1 de enero de 2016

1974- COMPRAR A CRÉDITO.

Como en todas las cosas de este mundo y hasta de más allá, hay opiniones para todos los gustos pero, si quieres hacer algo en la vida, no puedes esperar a tener reunido todo el dinero necesario para ello. Ahora bien, hay que tener los pies en el suelo y no tomar prestado más de lo que puedas devolver. No será mi consejo el que os meta en aventuras imposibles. No creáis a quienes os digan que el dinero crece en los árboles, o que si no pagáis las deudas no pasa nada. Porque sí que pasa. Por muy extremista que sea el gobierno de turno, milagros no los hace nadie y más pronto que tarde habréis de apechugar o perder vuestros derechos de propiedad. Yo siento mucho desilusionaros pero ese dinero que en principio te dejan los Bancos no es de la Entidad que te los presta, sino de los pequeños ahorradores que con muchos sudores y alguna lágrima han ido ahorrándolo a fuerza de privaciones de toda índole.

Los Bancos serán todo lo que queramos que sean, porque lo son, pero cuando un cliente no paga sus intereses ni les devuelve el crédito están obligados a recuperar el importe de la forma que sea, bien echando mano de los avales o tomando como suyos los bienes que con aquel dinero fueron adquiridos. Eso es así y no puede ser de otro modo ya que a la mañana siguiente, cuando vaya el pequeño ahorrador a recoger su dinero, están obligados a tenerlo en caja puesto que suyo es. A nadie le gusta ver como una familia es desalojada de su casa; de hecho es uno de los episodios más desagradables que pueden verse por culpa de un impago pero, por muy triste que nos parezca, esa casa no es propiedad de quienes la habitan ni tampoco del Banco que los desaloja, sino de aquellos que un tiempo atrás llevaron sus ahorros a la Entidad para su custodia. Es así de simple.

Por otra parte cuando, en opinión contraria de buena parte de la ciudadanía, el Estado rescata a un Banco con dinero público, el rescate no favorece a la entidad bancaria (que también) sino a los pequeños ahorradores que tienen allí depositado su dinero. ¿Qué pasa cuando un Banco se declara en quiebra?. Pues que los elementos que lo manejan se marchan a su casa con las bolsas llenas y los depositantes se quedan sin los ahorros de toda su vida. Eso sin contar que el Fondo de Garantías del Estado está obligado por ley a hacer frente al pago de hasta 100.000 euros por depositante de esos ahorros. ¿Entonces...? Pues eso mismo que, salvo casos muy especiales, el Estado no puede permitir que la Banca quiebre pues entonces se desploma la economía y la credibilidad del país en cuestión, perjudicando a todos los ciudadanos.

Volviendo a tema inicial de comprar a crédito os contaré que, al inicio de mi vida de casado y desatendiendo los nefastos consejos de nuestros mayores, solicitamos un crédito para construirnos nuestra casa. En realidad, ante la enorme cantidad de dinero que se necesitaba, lo que hicimos fue construir solamente la estructura y la cubierta, a fin de poder desarrollar nuestra actividad comercial en los bajos y nada más. La obra interior de la vivienda hubo de esperar tres años más. Lo que quiero decir es que, de no haber pedido el crédito que nos permitió desarrollar nuestro trabajo, jamás hubiéramos podido reunir el dinero necesario para tener el negocio y la casa de nuestros sueños. Mi consejo por tanto es que, el pobre que tenga ideas y ambiciones, debe lanzarse a por ellas o no hay nada que hacer. 

Pudo habernos salido mal, está claro, pero de no haberlo hecho así jamás hubiéramos tenido nada. Cuando comenzamos la aventura, tampoco teníamos nada. Lo que no vale es hacerle pagar a otro nuestra mala suerte. Como a tantos otros, de no haber conseguido reunir el dinero, nos habrían embargado y lo habríamos perdido todo, pero hay que arriesgar. 
La vida es en sí misma una aventura, una lotería, pero para que te salga tienes que jugar. Lo que ya encuentro más difícil de justificar es que mucha gente marche de viaje o vacaciones a crédito. Es más, considero incluso que los Bancos no deberían dejar dinero para ese tipo de cosas. El negocio es el negocio, ya lo sé, pero resulta chocante que los depositantes de ese dinero se queden en casa porque tienen pocas sobras y que venga un listo y sin tener un duro se marche de viaje con su dinero. Legal, claro que sí, pero justo...

Visto lo visto, está claro que el discurso político de la izquierda es de todo punto imposible de aplicar. Lamentándolo mucho soy de la opinión que la igualdad jamás existió ni existirá en este mundo. Hacer la prueba es muy fácil. Un padre puede dar y da, en la mayoría de los casos, las mismas oportunidades a sus hijos, de la misma manera que los pocos o muchos bienes que tenga los repartirá con esa misma equidad. Sin embargo unos hacer crecer esos bienes, mientras otros acaban con ellos a la primera de cambio. ¿Mala suerte?. Es probable, pero si cien veces se repitiera el reparto, al menos noventa y cinco veces se daría el mismo resultado final. Cada cual es como es. Lo verdaderamente injusto sería que un hermano se matara a trabajar toda su vida y que el otro viviera sin trabajar y a su costa. Libertad pues, para que cada cual haga con su vida lo que quiera. 

RAFAEL FABREGAT

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