21 de mayo de 2012

0685- LA MEDITERRÁNEO, UNA CASA MUY ESPECIAL.


Edificio esplendoroso y con todo su interior renovado y actual. Centro cultural que es el orgullo de la ciudad de Alicante, pero cuyo pasado inmediato fue la vergüenza de esa misma ciudad. 

Difícil de comprender que lo mejor haya sido hasta hace bien poco lo peor, pero ocurre muchas veces que el tránsito entre una y otra concepción pasa forzosamente por etapas de abandono total, como ha sido el caso de este edificio, tal y como se relata a continuación. 
Los cimientos de este emblemático edificio no se construyeron para fines culturales, que son los que disfruta en la actualidad, sino comerciales. Para no alargar más la intriga del lector decir, de una vez por todas, que este edificio era la antigua estación ferroviaria de Benalúa, la que conectaba la ciudad de Alicante con la de Murcia; lo de Benalúa era simplemente por ser el nombre del barrio alicantino que ocupaba. 

El día 31 de Octubre de 1.856 la ciudad de Alicante, con más de 3.000 años de historia, veía por primera vez una locomotora de tren. Ese día se estrenaba la línea en un corto viaje inaugural de Alicante a San Vicente del Raspeig al que, sin ser oficial, acudieron el Gobernador Civil y los ingenieros del ferrocarril, así como el director de la compañía. Meses después, el día 4 de Enero de 1.857, llegó a la ciudad de Alicante el primer tren procedente de Madrid. 
El tren paró en cada uno de los puntos importantes de la línea. El día 1 de Marzo del mismo año se inició la explotación con la admisión de pasajeros, aunque la inauguración oficial tendría que esperar la llegada de Isabel II para la que se reservó estancia en Alicante los días 25, 26 y 27 de Mayo. El día 25 la reina llegaba desde Madrid a bordo de un Tren Real a la estación de Alicante, profusamente engalanada para la ocasión. Tras los saludos y agasajos de rigor, la reina procedió a la inauguración oficial de la línea y la autoridad eclesiástica a la bendición de las locomotoras.

Siendo en ese momento el puerto de Alicante el de mayor tráfico comercial del Mediterráneo, la estación de Alicante-Madrid se convirtió en cabecera de la línea de entrada y salida de personas y bienes desde el interior peninsular y pronto fue necesaria una ampliación que iniciara el corredor mediterráneo, llevando el servicio ferroviario a la ciudad de Murcia. Ante las dificultades de ampliación de la "Estación de Madrid" se proyectaría una nueva estación que llevaría la denominación de ALICANTE-BENALUA. Aunque el 11 de Mayo de 1.884 se inaugura esta nueva línea, la construcción de la nueva estación no se iniciaría hasta el año siguiente. La estación de Benalúa se puso en funcionamiento el año 1.888 aunque utilizando unas instalaciones provisionales de madera. 


Como anécdota cabe señalar que en su recorrido inaugural, el tren descarriló entre las lagunas de La Mata y Torrevieja, aunque sin víctimas. Subsanado el problema técnico, los trenes llegaron y partieron desde la estación de Benalúa rumbo al sur sin ninguna otra incidencia digna de mención. 

Hay que decir que, frente al valor emblemático de la estación de Madrid, la de Benalúa tenía un carácter más modesto pero no exento de interés comercial y estratégico para las comarcas del sur de la región y sobre todo para la ciudad y provincia de Murcia.
Como estación terminal de línea, la estación de Benalúa está dispuesta en forma de "U", tiene dos plantas y está enfrentada al final de las vías. Fábrica de sillería y subdividida por medio de pilastras de distinto tamaño. La zona de vías tiene dos brazos laterales o andenes que se usaban también para ubicar los servicios y para el control de mercancías. 
Pero la modernidad y el abandono de este tipo de estaciones no tardó en llegar.
Los tiempos de esplendor de Benalúa, cuando lujosos carruajes esperaban o despedían a los importantes viajeros, no llegó a durar ni siquiera un siglo. Cuando llegaron aquellos importantes avances a la ciudad de Alicante, muchos creyeron que aquella modernidad era para siempre ya que aquellas enormes maquinas de hierro ruidosas y humeantes que trasladaban viajeros y mercancías en tan breve espacio de tiempo, se vislumbraban el primer eslabón de una cadena futurista interminable. Sin embargo su duración no fue tan larga como todos esperaban.


Los trenes siguieron llegando y partiendo durante décadas, pero no tantas como se había previsto en un principio y es que la modernidad ha demostrado ser imparable, no siempre para bien. El auge comercial del puerto motivó la entrada de vías al muelle de poniente y la concentración de los trenes regionales a la Estación de Madrid. La falta de uso hizo que en 1.974 y justamente cuando se cumplían 90 años de aquella fecha inaugural, saliera el último tren comercial de la Estación de Benalúa. 

Las inundaciones de Alicante en 1.982 inutilizaron completamente la Estación de Madrid y pusieron nuevamente en funcionamiento la de Benalúa, pero aquello duró poco. Diez años después, el Ayuntamiento de Alicante puso una placa conmemorativa del centenario inaugural de aquella emblemática estación y ésta fue cerrada, al solo uso de su playa de vías para trabajos portuarios de clasificación de trenes y mercancías.

A partir de entonces... la debacle. 

Al 
más completo olvido por parte de las autoridades, se sumó el abandono y el uso y abuso de las instalaciones por parte de indigentes y drogadictos. 
Roedores e inmundicias de todo tipo invadieron las instalaciones y hasta las escaleras, indicadores de otros tiempos prósperos y emblemáticos, símbolo de una época que nunca debió olvidarse, fueron abandonadas a su destino. 
Todo el interior de las instalaciones fue presa de la suciedad y de los abusos. 
Elementos arrancados, fuegos en los más insospechados lugares quemando puertas y ventanas para calentarse en las noches de invierno, o como un signo más de la clase de gente que circulaba entre aquellos muros que vieron un esplendor que se creía interminable. 
Hasta los muebles primitivos fueron abandonados y quemados por aquella "clientela" que nadie supuso gobernante final de una obra, apenas cien años atrás, creadora de una riqueza sin parangón para la ciudad de Alicante y toda la comarca. 
Pero, en fin, no sé de qué nos extrañamos. ¡Así son las cosas de este mundo y de los muchos políticos que solo se dejan guiar por los intereses de unos pocos...!

Por fin, cuando ya nada quedaba de lo que otrora fue aquella emblemática estación, diferentes asociaciones consiguieron la cesión temporal de ADIF que permitiría la rehabilitación del edificio y su reconversión en la hoy llamada CASA MEDITERRANEO, un importante centro cultural que ha convertido a la Estación de Benalúa en el edificio emblemático que nunca debió dejar de ser. Hoy, nuevamente y esperamos que para siempre, es el orgullo de Alicante.


RAFAEL FABREGAT