25 de septiembre de 2021

3078- CAMPAÑA DE SETAS 2021. (3)


¡¡¡Mi gozo en un pozo!. Mucho me temo que la alegría de la pasada semana
, ojalá me equivoque, quede "en el monte del olvido". ¿No dice así la canción?. Pues eso. Hoy domingo 19/9 me he levantado con viento del norte. Espero que solo sea una falsa alarma, pero no sé yo... La combinación viento-setas no existe en el vocabulario de los aficionados a la micología. De momento la cita con mis amigos, para volver el próximo viernes 24 de los ctes., sigue en pie. Dejo esta entrada abierta y ya os contaré... Quizás sea adelanto de nuevas lluvias. ¡Ojalá!.

Pues bien, lo del viento ha quedado en un susto. Un simulacro dominical y de la mañana del lunes. 
De lunes a viernes la previsión de "El Tiempo" pronostica para Mosqueruela chubascos de mayor o menor cuantía. Sean los que fueren, buenos son. ¡Con que no haga viento y se mantenga la humedad del suelo...! Por lo menos durante unos 8 ó 10 días más. Después, ya entramos en el mes de Octubre y en pleno Otoño. No vamos pues a pedir peras al olmo. Ya se sabe que, metidos en el mes de Octubre, las noches del Maestrazgo turol-castellonense son frías y las setas, cuando llegamos a los 0ºC, dejan de salir. Cuando eso sucede, nos despedimos de esta zona micológica hasta el próximo año si Dios quiere y ya está. No hay que colgar la cesta y la navaja, no. Hay que bajar la cota y buscar en zonas más próximas al mar, nada más.

Como se dijo en su momento el viernes 24/9 era la fecha prevista para volver al monte con los compañeros de la pasada semana. Mismos horarios de salida y de lugar de búsqueda. Con lo que se divirtieron entonces. cualquiera les cambia de lugar...(*) Pues bien, ayer el viaje se llevó a cabo con los mismos horarios y destinos, aunque con un viajero más. Nos acompañó un buen amigo (Artemio Siurana) que completo desconocedor de la zona de búsqueda y un poco acomplejado por su falta de orientación, demostró ser todavía un buscador totalmente capacitado. Prueba de ello es que consiguió llenar su cesta, encontrando tantos o más que mi mujer. Al igual que la semana anterior, los tres de la Pobla Tornesa llenaron dos cestas cada uno y el próximo martes ya querían volver por su cuenta. ¡Así da gusto enseñar excelentes destinos al personal...! Como no hayan alquilado un puesto en el Mercado de Abastos de Castellón, no puedo yo imaginar para que quieren tantos robellones...

A pesar de lo informado al comienzo de esta entrada, esta semana había muchos más robellones que en la anterior, pues allá arriba hubo chubascos y nieblas abundantes. Al igual que la semana anterior mi mujer y yo llenamos la cesta, pero no regresamos al pinar con otra cesta vacía. Con una tenemos bastante. Regalamos a hijas, hermanas y cuñados, e incluso a amigos y conocidos y nos sobran robellones. Al salir de casa todavía nos quedaba un plato de la semana anterior. 
Yo volví a llenar también la cesta, pero esta vez colmada hasta el asa y cayéndose por todos lados. Los "especialistas" que viajan con nosotros la sopesaron y dieron por buen un peso superior a los siete kilos. Pasa que yo nos arreglo en la cesta de forma natural, sino que apenas les dejo casi nada del pie y los pongo con las aletas hacia abajo, siempre poniéndolos en cada uno en los huecos, de tal manera que el resultado es una masa compacta de robellones y consiguiente peso que no hay manera de llegar al coche con ellos, sino es a base de hacer descansos cada cincuenta metros. Eso sin contar que la vuelta es cuando ya estás cansado, cuesta hacia arriba y con la cesta a tope de setas.

