9 de septiembre de 2017

2485- DE NADA SIRVE.

De nada sirve tratar bien, a quien solo sabe hacer el mal. Lo de los políticos catalanes es históricamente reincidente, aunque tampoco hay que meter a todos en el mismo saco. Allí, como en cualquier otro lugar, hay de todo. Sabedores de la fuerza y del poder económico de esta región española, nunca han faltado trepas que hayan querido aprovechar este poder en beneficio propio. En cuanto a la gente de a pié, muchos son los que ven en el número 1714 el detonador que destapa la caja de los truenos y pocos los que saben realmente qué ocurrió en esa fecha. La ambición excesiva de los políticos de la Generalitat de Cataluña ya estaba instalada entre sus paredes muchos años antes y lo que ocurrió en 1714 es que a más de cuatro les salió el tiro por la culata, perdiendo privilegios que tres siglos después todavía no han podido olvidar. No hay más sordo que el que no quiere oír.

Buscando el apoyo de Cataluña para hacerse con el trono de España, el archiduque Carlos repartió favores y prebendas entre los mandamases de la Generalitat y finalmente el heredero fue otro. Eso es lo que aconteció. Defendiendo las mordidas que el archiduque Carlos les había prometido, los caciques de la Generalitat apoyaron al alemán hasta las últimas consecuencias que, como todos sabemos, acabaron con la ciudad de Barcelona sitiada por las tropas de Felipe V de Borbón y su posterior entrada triunfal en la capital catalana. Había que arriesgarse, pensaron desde la Generalitat, al fin y al cabo las vidas que arriesgaban no eran las suyas sino las de la plebe. Los tontos de siempre.

El castellano ya dominaba Cataluña antes de 1714. Su historia no tiene secreto alguno y está al alcance de cualquiera. No hace falta tampoco ser ninguna lumbrera para comprender todo lo que pasó y lo que pasa en estos momentos. Es una lucha constante, con la única finalidad de dominar el reparto de tan jugoso pastel. 
Siempre que España ha gozado de libertad democrática los miembros del poder catalán han aprovechado esa libertad momentánea para tensar la cuerda y sacar beneficio. 
Tras la dictadura franquista, con la última Constitución de 1978 se abrió la puerta y entró la brisa que ahora están aprovechando. No se sabe cual será el final de la contienda, pero mucho me temo que no habrá final para esta lucha sin sentido. A esta etapa seguirá otra y otra más y los políticos trepas seguirán viviendo de la ignorancia de la gente, riéndose de todos nosotros. De los que están a favor y de los que están en contra, pues unos y otros bailamos al son que ellos tocan. El Gobierno nacional de turno irá tratándoles de la forma más complaciente posible y ellos anotándose cada uno de esos tantos, pero siempre sin renunciar a sus luchas.

De nada sirve tratar bien a quien solo sabe hacer el mal, pero son las leyes del juego. En cada una de estas peleas políticas ellos van sacando tajada, engañando a la plebe y viviendo cada día mejor. Estos personajes no buscan el bien común, sino solamente su propio beneficio. No hay que verlo como maldad premeditada, sino como una forma de vida. Es su trabajo. Joder al gobierno de la nación arañando poder y prebendas que no repercuten en el bienestar de la sociedad. ¿Qué hubiera sido de Cataluña sin la mano de obra española?. Vean cuales son los apellidos mayoritarios. Claro que los derechos de esos catalanes a ellos les tienen sin cuidado. Esto es la selva y cada cual tiene que velar por sus intereses. ¿Acaso son ellos culpables de que los catalanes de ascendencia española crean sus mentiras y apoyen sus intereses políticos, que son al fin y al cabo los suyos particulares?. Ellos piensan, con más razón que un santo, que el que esté tonto que empuje la noria.

RAFAEL FABREGAT

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