17 de mayo de 2012

0682- NUESTROS ANTEPASADOS LOS CELTAS.

No fueron los primeros en llegar a la península Ibérica. Los primeros fueron los Iberos, procedentes del este de Europa y que llegaron a estas tierras bordeando las costas mediterráneas. Fueran o no exactamente de esa procedencia se sabe que la zona caucásica, hoy denominada Georgia, estaba ocupada por el pueblo de Los Iberos, aunque no se ha podido establecer con seguridad que hubiera parentesco alguno entre este pueblo y los primeros colonizadores de la península Ibérica. Se establecieron por todo el Levante y Sur peninsular, desplazando hacia el centro y norte a los antiguos pobladores del paleolítico y del mesolítico que encontraron en estas tierras. 

Fueron los escritores griegos quienes llamaron Iberos a los pueblos asentados en el Mediterráneo occidental, para distinguirlos de aquellos que poblaban el interior y norte de la península Ibérica, a todas luces de raza diferente y cultura muy inferior. Los Iberos, al estar emplazados junto a la costa mediterránea, adoptaron más rápidamente la cultura que les llegaba de los países orientales, especialmente el conocimiento y uso de los metales y la alfarería.

Posible origen de los celtas
Tampoco sabemos con exactitud cuando se produjo la llegada de los Celtas a la península Ibérica, aunque se cree que sería alrededor del 900 a.C.  Lo que sí está documentado por Avieno y Heródoto es que ya estaban aquí en el siglo VI a.C. 
Los Celtas no eran un pueblo o estado concreto, sino un número de pueblos interrelacionados entre sí, que se cree habitaban primeramente la Europa Central y que hablaban lenguas indoeuropeas que son indicativas de un origen común. No es pues exactamente correcto usar la denominación de "Celtas" al pueblo británico o irlandés, como se hace habitualmente, puesto que esta denominación es nueva y surge en el siglo XVIII. Fueron las tribus de los Atrébates, los Menapii y Parisii quienes, desde tierras continentales europeas y especialmente de las tierras de la Galia y Bélgica llegaron a Bretaña e Irlanda, contribuyendo al crecimiento de aquellas tierras. Sin embargo los pueblos Celtas ya dominaban anteriormente buena parte de Europa central, llegando hasta tierras de la actual Rumanía donde se unían a los Gálatas de Anatolia.

Restos de castro celta
La teoría mayormente aceptada por los historiadores es que los Celtas eran una raza indoeuropea, cuyas raíces procedían de la India y Oriente Medio y que, a lo largo de los siglos, fue extendiéndose hacia Europa Central y posteriormente a la Occidental. La Galia francesa, Gran Bretaña e Irlanda son los últimos territorios que mantienen todavía parte de aquella antigua cultura y lengua de Los Celtas. 
La Historia no siempre es fácil escribirla con exactitud ya que estudios del Instituto de La Torreta, indican incluso la posibilidad de que Los Celtas pudieran tener un origen Ibérico y que posteriormente emigraran hacia el centro de Europa y las islas británicas. (?)
Según los últimos estudios, el término Celta no debería ser admitido con anterioridad al siglo V a.C., cuando Heródoto se refiere por primera vez a este pueblo. Aunque hubieran culturas proceltas anteriores a Heródoto, nada se sabe de este pueblo hasta su indicación, ni tampoco hay dato alguno que nos haga saber que los pueblos de la Edad del Hierro hablaran o no las lenguas celtas.

Columnas de Hércules
El historiador Avieno, en un texto del 520 a.C. cita que La Céltica se sitúa en los Alpes y al norte de éstos, desde la actual Andalucía...
"Empieza el lustro en la ciudad de Pireno, desde los Celtas que están más allá de las Columnas de Hércules, confinantes con los Cinesios, último pueblo de la Europa situado hacia el Ocaso y después de atravesar toda aquella parte del mundo, desagua en el Ponte Euxino (mar Negro) junto a los Istrienos, colonos de los Milesios..."
Los druidas celtas siempre fueron tema de interés y fascinación, pero nada se conoce con seguridad de ellos. Un buen número de monumentos megalíticos de la prehistoria se intentó relacionar con esta cultura, cuando realmente eran muy anteriores a ella. La comunidad gallega también quiere identificarse con el pueblo Celta para reforzar su identidad nacional, pero tampoco hay seguridad alguna de cuando y donde empiezan sus raíces. Para  asegurar la presencia celta en la península Ibérica, tendríamos que remontarnos al segundo periodo de la Edad del Hierro aunque, ni aún así, se puede establecer garantía alguna.

Colina de Tara
El propio Estrabón nos dice que no había evidencia alguna de que los pueblos de Britania e Irlanda se llamasen así mismos Celtas, ni siquiera Galos. Sin embargo si que cita que los habitantes de nuestra península Ibérica eran los Keltíberi (celtíberos). Como se ha dicho antes, no es hasta el siglo XVII cuando se estudian las lenguas mundiales y hay que llegar al siglo XVIII para que se establezca una relación entre la Celta y la Gala en la época clásica. En la península Ibérica ha quedado perfectamente documentada la lengua celtibérica, tanto por topónimos como por leyendas monetales, grafitos, etc. 

Algunos arqueólogos ubican la sede de los reyes celtas en Irlanda, en la colina de Tara. Sin embargo no hay dato alguno al respecto y son por lo tanto responsables de haber creado una historiografía celta, a sabiendas de que hay errores en toda su concepción. Muy especialmente en lo que respecta a invenciones muy posteriores a estos pueblos, en las que se manifiesta el espíritu celta, la herencia celta y el arte celta irlandés.
Según Ruiz Zapatero, todo lo celta es inventado a partir de informaciones arqueológicas, informaciones medievales, fuentes clásicas y leyendas. 
También las cruces celtas se entienden como una adhesión de los celtas al cristianismo, pero este símbolo no es patrimonio de esta religión puesto que hay cruces con más de 5.000 años de antigüedad. 
El pueblo celta disminuyó notablemente a partir del siglo III a.C. y en tiempos de Julio César solo estaban presentes en la Galia, Britania y Galicia. A partir del siglo II d.C. solo quedaban los establecidos en tierras irlandesas, al estar aislados de la influencia romana. Su última expansión se produjo en el siglo VII, cuando invadieron Caledonia, que posteriormente pasó a llamarse Escocia. De todas formas hay demasiadas conjeturas y pocas realidades palpables. 
La niebla de la Historia nos permite saber muy pocas cosas seguras de los Celtas...

RAFAEL FABREGAT