¿Quien nos iba a decir a estas alturas que el color azul de las prendas vaqueras, tan populares a nivel mundial, es un peligro para la humanidad?. En fin, quizás sea un simple rumor sin fundamento pero así nos lo han hecho saber. Dicho peligro proviene al parecer de los productos químicos que actualmente emplea la industria para conseguir ese famoso color "azul tejano". Antiguamente el color azul fue adoptado por los tuaregs, viajeros del desierto que cabalgaban de uno a otro lado sobre sus típicos camellos. Este pueblo nómada tiene como símbolo un turbante azulado que les protege de las arenas del desierto y que al desteñir les deja ese color azulado característico. Son los famosos "hombres de azul", orgullosos y perseverantes caminantes de las inhóspitas arenas infinitas.
Históricamente esos turbantes de algodón, utilizados por los tuaregs, se teñían a partir de la planta del índigo que, mezclada con otros pigmentos daba como resultado la tonalidad azul que les hizo famosos.
Estos conquistadores del desierto adoptaron ese tono azul por ser el mismo que tienen el techo de sus casas y como forma de confundir a posibles enemigos al formar parte del color del cielo.
Es uno de los colores más antiguamente empleados por la humanidad. Tan antiguo que ya se empleaba 4.000 años atrás en la India, de donde procede. Se obtiene históricamente de diferentes plantas de la familia indigofera, arbustos de pequeño tamaño con hojas de color verde ceniciento y flores rosadas. Este tinte y las propias plantas llegaron a Europa y África a través de la ruta de las caravanas.
Estos conquistadores del desierto adoptaron ese tono azul por ser el mismo que tienen el techo de sus casas y como forma de confundir a posibles enemigos al formar parte del color del cielo.
Es uno de los colores más antiguamente empleados por la humanidad. Tan antiguo que ya se empleaba 4.000 años atrás en la India, de donde procede. Se obtiene históricamente de diferentes plantas de la familia indigofera, arbustos de pequeño tamaño con hojas de color verde ceniciento y flores rosadas. Este tinte y las propias plantas llegaron a Europa y África a través de la ruta de las caravanas.
Se utilizó primeramente en Egipto para teñir el vendaje de las momias y para dar color a las velas del barco del Fararón a fin de que, cuando viajaba por el Nilo, los demás barcos lo distinguieran fácilmente y se apartaran para facilitar el paso de la familia real. También los soldados franceses lo adoptaron en sustitución del color rojo, empleado hasta entonces, y que suponía un blanco demasiado fácil para el enemigo.
El Índigo es el único pigmento capaz de producir el color característico de las prendas vaqueras aunque, en la actualidad y debido a las 45.000 toneladas que se necesitan anualmente, se ha sintetizado químicamente a escala mundial. Para conseguirlo la industria emplea sustancias tan agresivas como el formol y el cianuro de hidrógeno, vertiendo los residuos en las cuencas fluviales del planeta.
Científicos estadounidenses han descubierto recientemente que ese mismo tono azulado puede obtenerse de la bacteria E.Coli que, modificada genéticamente y con la ayuda de una enzima, es capaz de producir este color característico y mundialmente demandado en cantidades ilimitadas.
Esta bacteria es la responsable de muchos de los episodios de acidez de estómago que padecemos los humanos pero, en este caso y con su ayuda, tendríamos como resultado prendas vaqueras de idéntico tono al actual y sin contaminar el medio ambiente, una solución buscada desde mucho tiempo atrás.
Un diez pues para los investigadores de éste y todos los campos del saber.
RAFAEL FABREGAT