Mapa de Aragón, a partir de la independencia de Cataluña. |
De todas formas los independentistas catalanes ya no utilizan la Historia para reclamar la región catalana como propia y ajena por tanto al resto de comunidades españolas. Viendo que la Historia no les da la razón, pasan de ella y simplemente se dirigen al pueblo español para decirle que su deseo es autogobernarse, proclamándose república independiente del Reino de España. Así, sin más. Los actuales dirigentes políticos, acusan a la pluralidad política que ocupa los escaños del Congreso de los Diputados (47 son catalanes) diciendo que "España les roba" y que en adelante quieren ser ellos y solo ellos los que dictaminen qué se hace con los impuestos de los contribuyentes catalanes.
Pues nada, si la mayoría de los votantes catalanes así lo quiere, no creo yo que los españolitos de a pie tengamos nada que objetar. De todas formas, por mucha democracia que haya, no creo yo que la Corona y las Fuerzas Armadas lo permitan. Veo difícil que cuatro gamberros, con razón o sin ella, se rían de mil años de Historia. Millones de españoles dieron su vida por esta unidad de la que esos cuatro gamberros quieren burlarse. La mayoría de los españoles creemos que, llegados a este punto, será difícil que los independentistas den su brazo a torcer. Pueden declarar la independencia, de la misma manera que cualquiera de nosotros puede lanzarse al vacío desde el campanario, pero será difícil que se la acepten.
Seguros de su victoria en las elecciones del 27-S, la Asamblea Nacional Catalana (ANC), plataforma independentista a la que pertenece Artur Mas, Oriol Junqueras y Raul Romeva, aconseja a los ciudadanos que a partir de ese momento no paguen sus impuestos a la Hacienda Pública, cerrando esta sede por medio de una cadena humana. Veremos en qué queda tanta falacia. Las pretensiones independentistas catalanas vienen de lejos, pero es en momentos democráticos cuando "los de siempre" quieren salirse del tiesto. Esta gente solo aprovecha la democracia para satisfacer sus pretensiones, escondiendo sus atracos y su mala gestión y al mismo tiempo escalando posiciones a metas más altas.
Los 2,5 millones de votantes que puedan apoyarles, poco o nada saben de Historia y de Derechos. Solo saben que no viven muy sorados y quieren probar la aventura del independentismo, como el que se agarra a un clavo ardiendo. No tienen nada que perder. De todas formas, ¿qué pasa con los 5 millones que no apoyen su postura?. ¿Es suficiente un 33% de los catalanes para provocar tamaño desaguisado?. Las guerras de muchos, siempre están provocadas por la ambición de unos pocos. Es la historia del mundo, una historia que creíamos adormecida por el bienestar, pero que ha despertado con la crisis. El caso es que la "bomba", activada por Artur Mas, es muy probable que acabe explotándole en las manos pues serán coaliciones izquierdistas las que puedan darle el triunfo y ahí (él) no pinta nada.
El final de Cataluña y España, solo Dios lo sabe.
RAFAEL FABREGAT
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