Alguien con mucha inteligencia dijo un día que no deberíamos sufrir nunca, sea cual sea el motivo que provoca nuestro padecimiento...
- Si el problema que te mortifica tiene solución, no tienes por qué sufrir, ya se solucionará. Y si no la tiene, ¿Para qué sufrir, si no puedes adelantar nada?.
Unos porque creían las palabras del Gobierno, cuando nos decía unos meses atrás "que no pasaba nada" y otros por la simple razón de que (ya con el Cpovid-19 controlado), pensábamos que para la fecha en que nos encontramos (mediados de Mayo) las cosas empezarían a funcionar mejor. Sin embargo esto no ha sido así. El tiempo pasa y el número de parados apenas ha sufrido variación. Nuevas empresas se ven obligadas a cerrar por falta de trabajo pues el consumo sigue estancado. Muchos negocios no volverán a abrir y quienes pretenden hacerlo, ¿hasta cuando podrán aguantar? -es la pregunta que todos nos hacemos.
Ante la falta de trabajo y liquidez, muchos están optando por vender el stockaje a precio de coste e incluso por debajo de éste, al solo objeto de reunir un poco de efectivo antes del cierre, que posiblemente sea definitivo; porque una empresa no es fácil de cerrar pero más difícil es abrirla nuevamente.
El cliente al que por salvarte dejas sin servicio, naturalmente busca una alternativa y si más adelante las cosas vuelven a funcionar no puedes llamar a su puerta porque, menos guapo, te puede decir de todo. En todo caso comprarte de nuevo es lo último que hará. No abandonará al proveedor actual, que le salvó en un mal momento, para volver a quien le dejó en la estacada.
Es una cuestión de lógica.
Sea como fuere, la cuestión es que la primavera llegó hace ya muchas semanas y las cosas siguen igual. Digo igual y no digo la verdad,ya que, para muchos negocios, están peor cada día que pasa.
Hay un viejo refrán que dice... "Mira tu casa y verás la del vecino" y hay otro, más viejo aún, que reza así... "Cuando la barba de tu vecino ves cortar, pon la tuya a remojar". No hay que ser un lince para conocer el significado de estos refranes. Cuando las cosas van bien, van bien para todos y cuando van mal también.
Quien tenga la suerte de no tener agobios aún, que los espere en breve o, al menos, que no se ría de quien los padece ya que es más que probable que a no tardar le lleguen.
Como he dicho en otros artículos sobre el mismo tema, la globalización lo ha hundido todo y el Covid-19 ha sido la puntilla que faltaba para rematar al toro. Aquí solo se habla del coronavirus y de la sinvergüencería de los Bancos, que sin duda la tienen, pero hay algo más. De no haber llegado la crisis ahora por la pandemia, habría llegado poco tiempo después por culpa de la globalización, de hecho será ésta la que impedirá salir de la crisis a corto plazo.
Desde mi punto de vista este problema es de mucho mayor calado. Todos lucharán por salvarse y lo logrará aquel que pueda trabajar más barato. Los pequeños a pique.
Invento de ricos para asfixiar a los humildes que con el sacrificio de varias generaciones consiguieron poner en marcha un negocio o unas fincas de las que comer. A ellos no les interesa que triunfe la clase media. Necesitan personal y productos al más bajo precio posible y para conseguirlo alguien sin escrúpulos invento la Globalización. Pero no para conseguir la igualdad entre los pueblos y las gentes, sino para tener la máxima oferta al menor costo. No nos engañemos, la igualdad no ha existido jamás pero hasta hace bien poco nosotros estábamos entre aquellos que se estaban comiendo el pastel de los demás y eso, al menos de momento, ha terminado.
Es ahora, cuando nos falta el pastel que hasta ahora disfrutábamos, cuando nos damos cuenta de lo difícil que es estar "al otro lado". Ojalá algún día vuelva el "café para todos", pero... ¡Ay!.
Voy a hacer un resumen y que después cada cual extraiga su opinión...
Se dice que el problema (mundial) ha venido por la pandemia y la sinvergüencería de Bancos y Gobiernos que han jugado con los intereses y la buena voluntad de todos los demás. Yo no dudo que eso sea cierto, al contrario, pienso que es así. Pero hay otro factor mucho más importante...
