12 de septiembre de 2015

1883- SETAS MAESTRAZGO 2015. (5ª)

Hola amigos. Hoy es sábado, día 12 de Septiembre de 2015. Como no podía ser de otra forma mi mujer y yo, acompañados de unos amigos, hemos ido a buscar setas. Si todo va bien, como cada sábado y mientras dure la temporada, no podemos faltar a la cita. Mi hija mayor y su marido fueron ayer a "un sitio" de la pista de Cantavieja a Mosqueruela donde cada año nos hartamos de coger níscalos maravillosos, además de Llanega negra y blanca, todo en gran cantidad y sin esfuerzo alguno. Es la tercera vez que alguien de mi familia va este año a dicho lugar, sin que nadie haya podido encontrar más de una docena de robellones... Temporada desigual este año de 2015, al menos de momento. Tal vez sea pronto, pues cualquier punto es bueno en dicha zona. Al ser níscalos anaranjados vienen algo más tardíos.


Visto lo visto, este año estamos yendo al "Pinar Ciego" y allí estamos cogiendo el robellón de color más blancuzco y granate al corte. Hacía casi 20 años que no íbamos por allí puesto que en una mañana de niebla nos perdimos y, aunque rectificamos rápidamente y encontramos el coche con prontitud (unos quince minutos), el susto fue de tales dimensiones que como he dicho antes, aunque era un sitio excelente, ya nunca volvimos por allí. Este año, con diferentes acompañantes hemos vuelto ya tres veces a la zona y siempre hemos llenado la cesta a rebosar en un par de horas y con un recorrido irrisorio. Hoy, como viene siendo habitual, han sido 15 Kg. entre los dos. ¿Poca ambición?. Pues no, no es eso. Para cualquier buscador de setas la ambición es mucha, pero mayor es el miedo a perdernos. A gato escaldado, con agua tibia le basta...


Conocemos "otro sitio" donde en este momento también hay robellones en cantidad y sin peligro de perderse, pero hay que hacer algo más de recorrido buscando y nosotros ya no estamos para esos trotes. Como ya he dicho en otras ocasiones los viejos solo podemos ir a los sitios donde llegas con el coche hasta donde salen los robellones, sin tener que recorrer ni un solo paso que no sea de búsqueda y siempre procurando no pisarlos con las ruedas ni tampoco mearlos. ¡Porque esa es otra...! Tras dos horas de viaje y 130 Km. recorridos, cuando llegamos al pinar todos tienen ganas de orinar. Cuando el coche se detiene todos escapan en todas direcciones como si huyeran de la peste, pero no es eso, es que tienen necesidad de soltar líquidos. Una vez relajada la vejiga todos vuelven rápidamente, a coger el almuerzo y la cesta.

La cesta es para depositar las setas que han localizado mientras vaciaban el "agua del radiador". Resulta chocante pero cuando estás en sitio de setas y te paras a evacuar alguna cosa, rara es la vez que no localizas alguno de estos manjares. Se ve que en momento tan relajante la vista se agudiza y ves cosas que de otra forma hubieras pasado de largo. Total que, con el bocadillo en una mano y la cesta en la otra, los "miedicas" nos internamos en el bosque unos 300 metros en zig zag  y pare usted de contar. Con buen resultado, eso sí, pero me pregunto yo cuantas toneladas de níscalos habrá en ese lugar si con tan solo ese perímetro conseguimos llenar las cestas todos los que vamos. Porque, para más cachondeo, el sábado siguiente vamos al mismo lugar y hacemos el mismo recorrido. Al final lo conoceremos como la palma de la mano.


¿Y si un día nos alejáramos del coche 300 metros más allá?. No quiero ni pensarlo. ¿Para que querríamos nosotros tantas setas?. No merece la pena arriesgarse a tener un susto, pues parece ser que esto de la orientación no es lo nuestro. Lo nuestro, eso sí, es una afición casi ancestral inculcada desde niños por nuestros padres. Es buscar por buscar, pasar el día. Por cierto que este fin de semana, siendo Fiestas en Mosqueruela, el Hotel Montenieve que es donde solemos ir a comer tiene cerrado y hemos ido al Restaurante el Molino, donde hacía ya unos años que no habíamos estado. Se come estupendamente bien, con un menú de 13 euros y con gran variedad de primeros y segundos platos, además de un postre casero estupendo. Para volver. ¡Hasta la próxima semana!. A ver qué hacemos con estos robellones al llegar a casa...

RAFAEL FABREGAT

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