Mi mujer y yo ya no queríamos volver más pero estos "poblatins", 
encarnizados como están con esta superpoblación de robellones en la zona de búsqueda mostrada por nosotros, nos amenazaron con volver el próximo martes, ellos solos por su cuenta (ahora que ya conocen el lugar) y nos supo mal mandarlos a la m... ¡Cualquiera les enseña zonas mejores, más concentradas en superficie y producción!. Total, que accedimos a subir una vez más al mismo sitio y lugar, para llenar una vez más nuestra cesta y ellos las suyas (en plural). Nosotros, la verdad, estamos ampliando el número de personas a las que regalar robellones pero, aún así, no resulta fácil encontrar gente que te los acepte ya que todos estás sobresaturados y ya empiezan a decirte que no quieren más. Nosotros lo entendemos perfectamente puesto que lo bueno de los robellones no es comerlos, sino encontrarlos. Algunos buscadores indiscretos cuentan y no acaban en bares y tertulias los hallazgos y esa es su mayor recompensa, pero nosotros no somos así. Allá cada cual. Cada uno es como es y nada podemos hacer por cambiar.

RAFAEL FABREGAT

19 de septiembre de 2021

3077- CAMPAÑA DE SETAS 2021. (2) (Temporada excepcional en El Maestrazgo)

Bueno, ya tocaba. Esto de las setas es tan sencillo y tan complicado, como tener la humedad necesaria y el tiempo a su favor. La humedad es absolutamente necesaria, eso está claro, pero es también fundamental que no haya viento que seque la capa superficial de la tierra, ni frío que impida el normal desarrollo del micelio y la eclosión micológica.
Pues bueno, todo eso sucede en este momento del año de 2021. Vientos cero, una interesante sazón en profundidad y débiles pero frecuentes tormentas que mantienen la humedad superficial. En cuanto a las temperaturas nocturnas no ha habido ningún día que hayan bajado de los 6ºC. Con esta combinación de factores beneficiosos las setas no paran de fructificar, lo que se traduce en hallazgos continuos y permanentes. Sí que es verdad que los buscadores se han multiplicado y cada día peinan el monte, no dejando atrás prácticamente nada, pero al día siguiente las setas han salido de nuevo para alegría de los aficionados.

Este año no hay buscadores buenos ni malos, de la misma manera que tampoco hay lugares que destaquen mucho sobre otros. En lugares donde jamás vi gente buscando, este año está plagado de coches y todos sus ocupantes salen del bosque cargados de robellones, que es aquí la seta más buscada. Es increíble. Mi mujer y yo fuimos ayer con unos amigos y... ¿Madrugar como antes?. No, no, nada de eso. ¿Para qué?. Salimos de nuestro pueblo a más de las ocho de la mañana, con el sol bien salido y a 125 Km. de nuestro destino, llegando a Mosqueruela a las 9,30 h. ¿Como locos hacia el pinar?. Pues no, no. Paramos en el hotel Montenieve y almorzamos tranquilamente. Sin prisa ninguna, pedimos vino y cervezas y tras el almuerzo los correspondientes cafés. La llegada al monte fue cerca de las 11 h. No nos aplaudieron pero, en un lugar donde casi nunca hay nadie, había una docena de coches y alguna de las cuadrillas ya estaba almorzando, tras la primera parte de la búsqueda realizada.

Es uno de los pocos sitios en los que busco setas, donde la masiva llegada de gente no me molesta en absoluto y así se lo dije bromeando a algunas de aquellas personas instaladas cerca de donde nosotros dejamos nuestros coches. Lo entendieron enseguida. ¡Aquí hay mucho terreno en el que buscar! -respondieron. Y esa es la cuestión. Delante de nuestras narices salieron del bosque más de 150 Kg. de robellones en unas dos horas, con un resultado individual de 2 y hasta tres cestas por persona. ¿Qué temor has de tener has de tener a tan masiva concentración de buscadores cuando hay una eclosión tan masiva de setas como la de este año?. Personalmente llené mi cesta (5 Kg. largos) en menos de una hora y lo mismo todos los compañeros que conmigo venían. Todos volvieron a por otra cesta y la llenaron de nuevo sin problema alguno y en un corto recorrido. Yo quedé en el coche descansando. No quería más. A la una y media de la tarde estábamos otra vez en el Rte.Montenieve para comer, con poca hambre claro está.

