Afortunadamente (a mi parecer) hoy acaban las Fiestas de Agosto de este año 2022, que pasará a la Historia como el más tórrido de todos los tiempos.
Una semana de temperaturas inusualmente elevadas sucede todos los años, pero este 2022 se ha pasado tres pueblos puesto que llevamos dos meses de calor tropical, con 35/40ºC de máxima y 25ºC de mínima sin que, incluso por la noche, se pueda descansar.
Naturalmente los jovenes, especialmente los que están en la "edad del pavo", no se enteran de nada y votarían sin duda por una prolongación "sine die" de estas fiestas insoportables pero... ¡Ya está bien, ya, ya está bien!. Ellos, claro, bien hidratados están... ¡Todo bebido y nada comido!, pero a esa edad todo se resiste. Pero los viejos, con estas temperaturas, apenas podemos disfrutar nada de lo que las fiestas ofrecen. Solo la merienda/cena con los amigos y más para mal que para bien pues, incluso sin hambre, comemos en exceso y bebemos lo que no deberíamos beber.
- Son Fiestas. ¡Por un día...! -solemos decir.
Pero claro, es un día tras otro y otro más. Menos mal que hay buenas medicinas y ellas nos ayudan a digerir lo sólido y lo líquido con el menor perjuicio posible, que si no... ¿de qué?. De los 70 hacia arriba... no te mojes la barriga, y si es de gin-tónic menos todavía. Es lo que pasa, nos hemos hecho viejos pero no nos resignamos...
Torear no podemos y bailar, poco y mal... ¡Las Fiestas no son para viejos!. Pero, claro, aunque más o menos barrigones, ¡mientras no te duela nada...! ¿Quien se resigna a quedarse en casa mientras otros se divierten?. Y al día siguiente acidez de estómago y algún que otro dolor coyuntural... Gracias a Dios no es mi caso, pero está claro que los de mi edad ya no somos de este mundo. ¡De este mundo de la Fiesta!, quiero decir, porque morirse no quiere nadie y en plena semana de Fiestas Patronales menos todavía. En fin, a partir de mañana... ¡el relax!. Acabaron las Fiestas y todos los excesos que acompañan las mismas. ¡A descansar, que nos lo hemos ganado a golpe de cerveza y alguna que otra cosa fresquita, con alcohol o sin alcohol!. Acabó también la ternera guisada, el cabritillo cuchifrito y el pulpo a la brasa con allioli. ¡Tranquilo mi querido estómago, tranquilo, ya pasó...!
Ahora nos iremos a nuestra casita, cerca de la costa, a beber igual o más y a comer cochinadas de mayor envergadura a precios desorbitados. Solo las siestas interminables compensarán sin duda todas estas "incomodidades" que sin duda nos merecemos, aunque no sé por qué.
¿Qué hemos hecho para merecer tan voluntarios pero insanos "sacrificios"?.
Si cocinas en tu casa o en la barbacoa, te asas de calor y se te va hasta el apetito. Y si te vas de restaurante, te lo sirven casi siempre recalentado al microondas y a precios de oro comestible. Con estos calores y el agua del mar o piscina a 30ºC, ¿no será mejor quedarte en casa y olvidarte de la costa y todas sus "incomodidades"...?
Pues eso. Casi será mejor no ir y ahorranos aquella frase de "si lo sé no vengo"...
RAFAEL FABREGAT