9 de febrero de 2016

2008- FARAÓN AMENHOTEP III.

De acuerdo con la transcripción de los jeroglíficos su nombre real era Nebmaatra Amenhotep III
hijo y sucesor del faraón Tutmosis IV y de Mutemuia, una esposa secundaria que no era de sangre real, pero la única que le había dado hijos varones. 
A la muerte de Tutmosis IV, 
Mutemuia asumió la regencia durante los primeros años de vida de Amenhotep III hasta su ascenso al trono. 

El ser esposa secundaria siempre fue motivo de desprecio por parte de las esposas reales Nefertari e Iraet por lo que, en venganza por las continuas afrentas recibidas, Mutemuia concertó el matrimonio de su hijo y heredero con una hija de su hermano Yuya, jefe de carros del faraón difunto y no con alguna de sus hermanas paternas, que habría sido lo habitual en estos casos. 
El matrimonio de Amenhotep III quedó concertado con su prima Tiy, cuando ésta tenía unos siete años de edad. Amenofis era dos o tres años mayor. Ambos fueron los padres de Akenatón, que reinaría como Amenofis IV a partir del año 1353 a.C., sucediendo a su padre Amenhotep III, fallecido a los 37 años de su reinado.
Mutemuia logró pues su sueño de ver reinar a su hijo y murió a una edad avanzada, rodeada de toda clase de lujos. 
Llama la atención la autoridad de Mutemuia sobre el reinado de Amenhotep III hasta el punto de que, como regalo a su progenitora y para legitimar su ascenso al trono, Amenofis III se declaró hijo del propio dios Amón-Ra, maniobra que convertía al faraón en deidad intocable, al mismo tiempo que enaltecía la figura de su madre. También los padres de Tiy fueron agasajados por el joven faraón, hasta el punto de ser enterrados a su muerte en el Valle de los Reyes, algo muy inusual. Bajo el reinado de este faraón, noveno de la XVIII Dinastía (1390-1353 a.C.), se llegó a alcanzar la máxima prosperidad de toda la historia egipcia.

Momia de la reina Tiy.
El reinado de Amenhotep III coincidió con el fin de las gloriosas campañas asiáticas de sus antecesores Tutmosis III y Amenhotep II y antes de la crisis de Amarna, que tuvo como protagonista a su hijo Akenatón. Es por ello que se piensa que la época gloriosa de esta etapa de Egipto era herencia de los antepasados de Amenhotep III y no propiciada por éste. De hecho este emperador no destacó por ganar batallas, sino por la construcción de templos y tumbas, por la organización de grandes cacerías de leones y por nutrir continuamente su harén con las más bellas y jóvenes mujeres captadas dentro y fuera de Egipto. Una vida de reyes, pero no un gran rey. Era la vida regalada, correspondiente a un tiempo de paz y tributos pagados por los pueblos vencidos.

Tumba de Tutankamón.
De la infinidad de mujeres que tuvo el faraón, solo tres ascendieron al rango de Esposa Real: la reina Tiy como auténtica gobernante en la sombra, la princesa Giluhepa de Mitani, como símbolo de alianza entre ambos países y la dama Sitamón, primogénita de Amenhotep y Tiy con la que su padre cometió incesto continuado en los últimos años de reinado, algo frecuente en la historia de Egipto. El faraón se casó con otras dos hijas suyas, pero no ascendieron al rango de esposas reales. Otra esposa conocida fue Taduhepa, sobrina de Giluhepa de Mitani, a quien algunos identifican como la propia Nefertiti. El famoso Tutankamón era hijo de Akenatón y nieto por tanto de Amenhotep III.

Como no podía ser de otra forma, a ese tiempo de paz y prosperidad se unió una etapa de gran esplendor artístico. Se realizaron ampliaciones en el Templo de Amón, en Karnak, un nuevo Templo en Tebas, Palacio de la reina Tiy en Malkata o la preparación de su Templo Mortuorio, en el actual Luxor, que llegó a ser el complejo religioso más visitado de Tebas. Construido en zona inundable, dos siglos después ya estaba en ruinas. Solo los Colosos de Memnón, de 18 metros de altura, sobrevivieron en su instalación a la entrada del complejo. Mucho antes de todo eso y aunque ya en mal estado de conservación por las humedades y el saqueo, los sacerdotes de la XX Dinastía habían retirado la momia de Amenhotep III que fue depositada en la de su abuelo Amenhotep II, en el Valle de los Reyes. La momia de Amenhotep III (foto) se encuentra actualmente en el Museo Egipcio de El Cairo.

RAFAEL FABREGAT

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