30 de junio de 2019

2801- CATALUÑA PARA LOS CATALANES.

Más de cuatro les otorgaríamos (casi) todo cuanto piden, pero sin olvidar que Cataluña es España y vigilando que se cumple el mandato de las urnas. Si es que hay alguna posibilidad de arreglo, es la propia Cataluña quien tiene la solución. En un mundo democrático como el de hoy, nada puede conseguirse a la fuerza. Lo siento por todos los catalanes, que son muchos, contrarios a las actuaciones de los separatistas pero son ellos, con sus votos, quienes deben erradicar todos los desmanes que se están cometiendo. Los españoles jamás les daremos la espalda, pero tienen que entender que, en un mundo democrático, las guerras se ganan y se pierden en las urnas. Es allí donde tiene que prevalecer el sentido común. Es el pueblo catalán el que tiene que decidir qué quiere ser y a donde quiere ir. No escuchar a quien más grite, sino a quien lo haga mejor.

El Gobierno Español tiene potestad para imponer la fuerza, pero eso no conduce a nada bueno y por supuesto no garantiza resultado alguno. Es el pueblo catalán y especialmente los actuales votantes del independentismo, los que tienen que darse cuenta de que con esas actitudes no van a ninguna parte. En este mundo globalizado todos somos necesarios, pero nadie es autosuficiente. Todos nos necesitamos. Digan lo que digan quienes pregonan la independencia, como panacea del bienestar, todos sabemos que no es oro todo lo que reluce. Ellos también lo saben, pero es el ansia de poder lo que les ciega. Ahora mandan, pero han de dar explicaciones a un ente superior que no existiría si fueran nación aparte. Dicho de otra manera, aspiran a ser ese rey al que tanto odian.

¿Quien puede arreglar esto?. Está claro que son ellos mismos quien deben arreglarlo y solo puede conseguirse votando. Nada de impedimentos. Como parte de España, es el Estado Español el que imponga unas leyes que rijan para todas las autonomías, pero después son ellas las que pongan y quiten a sus mandatarios autonómicos. Si eso se llama federalismo, que así sea. Cada autonomía puede y debe aportar un porcentaje de sus ingresos para gastos generales del Estado, e incluso para apoyar a esas autonomías que no son autosuficientes, pero después tienen que ser sus habitantes quienes tengan la última palabra sobre la forma de gastar el dinero que generan con su trabajo. Y cuando sus dirigentes no cumplan, fuera. Cada cual tiene que ser responsable de lo que suceda, pero siempre desde la Democracia y respetando las mayorías.

Es muy fácil culpar al Estado de lo bueno o malo que ocurre en nuestra casa, pero esa no es la verdad ni la solución de nuestros problemas. Las quejas alrededor del fuego es cosa de antaño. Los males de la Democracia solo pueden corregirse con más Democracia. Ya sabemos que la maquinaria del poder suele ir un poco lenta, pero quizás cuatro años sean demasiados para corregir nuestros errores de voto. Yo les daría dos, tres como mucho. Volver a votar a quien lo haya hecho bien no es tan difícil, pero que quien no cumpla las expectativas sea más fácil y rápido el poder bajarlo de la poltrona. Y, por cierto, cada persona un voto, con el mismo valor proceda de donde proceda y que mande quien más votos tenga, sin pactos ni  engañifas de ningún tipo. Cada cual que demuestre de lo que es capaz y si no lo hace bien, fuera.

Ya sabemos que quizás no sea fácil aplicar tan sencillas ideas, pero está claro que las tan sofisticadas que tenemos actualmente tampoco solucionan los problemas. Como se ha dicho anteriormente, solo la Democracia puede solucionar los problemas de la Democracia y si los actuales mandatarios ganan los comicios llenando los pesebres de los votantes, que también hagan lo propio quienes aspiren a mandar. Las armas tienen que ser iguales para todos. Referéndum sí. Y quien saque más votos que gobierne la autonomía, pero siempre dentro de las Leyes Generales que rijan en el resto del Estado Español, que debe ser el estamento que aglutine el bienestar general de la nación. Cada autonomía que sea causa y origen de su bienestar o fundamento de sus desgracias. Claro que todo esto es una simple opinión de quien nada sabe. Suerte para Cataluña y, como reino o como república, larga vida para España.

RAFAEL FABREGAT

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