Durante su estancia entre nosotros, floreció la artesanía de todo tipo y especialmente la orfebrería más refinada de la época, así como la fabricación de toda clase de objetos de lujo y las armas.
Sin embargo no nos dejaron grandes monumentos arquitectónicos, como sucedió con griegos, romanos o árabes.
Parece ser que los Tartesios no tenían desarrollado el concepto urbano de los pueblos orientales lo cual no quita para que, cuanto ha llegado a nuestras manos, no indique el buen nivel y alta sofisticación de esta cultura a la hora de fabricar los objetos más exquisitos de aquellos tiempos.
En el Cortijo de Ébora y a finales de la década de 1.950, los aperos de un avezado tractorista sacaron a la luz un tesoro, que posteriormente se demostró de origen tartésico.
La zona arqueológica se halla próxima a las marismas del río Guadalquivir, en el término municipal de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).
Tal como se ha dicho, el descubrimiento fue fortuito, a consecuencia del cual se llevaron a efecto excavaciones arqueológicas que dieran luz al hallazgo.
Aunque se localizaron restos habitacionales y multitud de fragmentos cerámicos y constructivos, los restos de estructuras fueron casi inexistentes.
Tal como se ha dicho, el descubrimiento fue fortuito, a consecuencia del cual se llevaron a efecto excavaciones arqueológicas que dieran luz al hallazgo.
Aunque se localizaron restos habitacionales y multitud de fragmentos cerámicos y constructivos, los restos de estructuras fueron casi inexistentes.
Alguna de las piezas encontradas delatan influencia griega, aunque los símbolos que incluyen y las técnicas empleadas son claramente orientales y se intuyen llegadas a nuestra península a través de celtas y fenicios de los siglos VII al V a.C.
Las excavaciones realizadas dan noticia de ocupación del lugar desde el Calcolítico y la Edad del Hierro, hasta la colonización romana y musulmana.
Las excavaciones realizadas dan noticia de ocupación del lugar desde el Calcolítico y la Edad del Hierro, hasta la colonización romana y musulmana.
Las joyas de oro encontradas son representativas de la cultura tartésica desarrollada en el Bajo Guadalquivir hacia el siglo VII/VI a.C.
Todas las piezas encontradas -93 en total- tienen técnicas de granulado, soldadura y filigranas, propias de los pueblos orientales que desembarcaron en nuestras costas, aunque los orfebres tartesios fueron adaptándolas a su forma de trabajo tradicional.
Este y otros hallazgos delatan la presencia ininterrumpida de pobladores en la comarca del actual Sanlúcar, desde más de dos milenios anteriores a nuestra Era. La prueba la tenemos en este ídolo cilíndrico encontrado en la Fuente del Cortijo, del 2.500 a.C. y que hay expuesto en el Museo de Cádiz; amén de otras piezas como el Bronce de Bonanza o el Tesorillo del pinar de la Algaida, que sacaron a la luz un templo dedicado de Venus y que se identifica como el señalado por Estrabón, que nombra estos lugares en su tratado de Geografía con estas palabras: "...in supra Baetim navigator it urbs succedit Ebora et Luciferi fanum..." (navegando por el río Betis -Guadalquivir- llegamos a la ciudad de Ébora y al santuario de la Luz -o de Venus).
RAFAEL FABREGAT
Este y otros hallazgos delatan la presencia ininterrumpida de pobladores en la comarca del actual Sanlúcar, desde más de dos milenios anteriores a nuestra Era. La prueba la tenemos en este ídolo cilíndrico encontrado en la Fuente del Cortijo, del 2.500 a.C. y que hay expuesto en el Museo de Cádiz; amén de otras piezas como el Bronce de Bonanza o el Tesorillo del pinar de la Algaida, que sacaron a la luz un templo dedicado de Venus y que se identifica como el señalado por Estrabón, que nombra estos lugares en su tratado de Geografía con estas palabras: "...in supra Baetim navigator it urbs succedit Ebora et Luciferi fanum..." (navegando por el río Betis -Guadalquivir- llegamos a la ciudad de Ébora y al santuario de la Luz -o de Venus).
RAFAEL FABREGAT
Tengo algunas piezas rrelacionadas con las marias de himojo, la ciudad perdida de la atlantida es algo asombroso
ResponderEliminarHola Francisco!. Lamento decirte que la Atlántida solo fue un cuento de Platón y que las ruinas que existen en la zona de la que me hablas son seguramente de los Tartesos.
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