PARA ESCRIBIR SOLO HAY DOS REGLAS, TENER ALGO QUE DECIR Y QUE TE DEJEN DECIRLO. (Rafael F. Condill)
22 de diciembre de 2011
0566- EL MINARETE DE QUTAB.
Con una altura de 72,5 metros, el Minarete de Qutab es sin duda alguna el más alto del mundo. Compuesto por cinco pisos superpuestos, su base tiene un diámetro de 14,3 metros que va decreciento hasta llegar a los 2,7 metros en la coronación del monumento. El minarete forma parte del Complejo Qutb que encierra otros monumentos de gran interés, como el Pilar de Hierro que, después de 1.600 años, no presenta oxidación alguna; la Mezquita de Quwwat-Ul-Islám, construcción iniciada en 1.190 por Qutb ub din Aybak, con las piedras de 27 templos hinduistas y jainistas, destruidos por Aybak; el Alai Darwaza, puerta de entrada, obra maestra del arte indo-musulmán construida por el primer sultán de Delhi; también se encuentra en el mismo complejo la tumba o Mausoleo del sultán Iltutmish, construida por el propio monarca en 1.235 como modificación personal de la costumbre hinduista de incinerar los cadáveres. Una contradicción seguramente no exenta de pòlémica en su momento.
Inspirado en el minarete Jamen de Afganistán y queriendo sobrepasarlo en altura, el sultán Qutb ud din Aybak inició la construcción de este minarete en 1.193 llegando a completar solo la base del mismo. Su sucesor -Iltusmish- realizó otros tres pisos más y finalmente, ya en 1.368, la torre fue coronada con su quinto y último piso por el sultán Firuz Shah Tughluq.
Aunque inicialmente el minarete solo debía contar con cuatro pisos, este último sultán que finalizó la obra consideró más adecuado convertir este último piso en dos tramos, medida que sin duda favorece estéticamente el monumento.
Los 175 años que llevó completar su construcción, dejó en la peculiar torre los naturales cambios de estilo que, si bien en los tres primeros tramos son de características similares, fueron bastante diferentes en los dos últimos pisos.
La separación entre los cuatro tramos está realizada mediante una especie de balcones dellamente trabajados y bajo los que se encuentra el mayor trabajo de cantería decorativa.
El minarete está realizado básicamente en piedra arenisca de tonos rojizos, decorada con versículos del Corán. Es admirable la precisión de talla de los mismos, máxime en aquellos grabados de mínimo tamaño, solo vistos a través de medios técnicos y cuya decoración se centra en zonas donde la piedra es más oscura, a fin de que resalte sobre el resto de la torre.
De todas formas este no es el único minarete que se encuentra dentro del Complejo de Qutb, puesto que también el sultán Alauddin Khilji quiso realizar el suyo propio.
Se bautizó con el nombre de Minarete Alai y nació con la pretensión de alcanzar exactamente el doble de la altura de su antecesor, a fin de guardar la proporción correspondiente a la ampliación de la mezquita. Al acaecer la súbita muerte del sultán Ala-ud-din en 1.316 solo se habían alcanzado 24,5 metros de altura, no suficientes para considerar completada la base de tan colosal obra. La obra ya no continuó y el enorme conjunto de mampostería que formaba la base quedó allí, para la historia, esperando completar no solo la altura prevista, sino incluso la cubierta de piedra arenisca labrada que diera satisfacción a la memoria de su creador.
Los restos del grandioso conjunto de Qutb guardan para el visitante decenas de columnas profusamente labradas y hasta interesantes cúpulas realizadas por desplazamiento de losas ricamente decoradas que dejan boquiabierto al curioso turista que se acerca a tan interesante destino arqueológico.
Como se puede ver en la foto adjunta, la cúpula queda perfectamente solapada en el conjunto de la estructura de pilares. Una solución arquitectónica nada habitual que deja perplejos a los arquitectos que visitan tales ruinas. Sin embargo queda una última sorpresa para el viajero ávido de emociones...
Se trata del Pilar de Vishnú. Una columna de hierro, de 1.600 años de antigüedad, que forjada en hierro de bajísima calidad ha conseguido permanecer 16 siglos a la intemperie sin que muestre el más mínimo rastro de óxido.
Una inscripción indica que fue erigida en memoria del rey Chandragupta (375-413) y como homenaje al dios Vishnú.
El pilar ha llamado poderosamente la atención de arqueólogos y metalúrgicos por tratarse de un trabajo realizado en una época y lugar que se desconocía tuviera dominada la técnica de la fundición, así como por la extraña conservación del metal en el que está forjado dicho pilar. Se trata de un 98% de hierro de mala calidad que extrañamente no presenta corrosión alguna, lo que hace pensar que pudiera haberse protegido en el momento de su fundición con altas cantidades de aceite o mantequilla, lo que demuestra el alto nivel que ya poseían entonces los herreros de la antigua India.
EL ÚLTIMO CONDILL
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