22 de diciembre de 2015

1967- TIEMPO DE BRUJAS.

Habrá de consultarse a la pitonisa y ver en la bola mágica cuales son, en España, las posibilidades de gobernabilidad tras elecciones generales del pasado domingo. Todo es poco si se trata de buscar lo mejor para España y para los españoles. Si hay que hacer un peregrinaje por las consultas de los videntes se hace que, aparte de perder el tiempo, no pasa nada.
Claro que soluciones, lo que se dice soluciones, pocas y de escasa efectividad. Apenas se ven posibles componendas y poco más, porque los españoles nos movemos poco, tarde y mal. A la vista está. Aguantamos cuatro décadas de dictadura y, a medio madurar, cuatro más con una Democracia que no acaba de satisfacer a nadie. No sabemos exactamente cuales eran nuestras expectativas de lo que era vivir en libertad, pero está claro que las expectativas no se han cumplido.


La razón es muy simple. Vivir en libertad significa que cada cual, sin molestar a nadie, puede hacer lo que le venga en gana, es decir, vivir lo mejor posible. Como no puede ser de otra forma, vivir lo mejor posible significa arañar bienestar a los demás, porque el bienestar general es una utopía. Simplemente no existe, no existió nunca y no podrá existir jamás. En el supuesto de que un país consiguiera el bienestar general de todos sus habitantes, forzosamente tendría que ser a costa de la pobreza de los países vecinos, lo cual tampoco sería justo. Esa es la realidad de la vida y del mundo. No hay amo sin criados, ni criados sin amo. Haciendo las cosas especialmente bien, podría (quizás) conseguirse un reparto más equilibrado de la riqueza, pero poco más. 


Nadie sabe exactamente cuales eran sus expectativas de los españoles a la muerte del dictador, pero está claro que lo que esperábamos que sucediera no sucedió. Los ricos siguieron siendo ricos y pobres los pobres. Está claro que los milagros no existen. En estos años de democracia hemos visto de todo y aunque el país ha ido progresando, las diferencias entre ricos y pobres han seguido existiendo porque es inevitable que existan. Como ya hicieran nuestros antepasados, la gente corriente hemos visto pasar el tiempo sin alterarnos en demasía, sabedores de nuestras escasas opciones de cambio. Sin embargo los eternos casos de corrupción, ahora aireados por partidos emergentes y medios de comunicación, han hecho explotar al pueblo trasladando su ira a las urnas.


El resultado ha sido, ya lo saben todos, un país ingobernable. 
La solución... muchas pero ninguna satisfactoria para nadie. El PP querría gobernar, pero en minoría es perder el tiempo. El PSOE, más de lo mismo. 
Ni aún con los emergentes más afines de cada uno de ellos (PP+Ciudadanos o PSOE+Podemos) llegan a una mayoría con la que poder gobernar. Uno y otro serían machacados con los votos de los independentistas vascos y catalanes. 
Una solución viable podría ser que los partidos mayoritarios (PP / PSOE) tuvieran altura de miras y buscaran el bien de España y de los españoles, pactando un gobierno estable, aunque solo fueran dos años de transición para asentar la economía. Tener criterios políticos diferentes no tiene el por qué llevar al rechazo y al insulto. Mejor malo conocido... Otra cosa será el desgobierno y tener que convocar nuevas elecciones y eso es lo que se supone que debería evitarse, no sea que la solución todavía sea peor que la enfermedad.
Si quieren saber más hagan clic aquí: https://www.youtube.com/watch?v=eM5zl1mtE7M

RAFAEL FABREGAT

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