A orillas del océano Atlántico y ubicada por tanto en el África occidental, tenemos a la República de Gambia, un pequeño país de poco más de 10.000 Km2. y que no llega siquiera a los 2 millones de habitantes. Está rodeado completamente por Senegal a excepción, naturalmente, de su zona costera. El territorio abraza en sus dos riberas al río Gambia, que da nombre al país independizado del Reino Unido el 18 de Febrero de 1.965. Dicho río, uno de los mayores de África y navegable en la mitad de su recorrido, nace al norte de Guinea a 1.130 Km. de su desembocadura en la ciudad de Banjul, capital de Gambia. El nombre de Banjul deriva de una particular fibra vegetal que se cultivaba en la zona para la fabricación de cuerdas (Bang julo) y de su nomenclatura en idioma mandinka, que es el empleado por el pueblo Mandé.
Su emplazamiento fue primordial para el establecimiento de colonias, primeramente portuguesa y posteriormente británica, interesadas principalmente en la trata de esclavos. Finalizada esa etapa de su historia y conseguida la independencia en 1.965, solo un breve espacio de tiempo de dictadura militar le ha impedido disfrutar del bienestar que le ofrece la fertilidad de sus tierras, pieza clave de su economía. Cierto es que la pesca y últimamente el turismo aportan interesantes ingresos para sus habitantes y para la economía del país pero, en zonas de bajo índice de desarrollo como es el caso de Gambia, son la agricultura y la pesca las que permiten cubrir la necesidades básicas de una población en buena parte por debajo del nivel de la pobreza.
Los escritos más antiguos que se conservan son de los siglos IX y X, época de expansión del comercio árabe en la zona que creó una ruta transsahariana que comerciaba con esclavos, oro y marfil. En el siglo XV llegaron los portugueses a la región, entonces perteneciente a Mali y desplazaron a los comerciantes árabes siguiendo con este comercio y estableciendo rutas marítimas. El año 1.562 llegaron los primeros colonos portugueses, originarios de la isla de San Miguel en las Azores. Procedían del valle de Fornas (Furnas) y enseñaron a los indígenas su lengua, motivo por el cual el idioma oficial de Gambia fue hasta el año 1.630 el fornasenc. Aún hoy, más del 60% de los indígenas hablan esta lengua y el inglés que se habla en el país contiene muchas palabras de aquel antiguo idioma. El año 1.588 Portugal vendió los derechos sobre el comercio del territorio a los ingleses que cedieron su explotación a una compañía británica en 1.618. Sin embargo en 1.651 y durante diez años la zona fue dominada por dependientes del reino polaco-lituano que se establecieron en la isla James.
En 1.661 los británicos reconquistaron la zona. Aunque durante casi un siglo Francia e Inglaterra lucharon por la supremacía en la región, finalmente y mediante el Tratado de Versalles de 1.783, quedó adjudicada definitivamente a Inglaterra, a excepción de Albreda que quedó en manos francesas hasta que finalmente y debido a los contínuos enfrentamientos con las tropas británicas de Fort James, fue transferido también al Reino Unido en 1.857. Este enclave acoge actualmente un museo de esclavos.
Se calcula que hasta 1.807, cuando Inglaterra abolió la esclavitud, más de 3 millones de esclavos fueron cargados en esta región con principal destino al continente americano. Para terminar con aquella lacra el gobierno británico estableció en Banjul un exhaustivo control por medio de un gobernador general que ejercía su jurisdicción desde Sierra Leona. Finalmente, en 1.888 Gambia se convirtió en una colonia autónoma y al año siguiente en colonia real. Independizada del Reino Unido en 1.965 mejoró rápidamente su economía por el alza de precios de su principal fuente de riqueza que era ¡la siembra de cacahuetes!, al tiempo que se iniciaba el desarrollo turístico internacional. El territorio es totalmente llano y cruzado de oeste a este por el río Gambia lo que hace que el 10% del territorio esté cubierto de agua. Un verdadero paraíso tropical al que lamentablemente, organizaciones pro-derechos humanos califican de dictadura por la constante violación de las libertades de todo tipo...
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