15 de diciembre de 2016

2291- NOS FALTA UN HUESO.

Excuso decir lo bien que nos vendría a muchos, pero no lo tenemos. Me refiero naturalmente al hueso del pene, habitual en la mayoría de los mamíferos machos y muy especialmente en nuestros parientes más cercanos, como los chimpancés, bonobos, etc. Se llama báculo y es el más diverso de los huesos, ya que en cada indivíduo de una misma especie varía notablemente tanto en longitud como en forma y grosor.

Naturalmente la bondad del susodicho hueso es que la penetración es posible incluso con el pene flácido. Sin embargo los humanos ¡mecachis! carecemos de dicho hueso y al hacernos viejos tenemos que acudir a la química, no demasiado aconsejable. 
En fin, es lo que hay. Teniendo claro que se trata pues de una cuestión evolutiva, la pregunta es que si los demás primates lo tienen, ¿por qué el hombre ha perdido lo que parece ser un valor añadido?. ¿Acaso ganaba con  su ausencia?. 
Investigadores de la University College, de Londres, han rastreado nuestra evolución a través del tiempo y han llegado a la conclusión de que los humanos perdieron el hueso en cuestión hace millones de años debido a su condición de monógamo. Al separarse los seres humanos de los primates, desapareció la presión evolutiva que lo hacía imprescindible. 

Esa es al menos la explicación que los científicos nos dan sobre su pérdida. En los primates la presencia del hueso va ligada al mayor tiempo en el que el pene está dentro de la vagina de la hembra, no solamente porque las penetraciones sean más prolongadas, sino porque al ser polígamos se aparean con multitud de hembras y necesitan de ese 'apoyo' para poder cumplir su función reproductora con todo el harén. En el reino animal, los protagonistas implicados en la procreación de la especie son muchos y necesitan por tanto tener a la hembra 'ocupada' el mayor tiempo posible para evitar la competencia. Se preguntarán qué papel juega el báculo en todo esto. Pues bien, el de poder mantener durante más tiempo la cópula y evitar que ninguno de los competidores coja el relevo. ¿Les parece poco motivo...?

RAFAEL FABREGAT

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