1984- LA TENIA.

Me dan escalofríos tan solo de pensarlo. Aunque no sea especialmente peligroso y mucho menos mortal, a todos nos pone los pelos de punta la simple idea de que algún día pudiéramos desarrollar dentro de nuestro cuerpo un parásito de tamañas proporciones. De hecho es tan solo un gusano comemierda y chupasangre, pero pensar simplemente en tener semejante parásito en el interior de nuestro cuerpo ya nos da la suficiente dentera como para morirnos de asco. Por si todo esto fuera poco la Tenia le echa huevos al asunto y se reproduce por sí sola sin necesidad de copular. Los huevos los ponen quienes participan de la fiesta, al permitir que tales gusanos campen a sus anchas. Difícil acabar con ella sin fumigar, lo cual no parece ser lo más conveniente para estos casos. Y eso que la industria farmacéutica tiene soluciones drásticas para ello, pero no, no hay que precipitarse. Newton decía que la fruta, cuando está madura, cae por sí sola. Mejor esperar pues e ir poniendo soluciones a medida que vaya siendo necesario, no sea cosa que nos dé una gastroenteritis. 

El jueves nos ha contado que una especie de Tenia, quizás la variante denominada "masesmenos", ha abandonado el hábitat que la ha cobijado estos últimos años para instalarse en un nuevo organismo. Son cosas de la naturaleza, medidas que ésta toma como fórmula de supervivencia. 
Parece ser que, en medio de una reunión del gabinete de crisis en busca de soluciones para el colapso presidencial, la temperatura de la estancia descendió varios grados al tiempo que un olor nauseabundo se extendió por la estancia. En principio todos pensaron que podían ser las consecuencias de la fabada comida la noche anterior por algún conseller, pero la cosa era más complicada. Respirado el fétido olor y como influenciados todos los presentes por el propio Diablo, los reunidos dirigieron sus pupilas hacia el pequeño espacio de cara visible del alcalde de Gerona, allí presente. 

Se estaba cumpliendo la profecía que los videntes anunciaban desde varias semanas atrás por medio de los posos del café. No era una novedad, pues así estaba escrito en los incunables de la época de Guifredo el Velloso. Puigdemont, conocedor de la profecía, cerró los ojos y abrió la boca pensando que era el orificio natural por el que recibir la bendición del destino, pero los fluidos de la Tenia de masesmenos bajaron por el respaldo del sillón y deteniéndose en el acolchado asiento se le introdujeron al alcalde por el ojete. Automáticamente una cara de satisfacción dio resplandor al de Gerona que vio permutado su puesto de edil por el de presidente de Comunidad Autónoma, en vías a nueva nación del mundo mundial.

- ¡Uy! -dijo dando un respingo mientras un temblor orgásmico recorrió el cuerpo del todavía alcalde. La suerte estaba echada. En verdad todo estaba escrito en el incunable catalán. Puigdemont elevó su mirada al cielo y en pleno éxtasis, viendo como los efluvios se evaporaban buscando la nube tóxica de contaminación atmosférica de la ciudad, anunció en su delirio a todos los presentes que dos parlamentarios de la CUP, no sabemos si autorizados o no por sus votantes o simplemente practicándoles un agujerito en el cráneo y sorbiéndoles el cerebro con una paja de refresco, votarían siempre lo que éste les dijera a fin de mantener con vida y perfectamente oxigenada a la Tenia de masesmenos, ahora ya dentro de su organismo. 

De momento la presidencia de Cataluña y la Tenia estaban a salvo de cualquier eventual tratamiento de exterminación. ¿Para siempre...? No se sabe. Todo dependerá de si el agujero practicado en la cabeza de los consellers de la Cup se ha hecho con el diámetro suficiente para meter las pajitas necesarias que permitan chupar a todos. La cuestión es que la permuta ha podido llevarse a cabo. A los votantes y a los catalanes en general que les den por donde se ha metido la Tenia. Al menos eso es lo que los españoles creemos que piensan los consellers de JxSí y de la Cup. De Mas no vamos a hablar. Su cara de "satisfacción controlada" lo dice todo. Claro, ¡como ya no tiene la Tenia!. Como vemos en su cara, al ex-alcalde le escuece un poquito, pero ya se le está pasando...

RAFAEL FABREGAT