De los diez mil millones de personas que habitan el planeta, ocho mil millones comían y poco más, algunos ni eso. Eso no ha cambiado mucho puesto que sigue habiendo hambre en el mundo, pero de los doscientos países que hay en la tierra, ciento ochenta apenas podían podían cubrir las necesidades del pueblo y actualmente las cosas han cambiado. La globalización y consiguiente apertura de fronteras, junto a la rapidez en la que actualmente viajan hombres y mercancías ha permitido que los países, hasta ahora pobres de solemnidad, se hayan modernizado e industrializado.
En esos países, si bien el hambre de sus habitantes sigue patente en la mayoría de ellos, apoyándose en ella y en los bajos jornales que pagan a los empleados permite a sus empresarios, afines al régimen, hacernos llegar toda clase de productos en un tiempo relativamente corto y a unos precios con los que la gente de aquí no puede competir. Algún día las cosas irán equilibrándose pero, de momento, en China (por poner un ejemplo) con 2 euros al día se come y aquí esa misma comida cuesta veinte. Un sueldo bajísimo en España pueden ser 1.000 € mensuales, mientras que en estos países el sueldo mejor son 200 € y con millones de personas ofreciéndose incluso por menos. Estas diferencias de coste entre los diferentes países del planeta se han venido corrigiendo desde tiempos lejanos con los aranceles de frontera, pero eliminados éstos las mercancías fluyen libremente siendo únicamente el precio el que determina dónde comprar.
Mientras existan diferencias tan abismales en los costes de producción, ¿de qué vamos a vivir en países como el nuestro?.
Hasta ahora, a falta de competitividad en temas industriales y agrícolas, aún teníamos el turismo pero, si por causa del Covid-19 éste se ralentiza, ¿de qué tiene que vivir la gente de aquí?. ¿Del paro o de una ayuda social?.
¿Hasta cuando y de donde tendrá que salir el dinero si no hay productividad interior?.
Una persona o una familia puede aguantar un tiempo con lo que sea; también el gobierno puede aguantar un tiempo ingresando tres y gastando cuatro, pero si esto se alarga mucho... ¿Hasta cuando se podrá resistir?.
Entiendo a aquellas personas que se quedan sin trabajo y quedan tranquilos pensando que lo que cotizaron durante años les servirá ahora para cobrar sin trabajar hasta dos años o más, pero esa es la teoría de parados ocasionales. En un momento de crisis generalizada como es el actual... ¿tendrá el gobierno dinero suficiente para todos, o quedará la nación en déficit de imposible absorción hasta Dios sabe cuando?.
Porque si esto es así, aún después de solucionarse todo quedaremos durante años en penumbra. Difícilmente se podrá soportar que el sol salga solamente para los países más ricos y nosotros quedemos atrás.
Hasta hace cuatro días todos soñaban con profesiones liberales. ¿Ser funcionario? ¡Bah! Cuatro perras mal contadas y mucho sacrificio.
Ahora todos se pegan por acceder a una plaza de funcionario en cualquier ayuntamiento de pueblo, cuando antes se despreciaban hasta los de importante capital de provincia. Los tiempos cambian. Vivimos en un país donde mucha gente es políticamente "del sol que más calienta": Cuando el plato está lleno son de la izquierda más radical, pero cuando faltan las habichuelas votan a la derecha y se quedan tan panchos. Saben que solo la derecha puede arreglar los desaguisados económicos. Claro que, cuando el problema está solucionado, vuelven a ser de izquierdas. En momentos de dificultad, una plaza de funcionario es el sueño más deseado. Es la seguridad, una palabra que alcanza en ese momento su máximo significado. Los españoles somos así y así nos va. Cuando estamos bien nos reímos de todo y de todos. No nos damos cuenta de nuestra fragilidad, de lo fácilmente que las cosas pueden variar. Y lo más lamentable es que no aprendemos de nuestros errores, si mañana volvieran los viejos tiempos olvidaríamos en veinticuatro horas las lágrimas que ahora derramamos y volveríamos a instalar el orgullo que nos caracteriza. ¿Qué le vamos a hacer?. ¡Genio y figura, hasta la sepultura!.
RAFAEL FABREGAT
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