31 de agosto de 2015

1868- EL TREN DEL ORO.

Un georadar de gran potencia ha detectado la presencia de un tren cargado de oro enterrado a 100 metros profundidad bajo las montañas de la ciudad de Walbrzych, al sureste de Polonia. Parece una película de ciencia ficción pero es que demasiadas veces ésta se ve superada por la realidad. La cuestión es que dos cazatesoros han detectado este tren, desaparecido en 1945, con una carga de 300 toneladas de oro, joyas y otros tesoros saqueados por los soldados de Hitler. Algunos han equiparado el hallazgo con el pecio del Titanic pero lo cierto es que pocos o nadie saben de su contenido.


Se sabía que las citadas montañas guardaban en su interior inmensas galerías algunas de las cuales fueron voladas en un momento determinado, lo que no se sabía era lo que se guardaba en su interior. Nada se sabía de presentes que hubieran quedado vivos para atestiguarlo. Después... el tiempo pasa. Acaban las guerras y siguen tiempos de una paz entremezclada con venganzas, prisión y fusilamientos. Motivos más que suficientes para mantenerse callado, sin siquiera contar lo que sabes a los tuyos, no sea cosa que... Y el tiempo pasa inexorable hasta que llega un momento en el que nadie sabe nada. Las autoridades polacas han asegurado que de tratarse de riquezas expoliadas se buscará a sus dueños para devolvérselas.


Parece ser que todavía no se ha accedido a la galería y por lo tanto nadie ha visto el tren y su preciada carga, de la misma forma que nadie puede asegurar que pertenezca al Tercer Reich pero el Ministerio de Cultura de Polonia está obteniendo los permisos para preparar el rescate del misterioso Tren del Oro. Desde este organismo se pide prudencia puesto que no se conoce el origen del convoy y su carga. De acuerdo con la información publicada por Radio Wroclaw se sabe, eso sí, que está en un tramo de cuatro Km. entre las ciudades de Wroclaw y Walbrzych, pero no se puede hablar con precisión de su contenido. El tren mide algo más de 100 metros de largo y está blindado, lo que sugiere contenido de alto valor.


El alcalde de la citada ciudad ha corroborado el hallazgo, pero no ha mencionado el contenido del mismo. El Ministerio del Tesoro y el de Cultura han sido avisados y se espera una comunicación al respecto. De todas formas la leyenda del enterramiento de un tren cargado de oro en la región, siempre había circulado. Lo que nadie podía imaginar es que fuera cierto. Según la misma los nazis abandonaron la zona al final de la contienda ante el avance del Ejército Rojo que clamaba venganza por todas las barbaridades cometidas por los alemanes contra los rusos. Como ya se había hecho en otras ocasiones, las riquezas saqueadas a los rusos habían sido cargadas en un misterioso tren que desapareció de la noche a la mañana.


A 100 Km. de la salida del convoy éste desapareció misteriosamente en las proximidades del Castillo de Ksiaz, en Silesia, bajo las montañas próximas a Walbbrzych. Todo quedó sepultado en el misterio y la leyenda y los investigadores posteriores nunca tomaron en serio lo que consideraron simples habladurías. Todo esto podría haber quedado en el olvido si no fuera porque un minero alemán confesó lo sucedido a un amigo polaco antes de salir de la zona ocupada. La noticia, después considerada simple leyenda, era que un tren cargado de riquezas había sido puesto sobre una vía muerta en los últimos días de lucha. Se trata de una serie de túneles mandados construir por el propio Hitler como parte del Proyecto Riese y con fines desconocidos.


Se ha llegado a pensar que el desaparecido convoy podría contener las riquezas desaparecidas de la Sala Ámbar de Federico I de Prusia y que estaban catalogados como la octava maravilla del mundo. Las inmensas galerías podían haber sido construidas con fines estratégicos. Refugio antiaéreo, almacén de armas e incluso laboratorio para el diseño de nuevas tecnologías armamentísticas. Durante dos años unas 20.000 personas trabajaron en este proyecto extraordinario de minería. El complejo no llegó a terminarse puesto que fue descubierto por los soviéticos en 1945. Una parte de estos corredores están abiertos al público pero otros fueron cegados por miles de metros cúbicos de hormigón armado. 


Hasta ahora se pensaba que el tren había escapado con los alemanes, pero también pudo quedar escondido tras el hormigón como parece demostrado. Parece ser que un testigo presencial de lo ocurrido informó en su lecho de muerte e incluso proporcionó un mapa del lugar para poder encontrar el convoy. El Ministerio de Cultura ha prohibido el acceso a esta parte de los túneles con la excusa de que ningún curioso pueda ocasionarse daños, debido a las malas condiciones del túnel y porque el tren puede estar incluso minado a fin de evitar su apertura. Peligroso o no, lo lógico y natural es que las autoridades accedan en primer lugar al tren y a su contenido y se informe o decida sobre lo allí encontrado. Sin duda todo ello será noticia de primera magnitud...

RAFAEL FABREGAT

2 comentarios:

  1. Interesante hallazgo el de este tren olvidado en la memoria del tiempo. La curiosidad está servida. Leí la noticia hace unos días y la realidad supera la ficción así ya tenemos material para una posible película o libro. Como el que leí del escritor Ramón J.Campo titulado (El oro de Canfranc) basado en la historia de los avatares de la Aduana Internacional durante la Segunda Guerra Mundial, que por cierto, me resulto interesante.
    Gracias por compartir, un saludo.

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  2. Gracias a ti por la lectura.
    Efectivamente la vida sigue sorprendiéndonos cada día.
    Un abrazo y hasta siempre.

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