5 de febrero de 2017

2342- LA SELECCIÓN NATURAL

Hace pocos días escribí un post con el título 'Somos lo que comemos'. Hoy aquella afirmación se reafirma en lo dicho y con profundas raíces que llegan al Neolítico y casi al propio 'Infierno'. Sí amigos... Un equipo internacional de investigadores ha conseguido descifrar el código genético de los Neandertales llegando a la conclusión de que el Homo Sapiens, del que proviene el ser humano actual, comparte un 4% del ADN de aquel género Homo que habitó Europa y Asia Occidental más de 200.000 años atrás y hasta unos 30.000 años antes de nuestra época, que es cuando se supone la extinción de esta raza, lo que indica que muchos Neandertales fueron comidos por los Sapiens.

El Neadertal era meridional y no un hombre de estepa, como algunos creen al haberlos pintado siempre dentro de paisajes del norte de Europa. Se trata de que ellos marcharon hacia el norte escapando del calor, pero en los periodos glaciales vivieron en las zonas mediterráneas, al sur de España e Italia y también en Grecia. En un periodo tan largo de tiempo, esta especie conoció importantes cambios en la fauna de su zona de influencia, pasando de la gran diversidad actualmente solo presente en África a otra mucho menor. El Homo Sapiens, proveniente de las estepas asiáticas estaba mejor adaptado a la caza de este tipo de animales. Nuestra mayor capacidad en la fabricación de armas y herramientas nos convirtió en los cazadores más eficientes pero, aún así, los Neandertales todavía sobrevivieron miles de años.

Sin embargo aumentar el tamaño de nuestro cerebro requería la ingesta de grandes cantidades de proteínas y grasas, no siempre disponibles en aquellos duros inviernos del Paleolítico. Para conseguir aquella imparable evolución hubo que pagar un precio macabro, sin el cual sobrevivir a la última glaciación hubiera sido imposible. 
Cuarenta milenios atrás, con toda Europa cubierta de hielo y la subsistencia dependiendo exclusivamente de la caza, el Homo Sapiens lo tenía complicado. Los pocos animales que conseguían cazarse no tenían en sus órganos el suficiente 'omega-3' para afianzar la evolución. Con esa falta de ácido graso en el cerebro, el desarrollo de las habilidades cognitivas no era posible y es entonces cuando se hizo presente el canibalismo. Sin ello la transición del Paleolítico Medio al Superior hubiera sido imposible.

El Homo Sapiens sobrevivió porque se alimentó de otros seres humanos (Neandertales) cuando fue necesario. No había otra opción. Con la última glaciación en pleno auge, el ácido DHA solo estaba disponible durante el corto periodo de un par de meses al año y en una proporción muy inferior a la actual. 
Tan solo cuatro o cinco animales eran relativamente asequibles y principalmente el reno, que era el que tenía menos cantidad de omega-3. La dependencia de la carne magra del reno provocó un serio declive para aquellos cazadores y es ahí cuando llega la selección natural de las especies, que provoca la decadencia de aquellos que no toman las decisiones correctas para lograr la supervivencia. El azar y la necesidad provocaron el canibalismo. Las marcas de herramientas de piedra hallados en los huesos de las víctimas así lo corroboran.

El deseo de obtener los nutrientes necesarios para vivir es innato en todas las especies que pueblan la Tierra y está claro que las cantidades de DHA presentes en el cerebro humano son muy superiores a las de cualquier otro animal. Ya sabemos que suena espantoso, pero nuestros antepasados necesitaban dietas de hasta 4.500 calorías diarias para poder soportar los esfuerzos a los que se veían sometidos, para poder reunir alimentos suficientes para ellos y sus familias. Como en toda la fauna, murieron los débiles. Hace 12.000 años los hielos se retiraron, aumentó la pesca y apareció la agricultura. Ya no era necesario comerse al enemigo y el canibalismo pasó a la historia. Con la raza humana sucedió como con el resto de animales. El pez grande se comió al chico y el fuerte al débil, en una mecánica que ha dado en llamarse 'La Selección Natural'.

RAFAEL FABREGAT

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