15 de noviembre de 2017

2532- LOS ALTARES DEL INFIERNO.

Desgraciadamente es bastante común que riamos las gracias de los pillos y nos burlemos de la buena gente que carece del ingenio necesario para robarte la cartera y que este hecho te haga gracia. Nuestro mundo es lugar donde todo cabe. Con más de siete mil quinientos millones de personas, es lógico que haya santos y también demonios. Lo extraño es que estos últimos sean los que tienen más simpatizantes.

Según creyeron San Ignacio de Antioquía, San Ireneo de Lyón y otros muchos padres de la Iglesia Católica, el Papa es el máximo representante de Dios en la Tierra y por lo tanto sus decisiones gozan de infalibilidad. En el papa no puede haber error. Sin embargo todos los que se sientan en la silla de Pedro, antes de ser nombrados papas, han sido hombres y, aunque normalmente viejos, hombres siguen siendo tras la ceremonia de coronación papal. Hay incluso quien dice que, de haber infierno, está ubicado sin duda bajo los cimientos del Vaticano. Los papas adúlteros se cuentan por decenas, pero también los borrachos, sodomitas e incluso asesinos. Aunque esta lacra ya se inició a poco de morir Pedro, el primero de los obispos (papas) de la Iglesia Católica, la época más negra se desarrolló durante los siglos X y XI, en el llamado "Reinado papal de los Fornicarios"

Empezó este endiablado reinado con el papa Sergio III (904-911).
Amante descarado de la prostituta Marozia llenaron la silla papal de hijos bastardos que correteaban por el palacio como si de una guardería se tratase. 
Marozia dominó la política papal durante veinticinco años, influyendo en la elección de seis papas y ordenando incluso el asesinato de varios de ellos. 
Embarazada por el papa Sergio III, se casó con Alberico I duque de Spoleto el año 909. El hijo fue legitimado por Alberico pero, protegido de su padre carnal y bajo la vigilancia de Marozia, sería elegido a los 20 años como papa Juan XI.
Mientras tanto Teodora, madre de Marozia, a la muerte de Sergio III sentó en la silla papal a su amante Borgo Tossigano que llamarían Juan X. 
Sin embargo eso no fue del agrado de su hija Marozia que pretendía hacer papa a su nuevo amante, motivo por el cual acabó asesinándo a Juan X y nombrando al nuevo papa Leon IV.

Apenas un año después León IV moriría asesinado a manos de Marozia al haberse enterado de que se había entregado a una muchacha más joven que ella. Acto seguido Marozia movió todos los hilos para que su hijo, habido con el papa Sergio III, llegara sin más preámbulos al trono papal, tomando el nombre de Juan XI
Uno más de los títeres de su madre acabó prisionero y envenenado por los enemigos de Marozia. 
Cuarenta años después de la muerte de Marozia, el año 955, la influencia de aquella prostituta todavía se dejaba sentir hasta el punto de poner sobre el trono de Pedro a su nieto Octaviano que reinaría como papa nº 130 de la Iglesia Católica con el nombre de Juan XII. Tan corrupto llegó a ser que el palacio papal se convirtió en el mayor prostíbulo de Roma. 
Ninguna mujer, casada o soltera, que le gustara escapaba de sus garras. Murió asesinado por el marido de una de ellas que les pilló mientras fornicaban.
Siguieron a éstos otros muchos más...

BONIFACIO VII, fue un asesino que acabó arrastrado desnudo por las calles de Roma y dejado posteriormente para que se lo comieran los perros. Lo que quedaba fue recogido por unos sacerdotes y enterrado.
JUAN XIX, compró su papado en efectivo saltándose todo el escalafón en un solo día.
BENEDICTO IX, empezó su papado con 12 años, adquirida la potestad con el dinero de su familia. Criminal sin escrúpulos, fue homicida y adúltero siendo finalmente desterrado.
INOCENCIO III, mandó asesinar a más de un millón de supuestos herejes por medio de la "Sagrada" Inquisición, al no estar de acuerdo con sus enseñanzas.
BONIFACIO VIII, practicó la brujería y tachó de hipócrita a Jesucristo, se declaró ateo y negó la existencia del Infierno, tan pervertido sexual que decía que "darse placer con mujeres o niños era un pecado tan insignificante como frotarse las manos".
JUAN XXII, compareció en el Concilio de Constanza acusado de adulterio, fornicación, incesto, sodomía, hurto y homicidio. Su secretaria declaró que en Bolonia tenía un harén con no menos de 200 muchachas víctimas de su lujuria. Fue depuesto pero logró huir.
PIO II, fue padre de un gran número de hijos ilegítimos y predicaba la autoindulgencia.
PABLO II, mantenía una casa llena de concubinas y su tiara estaba tan ricamente enjoyada que su valor sobrepasaba en mucho el valor de muchos palacios.
SIXTO IV, tuvo dos hijos con su manceba Teresa y los hizo cardenales. Financió sus guerras vendiendo trozos de cielo al mejor postor, enriqueciéndose él y sus familiares.
INOCENCIO VIII, tuvo 16 hijos con varias mujeres y organizó corridas de toros en la Plaza de San Pedro.
ALEJANDRO VI, vivió en pecado con Vanozza y con la hija de ésta, de la que tuvo 5 hijos. Vivió en incesto con dos de sus hermanas y son su hija Lucrecia con la que tuvo un hijo.
PABLO III, tuvo 4 hijos siendo cardenal.

"No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen, antes los destruirás y quebrarás totalmente sus estatuas. Mas a Jehová tu Dios servirás y él bendecirá tu pan y tus aguas y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti".
Éxodo 23:24-25 

"En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira". 
Ramón de Campoamor

En todas las facetas de nuestro mundo, ningún valor es inmutable, todo es arbitrario y subjetivo. Hablo con conocimiento de causa pues lo he sufrido en mis carnes. ¡Qué desencanto...! Un mundo donde no hay verdad ni justicia... Sin amigos, sin hermanos quien los tenga... Todos mirándose al espejo y buscando la gloria y el vil metal, a costa de los demás...

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario