21 de noviembre de 2017

2535- POBRE BARCELONA...

¿Barcelona pobre?. Pues según cómo se mire... Poca gente estará más disgustada que yo, por el hecho de que Cataluña y especialmente Barcelona sea hoy más pobre que ayer y muchísimo más pobre que hace apenas un par de meses. No es nada nuevo. Todos sabemos lo que ha pasado y sigue pasando en Cataluña. Políticos que solo miran por su interés y ansias de poder absoluto, buscan sin descanso la forma de separar esta región española del Conjunto Nacional unido desde finales del siglo XV, en tiempo de los Reyes Católicos. Tras la Reconquista se consiguió unir todos los reinos peninsulares y, a excepción de nuestro vecino Portugal, junto hemos caminado hasta ahora, ya inmersos en el siglo XXI. Sin embargo la profunda crisis económica 2008-2017 ha dejado en España un problema colateral que se ha traducido en el interés independentista de la región catalana.

Naturalmente estos intereses separatistas siempre se presentan en las regiones más ricas, zonas que aspiran a serlo más cada día. Con no poca desvergüenza olvidan que buena parte de su población son hijos o nietos de emigrantes llegados de otras regiones españolas y que, ya integrados en la región de acogida, consideran que aquellos que no les siguieron son destinatarios, vía impuestos, de una parte importante de la riqueza que ellos generan. Efectivamente y siguiendo lo estipulado en la Constitución Española de 1978 el Gobierno tiene establecido un sistema de solidaridad con las regiones más desfavorecidas, pero de todas formas tales actitudes indican el nulo respeto que estas gentes tienen a la tierra que les vio nacer y a los ancestros que en ella malvivieron hasta que ellos pudieron marchar en busca de un mundo mejor, con patera, tren, o destartalado autobús y maleta de cartón. 

Poca, muy poca memoria y nula caridad con el prójimo, aún en el caso de que ese prójimo sean familiares o amigos de la niñez. ¿Con qué cara se presentarán en su pueblo, a la hora de ir unos días de vacaciones, si es que allí dejaron casa y amigos?. Y total... ¿para qué?. El que no tiene otra cosa más que un trabajo y un sueldo, si tiene suerte, quedaría como está por mucha independencia que Cataluña consiguiese. Supongo que les habrán contado aquello de "atar a los perros con longanizas" y tal y tal, pero ellos saben bien, pues les tengo por inteligentes, que todo eso son patrañas de los políticos que solamente buscan aumentar su poder y bienestar. Nosotros, los trabajadores normales y corrientes, quedamos igual, mande quien mande. ¿Qué interés podemos nosotros tener en que Cataluña pueda constituirse en un país independiente?. De momento lo que sí podremos comprobar rápidamente en nuestras propias carnes, son las consecuencias negativas del proceso. 

Amsterdam (Holanda) se prepara para acoger la EMA.
Ayer se perdió la oportunidad de que Barcelona albergue la Agencia Europea del Medicamento, 900 puestos de trabajo, presupuesto anual de 340 millones de euros y 36.000 visitas internacionales al año, con sus correspondientes pernoctaciones en hotel, comidas en restaurantes, etc. Pero hay más... Habida cuenta que Europa se niega al apoyo de esta secesión más de 2.600 empresas, justamente las más importantes del territorio catalán, han cambiado su sede social y fiscal, lo que significa miles de millones que pierde la comunidad vía impuestos. Algunas ya se están planteando incluso el trasladar también una parte o la totalidad de su proceso productivo. Esto significa que miles de personas quedarán sin trabajo y con serias dificultades para encontrarlo de nuevo. ¿Quienes serán pues los que sufrirán las consecuencias de este proceso independentista?. Desde luego, en cuanto al empleo y sueldo, los políticos no corren riesgo alguno.

Muchos españoles, clientes y proveedores de Cataluña, miran con desasosiego cada uno de los pasos que los políticos catalanes están llevando a cabo. Cataluña es mucha Cataluña y somos muchos los españoles que dependemos de ella, de la misma manera que también ella depende de nosotros. Todos somos importantes, todos somos necesarios, o al menos así ha sido hasta ahora. Yo tengo clarísimo el interés de los políticos por la consecución de esas metas, lo que no me cabe en la cabeza es que cerca de dos millones de catalanes tengan claro que apoyarles en esta aventura sea bueno para ellos. ¿Quien lo dice y cómo lo garantiza?. De momento las empresas multinacionales, las que toda región aspira a tener en su territorio, marchan de Cataluña. Ya son más de 2.600. ¿Alguien tiene alguna duda sobre las consecuencias que esto va a traer para la gente trabajadora?. Acabe como acabe este asunto, los culpables seguirán chupando del bote, como siempre chuparon, como siempre chuparán...

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario