28 de marzo de 2016

2053- LOS CALDOS DE HUESCA.

Alquézar. Villa medieval, castillo de Jalaf ibn Rasid y Colegiata de Santa María la Mayor.
Mucha es la historia que encierran los pueblos de la comarca del Somontano de Barbastro, pero hoy no es de Historia de lo que venimos a hablar. Bajo la D.O. Somontano, en el prepirineo aragonés crecen desde siempre vides de gran personalidad. Vides de las que se exprimen uvas, blancas y tintas, capaces de satisfacer a los paladares más exigentes. 

Ya en el siglo II a.C. y mucho más allá, se producía vino en esta comarca aragonesa. Con una Península Ibérica eminentemente romana, los habitantes del Somontano ya cultivaban la vid y elaboraban vino de gran calidad. La palabra Somontano significa 'a pie de monte' y es a partir de la falda pirenaica donde emergen históricamente estos históricos viñedos cuya excelente simbiosis de clima y tierra permite obtener el tan preciado vino del Somontano. Es una zona donde históricamente las vides y el vino son protagonistas mimados por sus habitantes hasta la extenuación. Sin embargo, en honor a la verdad, la zona vitivinícola primigenia del Somontado era muy limitada y es en la Edad Media cuando el cultivo de la vid se extiende a toda la provincia oscense gracias a la actividad monástica.

Frailes y monjas, en general todos los amantes de la religión católica, apostólica y romana, lo fueron también de la buena mesa, de los postres y del vino. También toda clase de licores de los que especialmente los monjes son grandes destiladores. Lo del ayuno y la abstinencia será, si acaso, para los demás pero no para ellos. Más que guardar esta clase de preceptos, lo que Dios agradecería sin duda es que nos amáramos unos a otros y no nos dedicásemos a destrozarnos con hechos ni palabras. Mejor le iría al mundo si nos viéramos unos a otros como hermanos y no por encima del hombro como es lo habitual, incluso entre hermanos de sangre. ¡Ay el amor y la caridad, cuan alejada está de nuestra vida y de nuestros pensamientos...! (Perdón, ya me iba por los cerros de Úbeda).

Barbastro, Monzón, Fraga, Binéfar... A la sombra de castillos templarios verdean las viñas de Garnacha blanca y tinta, Tempranillo, Merlot, Sirah, Cabernet-sauvignon, Macabeo, Chardonnay y un largo etcétera de oro (tinto o blanco) que madura después en barricas de roble francés o americano durante meses. También allí, en las proximidades, brotan como hongos los restaurantes donde se elaboran auténticas exquisiteces gastronómicas, siempre regadas con los vinos del Somontano, 'caldos de Huesca' que por su limitada producción no gozan del conocimiento general de muchos amantes del buen vino y que otros afortunados aprovechamos para degustarlos a precios moderados, para nada acordes con su altísima calidad. Lo siento, punto de vista bastante egoísta. Mea culpa.

En el mes de Junio y con el fin de potenciar el consumo de las exquisiteces del Alto Aragón, se celebra en esta comarca la 'Feria de los 5 sentidos'. El aceite, el vino, la repostería, jamones y embutidos... Y otra vez el vino. Porque decir vino del Somontano es decir 'calidad omnipresente'. España es tierra de vinos excelentes. En ninguna parte del mundo los he visto mejores pero hay que decir, en honor a la verdad, que en la llamada 'piel de toro' hay marcas y calidades muy diferentes. Sin embargo, tierra de vinos por excelencia, en España hay algunas zonas (muy pocas y limitadas) en las que no es menester decantarse por una u otra marca, pues todas son buenas. Sucede esto precisamente con los vinos del Somontano, Toro y un corto etcétera.

No importa que se trate de un vino blanco de la última cosecha o de un tinto de crianza. Puedes estar comprando en cualquier supermercado al que tienes costumbre de acudir y si coges una botella D.O. Somontano, blanco o tinto y sea cual sea la marca, sabes que no fracasarás. Lo mismo sucede con los tintos de Toro o los blancos Getairako Txakolina, Godello, Albariño y algunos otros. De todas formas, hay que decir que últimamente la calidad de los vinos se está cuidando mucho en España y el 'vino peleón' ha desaparecido por completo. Tanto es así que incluso el vino de Rioja se está ya vendiendo en bombonas de plástico de 5 litros. Con eso está dicho todo, aunque el vino del Somontano... Mmmmmm. Y lo que es mejor, ¡a buen precio!. Lo de las tres B (bueno, bonito y barato) se cumple en Huesca.

RAFAEL FABREGAT

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