31 de marzo de 2015

1711- PLAYA, SEXO Y PROCESIONES.

Todos sabemos que la primavera la sangre altera, pero no sabíamos que fuera de forma tan exagerada y que tan sana costumbre viniera de tan atrás. Si alguien pensaba que esto del folleteo indiscriminado es algo moderno, estaba equivocado. Ya a principios del siglo XIX y reinando en España Carlos IV, en primaveras con temperaturas propias del verano, como las de este bendito 2015, se hacía necesario tomar ciertas precauciones de cara a la Semana Santa, debido a la promiscuidad del personal. ¿Sería acaso Manuel Godoy, Primer Ministro y amante de la reina quien advertiría al rey de tales desmanes?. Seguramente no, pero así se dirigió el rey al clero del Nuevo Mundo, intentando corregir en casa de los demás lo que no podía arreglar en la suya:


"Para evitar los graves perjuicios espirituales y temporales que pueden resultar de la concurrencia de personas de uno y otro sexo a las procesiones nocturnas, rogamos y encargamos a los Arzobispos y Obispos de nuestras Indias que, en observancia de los repetidos Concilios provinciales y diocesanos, prohíban que se hagan procesiones de noche y asimismo que concurran hombres y mujeres en horas irregulares a las parroquias con pretexto de ejercicios espirituales, expidiendo órdenes muy estrechas a los curas y doctrineros para el cumplimiento de esta ley. Y mandamos a nuestros Virreyes, Presidentes, Audiencias y Gobernadores, que la observen, guarden y hagan ejecutar en la parte que les toca"
Se ve que los indoamericanos eran muy fogosos. 

Sin embargo, como se ha dicho antes, más le hubiera valido al rey mirar en su propia alcoba que era sin duda donde más escándalo había. También en la propia Corte, pues era la mujer María Luisa de Parma y su amante Manuel Godoy quienes gobernaban el país. Claro que lo de ver paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio también viene de muy atrás... Historiadores más benevolentes dicen que Godoy no era amante de la reina y que tales bulos acompañaban su debilidad por las mujeres, de tal manera que cuando alguien necesitaba un favor solía mandar a su hija más bella para conseguirlo. Siendo así, la antesala de su palacio siempre estaba repleta de mujeres jóvenes y bellísimas.
Claro que todo esto es agua pasada que no mueve molino. En la actualidad española, ya bien entrados en el siglo XXI, la Semana Santa no es fecha exclusiva de recogimiento ni de celebración eclesiástica, sino de distensión y esparcimiento. 

En este tiempo primaveral y si las temperaturas acompañan (que sí lo hacen) se ha perdido el decoro y no falta oportunidad para el escarceo, más sexual que amoroso. Es verdad que la primavera ha llegado, que estamos en Semana Santa y que los termómetros sobrepasan los 30ºC, aún cuando todavía estamos dentro del mes de Marzo. Y es por ello que la playa, el sexo y las procesiones se unen en una misma semana de explayo y falta de pudores. Ni los perros parpadean. Pasaron los tiempos del miedo al más allá y al castigo divino. 
Acertados o no, todos tienen claro que solo se vive una vez, que este tiempo es breve y que hay que aprovecharlo al máximo.


¡Cuanta inocencia!. De la misma manera que los jóvenes de antes quedaban en "misa de 10" para después ir a pasear con las chavalas, ofertar un rato de "guateque" mañanero y aprovechar para dar algún achuchón, en la actualidad ya con todas las posibilidades abiertas, puede citarse uno en mañana playera o en la procesión vespertina con parecido fin. Claro que ahora el asunto no va de "guateques" ni de achuchones y se va directamente al grano. Aquí te pillo, aquí te mato. Ya no son necesarias leyes protectoras para el decoro ni para las féminas, pues como te distraigas cinco minutos serán ellas quienes te lo propongan. Tanto han cambiado las cosas que ya no existen aquellos jóvenes "salidos" que tanto había en los 60, más por hambre que por ganas de comer. 


Es cierto que hacia 1965 llegó la minifalda pero... ¡solo se podía mirar y sufrir más si cabe!. 
Por el contrario la juventud actual camina desganada, cabizbaja y cansada de todo. Incluso decepcionada. ