10 de julio de 2021

3070- Mº DE SAN PEDRO DE MONTES.

Estamos en Montes de Valdueza, municipio de Ponferrada y provincia de León, España. 
Este es el emplazamiento del que fue en su día un importante Monasterio, fundado el año 635 por San Fructuoso, que junto con el de Santa María de Carracedo era el más poderoso entre los bercianos. El conjunto inicial sería sin duda paupérrimo, puesto que solo sus manos y las de su joven discípulo Baldario fueron las que dieron luz a la obra. Era sin duda un simple oratorio que dedicaron a San Pedro Apóstol y ubicado frente al antiguo Castro Rupianensi. Con los años y junto a este oratorio se construiría más tarde el primigenio cenobio. Tras la muerte de San Fructuoso los  monjes, ya entonces en más cantidad, siguieron con la vida monacal hasta la llegada de San Valerio, buscando la soledad y la oración como únicas disciplinas.

La llegada de San Valerio no fue bien aceptada por la comunidad, pero la interposición real les obligó a aceptarle y poco a poco se ganó su confianza hasta lograr que lo nombrasen Abad del lugar. 
Bajo su dirección se amplió el cenobio y sus alrededores, dotándolo además de una gran huerta y jardines que mejoraron la habitabilidad de los monjes.
El monasterio de San Pedro era cada día más importante, quizás no en lo económico pero sí en cuanto a dominios. 
Lo de las rentas era otra cosa puesto que, entre la realeza y los distintos señores que dominaban aquellos territorios, les usurpaban sus rentas y en muchos momentos se temió incluso por la supervivencia de los monjes. Parece ser que, en aquellos tiempos y en estos lugares, la Iglesia no tenía la fuerza y protagonismos que tuvo más tarde.

A principios del siglo VIII los musulmanes invadieron el Bierzo, destruyendo muchos de los monasterios de la comarca y lógicamente también el que nos ocupa. Prácticamente no quedó piedra sobre piedra y fue en 895 cuando San Genadio y doce discípulos procedentes del Monasterio de Ageo lo encontraron en completa ruina y decidieron darle nueva vida. Con tanto ahinco se emplearon que, en poco más de un año, habían conseguido llevar a cabo la suficiente restauración que les permitió instalarse en el lugar. Tan encomiable labor mereció la atención del obispo de Astorga que le nombró Abad del monasterio otorgándole la Regla de San Benito, que sustituía la de San Fructuoso y que permaneció hasta la obligada exclaustración promulgada por
 la Desamortización de Mendizábal de 1835.

El Monasterio de San Pedro, sus propiedades y rentas pasaron a la familia Valdés, político, prestamista y rentista, de las que apenas una década pudo disfrutar de ello. 
En 1846 un gran  incendio acabó con el Monasterio y su entorno, dejándolo en completa ruina. 
A finales del siglo XX y haciéndose pasar por fraile suizo, un tal Carlo, apoyado por un grupo de jóvenes inexpertos, dijo querer restaurar el tejado de la iglesia y su campanario y se apropió de diferentes piezas históricas que nunca fueron recuperadas. 
A principios de 2007 fue robada la lápida fundacional del año 905, fecha de su consagración oficial. Los trabajos de reiniciaron posteriormente y la restauración prosigue, a la espera de que algún día pueda recuperarse este antiguo e importante complejo monacal para disfrute de las gentes de hoy, que sin duda se verían complementadas por ávidos turistas y viajeros, amantes de la Historia. 
Que así sea.

RAFAEL FABREGAT

3 de julio de 2021

3069- AYUTTHAYA, ANTIGUA CAPITAL DE TAILANDIA.

Esta ciudad fue fundada el año 1.350 por el rey U-Thong que la convirtió en la capital de su reino, entonces denominado Siam. 
Sin embargo el año 1.767, en el curso de la guerra birmano-siamesa, la ciudad fue totalmente destruida y raptada la familia real, junto a las 90.000 personas más influyentes del Reino.
Lo que actualmente podemos contemplar son las ruinas de aquella histórica ciudad. 
Una nueva ciudad fue construida tras la guerra, a apenas unos kilómetros al este de aquella, pero ya no como capital del Reino, ya que ésta fue trasladada en 1782 a ThonBuri, junto al río Chao Phraya. 
De todas formas, diez años después (1792) el rey Rama I trasladó nuevamente la capital al otro lado del río, en la ciudad de Bankok.
A pesar de ello, estando adyacente a la capitalidad del país, la nueva ciudad prosperó igualmente, convirtiéndose en importante puerto comercial, con gran actividad de materiales tan interesantes como la madera de Teca y Sándalo, así como azúcar, cuero, marfil, seda y productos de la artesanía local, junto a los muchos productos que llegaban diariamente de China y Japón.

En este momento, por su indiscutible belleza y su proximidad a Bankok, las ruinas de la antigua capital tailandesa de Ayutthaya son actualmente un Parque Histórico de visita obligada para todos aquellos que buscan la historia como parte fundamental de su viaje a este país asiático. 
Su ubicación, en la confluencia de tres ríos (Chao Praya, Lopburi y Pa Sak) obligaron en su día a realizar un trazado de canales para facilitar la comunicación de personas y mercancías, convirtiendo su centro histórico en una isla. Como puede verse en la foto adjunta, la parte nueva es una importante ciudad, de 53.000 habitantes actualmente llamada Naresuan-Road-Ayutthaya. Tailandia es un país de riqueza histórica incomparable y destino anual de millones de viajeros de todo el mundo.

RAFAEL FABREGAT