2 de octubre de 2015

1904- EL LÍBANO.

Los tiempos cambian. Centro financiero de primera magnitud hasta 1970, la República Libanesa era conocida como la Suiza de Oriente Próximo. Sin embargo la Guerra Civil de 1975-1990 y la Guerra del Líbano de 2006, desintegró su economía y su estabilidad política. Guerras internas y conflictos con sus países vecinos han alejado de este rico país el turismo y, aunque Beirut (su capital) ha recuperado buena parte de su esplendor comercial, no se sabe si algún día volverá a ser lo que fue. Sin duda, cualidades tiene.


Las tierras del Líbano fueron cuna del pueblo Fenicio, grandes comerciantes que se expandieron por todos los puertos mediterráneos y a los que se atribuye el invento del vidrio. Una de las piezas más antiguas que se conoce, es una copa egipcia que lleva grabado el cartucho del faraón Tutmosis III. (1504-1450 a.C.) Aunque los fenicios no dejaron pruebas palpables de su invento, se tiene por seguro que los egipcios aprendieron de ellos el arte de fabricar vidrio. Según Plinio el Viejo (23-77 d.C.) a mediados del IV milenio a.C. unos marinos preparaban su comida en la desembocadura del río Na'aman (Israel) junto a la playa y apoyando la cazuela sobre unos bloques de sodio. El calor del fuego fundió la mezcla de sodio y arena que, al enfriarse, dejó como resíduo una masa dura y traslúcida que resultó ser el primer vidrio fabricado por el hombre.


El Líbano tiene una superficie de 10.452 Km2 y aproximadamente 4,5 millones de habitantes, de los cuales la mitad viven en Beirut y su área metropolitana. La primera referencia de Beirut (entonces Biruta o Berytus) se encuentra en unas tablillas de escritura cuneiforme (s. XV a.C.) que forman parte de las Cartas de Amarna y que el rey Ammunira le escribió al faraón de Egipto. Desde la antigüedad la ciudad fue destruida y reconstruida varias veces volviendo a levantarse sobre los mismos cimientos. Varios puntos destruidos en la Guerra Civil de 1975-90 han sido abiertos a la investigación arqueológica, al descubrirse numerosos monumentos y que algunas calles actuales siguen todavía las líneas de antiguas calles helenísticas y romanas.


Líbano limita al norte y al este con Siria, al sur con Israel y al oeste con el mar Mediterráneo. Sus núcleos principales de población se sitúan en una estrecha franja costera delimitada por la Cordillera del Líbano. La franja costera se escalona en varias terrazas del pleistoceno que apenas se elevan un centenar de metros sobre el nivel del mar. El clima costero es mediterráneo, templado, con temperaturas que van de los 10 a los 30ºC. según sea invierno o verano y una pluviosidad de 800 mm. anuales. En las montañas los inviernos son fríos, con frecuentes heladas. La agricultura es de tipo mediterráneo y apenas supone el 10% del PIB. Pesca y ganadería tienen escaso peso económico. 


La principal actividad viene de la mano del comercio y los servicios con un 70%. No teniendo materias primas, el 20% restante deriva del sector industrial. Se calcula que más de la mitad de los libaneses viven fuera de su país. La gastronomía libanesa es extraordinariamente diversa pues está adaptada a los países vecinos y a las diferentes culturas que acogen. En general podría decirse que se trata de una cocina turco-arábiga de aire afrancesado. ¿Cómo se come eso?. No lo sabemos, pero parece que bastante bien. La carne principalmente usada es el cordero. Crudo, al horno, frito, en albóndigas con cebolla y piñones, etc. pero también sopas y cremas vegetales, carnes asadas, quesos, ensaladas y frituras diversas. ¡Mmmm!. Cuando la cosa esté más tranquila, tendremos que ir..

RAFAEL FABREGAT

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