Más de 9 Kg. de robellones (no los pesamos) entre mi mujer y yo, siendo los que menos cantidad cogió... ¿Para qué más?. Las hijas van a buscarlos cuando les apetece porque, al igual que nosotros, disfrutan más de buscarlos que de comerlos. Hoy mismo, cuando estoy escribiendo esta entrada al Blog, están allá arriba cogiéndolos a mansalva y en lugar todavía mejor que el que nosotros estuvimos ayer. Mejor en cantidad y en calidad, además de ser un lugar bastante desconocido para muchos. La tranquilidad de la búsqueda también es algo que se agradece. Aunque haya abundancia, es mejor buscar con la tranquilidad de no cruzarte con otros buscadores. Yo, ayer, aún habiendo tantos buscadores en una misma parcela de bosque, llené la cesta en 50 minutos y sin encontrarme con nadie. Después de casi 60 años buscando en esa misma zona, sabía donde hay más abundancia de setas y menos afluencia de buscadores. 

Como ya me temía, la semana próxima mis compañeros quieren que volvamos, pero en mi casa no habremos consumido ni un kilo de lo encontrado ayer.
Lo entiendo, porque también nosotros tenemos esa misma afición, pero... ¿Para qué queremos tantos robellones?. Gustarnos nos gustan, pero pocas veces y en poca cantidad. Está claro que el aficionado quiere buscarlos y encontrarlos pero lo de este año es una locura. Si encuentras demasiados y en poco espacio de tiempo, ¿qué haces después?. 
Desde nuestro pueblo, ir a Mosqueruela y volver son 250 Km., demasiado lejos para que en una hora llenes la cesta y tengas que regresar. 
Lo que a nosotros nos gusta es pasar la mañana por allí. Nos hemos hecho mayores y ya no nos gusta madrugar, almorzamos con tranquilidad y buscamos setas de la mejor variedad (más de 30 clases de setas comestibles conocemos) y en lugares no saturados de gente. Al mediodía nos gusta comer en los restaurantes de la zona, con esa misma tranquilidad y sin agobios de ninguna clase. Quedaron atrás las prisas y el afán de coger cantidades que no queremos para nada. Hasta un arcón-congelador compramos unos años atrás. De hecho, a una cierta edad, si comes más de la cuenta igual te hacen daño. En cantidad y especialmente por la noche, los robellones son indigestos y si eres viejo, más todavía. Total, que eso de las cantidades y los agobios queda ya para los más jóvenes. Nosotros esa etapa ya la hemos pasado. De hecho, llenar la cesta me costó poco pero regresar al coche cargado... ¡Ufff, que largo se me hizo!. Con casi 73 años, rozando los cien kilos y la salud justita. En cuanto a la forma, no sé donde ni cuando la perdí. De un tiempo a esta parte,
 es redonda...

RAFAEL FABREGAT 

11 de septiembre de 2021

3076- CAMPAÑA DE SETAS 2021. (1)

El pasado año 2020 pasará a la Historia por habernos traído la pandemia del Covid-19. Todo quedó en suspenso y, aunque en España nos llegó a primeros de año, nada pudo hacerse de forma normal y tampoco la temporada de recogida de setas, que aquí es durante todo el mes de Septiembre y parte del Octubre. De hecho, un año después, todavía estamos inmersos dentro de la citada pandemia, a pesar de que más del 75% ya estamos vacunados.
Pero vamos a dejarnos de noticias calamitosas y vayamos al grano que, en el día de hoy, es la recogica de setas en el Maestrazgo turol-castellonense... Ayer, 10 de los ctes. subí con mi mujer a Cantavieja a pasar la ITV de nuestro coche, pero almorzamos tranquilamente en el Rte. Navarrete pues la cita de ITV la teníamos a las 11,30 h. Aunque solo hacía diez días que había llovido, el "gusanillo" no permitía aplazar por más tiempo la visita exploratoria a nuestras zonas de búsqueda de setas.

