque ocurrió, ¿verdad?, ¿o no?. No sé, no sé... ¡Yo creo que sí!. Más que nada porque si hubiera sido que no, los rusos hubieran puesto el grito en el cielo... ¡Y no lo hicieron!. Pero la luna está relativamente cerca.
Otra cosa es hablar de planetas, cuyas estrellas están (la más próxima, Alfa Centauri) a 4,2 años/luz, o sea, a 41.300.000.000.000 Km. A la velocidad, media de una nave espacial (26.000 Km./hora) y sin hacer parada alguna, serían algo más de 190 mil años.
Bueno, dicho todo lo anterior y ciñéndonos a las diferentes "noticias" (¿bulos?) sobre avistamientos de OVNIS, fotografiados o no, se ha demostrado hasta la saciedad que todo han sido fantasías de visionarios, o aprovechados que vieron interés económico en el asunto y medios de comunicación que no tenían ese día cosa mejor que comunicar. Como pueden ver en la foto de arriba, los hay para todos los gustos y colores; unas veces se trata de gotas de agua, otras de juguetes de los hijos, otras de un cenicero, reflejos de la luz en determinadas circunstancias y otras burdas falsificaciones de gente que no tiene otra cosa mejor que hacer.
Como bien dice la fotografía, juzgue Ud. mismo sobre la autenticidad del contenido. Pero ¡vamos!, que eso no se lo creen ni los párvulos de un colegio de monjas. Sin embargo...
Sí amigos, sí (como en tantas cosas de la vida, hay un "sin embargo"...) el problema es que hay dudas. No en todos los casos ha sido posible demostrar la falsedad de las imágenes aportadas y, teniendo todos claro que la vida exterior es sin duda una realidad, ¿quién nos asegura que otras civilizaciones no hayan alcanzado ya la posibilidad de cruzar el espacio?. De ser así nosotros, desde su punto de vista, estaríamos poco más acá de la prehistoria pero... ¿Quién puede asegurar que eso no sea una realidad?. El objeto de la foto será cualquier cosa que Udes. puedan pensar, sin duda alguna, pero no es un avión ni nave terrícola conocida.
Será una broma del que ha realizado la foto, en cuyo caso estará riéndose a mandíbula batiente, pero sin ninguna duda no es un aparato conocido. ¿Podrá ser algo pegado al cristal de la ventana desde la que se ha hecho la foto...?. Como he dicho antes, el fenómeno OVNI es cosa de listos para engañar a tontos, pero somos muchos los que estamos en la segunda lista. Aún así somos muchos también los que, aún siendo tontos, somos escépticos y no creemos fácilmente en estas ni en otras paparruchadas. Si hay posibilidad alguna de que haya extraterrestres en nuestro planeta, serán sin duda los de la foto adjunta porque, tratándose de seres totalmente diferentes a nosotros, existe cualquier posibilidad de imagen... Pueden ser esos feísimos seres deformes que siempre nos han presentado en las películas, pero también podrían tener una imagen similar a la de la viñeta. ¿Por qué no?. En cuanto a sus costumbres, reproducción, etc. etc. también todo es posible.
Parece ser que, estando un matrimonio viendo la tele después de cenar, oyeron un zumbido extraño y se asomaron a la ventana viendo un OVNI posado en el jardín de la casa, del que bajaron una pareja de extraterrestres.
El matrimonio, amables, les invitan a pasar a su casa y después de unos cubatas, pensando que nadie se enteraría, decidieron hacer un intercambio de parejas. A la mañana siguiente los marcianos se marcharon quedando feliz la mujer y ojeroso el marido.
El marido contó que no había conseguido hacer nada con la extraterrestre, al tiempo preguntó a su mujer qué tal le fue. Ella replicó feliz:
- ¡Ay, Pepe! -respondió eufórica- ¡No te puedes imaginar, como lo pasé...! Mira... Se quitó la ropa y tenía una cosita muy pequeñita, muy pequeñita. Como la tuya o menos, ¡no te digo más!. Pero empezó a lamerme la oreja izquierda y se le hizo gorda, gorda, gorda... Después me lamió la oreja derecha y se le hizo larga, larga, larga... ¡De cine, oye!.
- Vaya... -dijo el marido consternado- ¡Con razón la marciana se dedicó toda la noche a lamerme las orejas!. Y yo, claro, ni caso...
RAFAEL FABREGAT
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