Desde luego no fuimos los primeros en pensarlo pues, junto a la carretera contamos varias docenas de coches aparcados.
El terreno estaba bastante bien, pero en las zonas más expuestas al sol ya empieza a secarse por encima. No estarían mal unas lluvias que hidrataran la superficie ya que por debajo hay sin duda sazón. 
Nosotros ya no vamos a sufrir madrugones pues todo nos sobra, pero la afición es la que mata la caza y la que nos mueve a recorrer esos montes de Dios y de los hombres, en busca de tan preciado manjar que sin embargo no nos apetece comprar y escasamente comer. Lo que nos atrae es la búsqueda, pero sin prisas ni agobios por lo que, entre unas cosas y otras salíamos hacia el monte a las 12,15 h. con revisión favorable. Media hora para llegar y una para buscar.

Hacia las 2 de la tarde nos fuimos a comer a Mosqueruela aunque, para bien o para mal, l
os dos Rtes. a los que solemos ir estaban cerrados. No era ese problema alguno. Marchamos hacia La Iglesuela pues Casa Amada es todo un referente en toda la comarca. Excelente comida, mejores postres y buen vino rosado de Cariñena.
El único punto desfavorable fue que mi mujer se encontraba un poco mareada al iniciar la búsqueda de las setas y se quedó en el coche, viéndose mermado el resultado, pero sin duda habrá bastantes para pasar la semana. La próxima semana más. Tal y como es preceptivo, a la llegada a nuestra casa lo primero es la limpieza de lo encontrado (alrededor de dos kilos de setas) fundamentalmente robellones, a excepción de una llanega y cuatro macrolepiotas que por cierto nos las hemos almorzado hoy en un revuelto formidable que habrá que repetir el próximo fin de semana. ¡Temporada 2021 inaugurada!.

RAFAEL FABREGAT

9 de septiembre de 2021

3075- MONASTERIO DE Stª Mª DEL PAULAR.

Monasterio situado en el Valle de Lozoya, Sierra de Guadarrama, RASCAFRÍA (Madrid). 
Fue construido por orden en Enrique II de Castilla el año 1390, aunque los trabajos se prolongaron durante varios siglos. El rey ordenó también que la ubicación fuera anexa a la antigua ermita de Santa María del Paular, que todavía existe pero rebautizada como capilla de Nª Sª de Montserrat. 
Desde entonces y hasta la Desamortización de Mendizábal, el monasterio fue la primera fundación de la Orden de San Bruno (Cartujos).
Inicialmente el proyecto contó con tres edificios: la Iglesia, el Monasterio y un Palacio para uso y disfrute de los reyes. La parte más sobresaliente de la iglesia es la aportada por Isabel la Católica a finales del siglo XV.

En 1835 la Desamortización afectó totalmente a dicho monasterio, hasta el punto de que la orden fue exclaustrada. A partir de ese momento y en breve plazo de tiempo se perdieron la práctica totalidad de las obras de arte que con tenía el complejo: Retablos, altares y miles de libros de su famosa biblioteca, amenazando ruina todo el conjunto. En 1876, ya sin monjes en su interior, el rey Alfonso XII le dio la titularidad de Real Monasterio y lo declaró Monumento Nacional, lo que salvó al edificio de la ruina total. En 1918 se creó una escuela de pintores, en cuyas celdas se alojaban los becarios. También se ubicó allí mismo una Sociedad de Alpinismo y entre todas estas actividades se propició no solo el mantenimiento, sino también la mejora de las instalaciones. 

En 1954 el gobierno franquista cedió a la Orden Benedictina el usufructo de estos edificios, acudiendo para ello doce monjes del Monasterio riojano de Valvanera. A partir de ese momento empieza un plan de restauraciones que todavía sigue en la actualidad. A día de hoy son ocho los monjes que mantienen vivo el espíritu del viejo cenobio.
Gracias al Ministerio de Cultura y a la Comunidad de Madrid se han resuelto problemas estructurales y se ha mejorado la funcionalidad del conjunto. Son miles las visitas semanales de gentes de Madrid y de toda la península que acuden a admirar el entorno paisajístico de la zona, la Historia del monasterio y los trabajos realizados en aras a mantener y mejorar cada día estas instalaciones religiosas.

RAFAEL FABREGAT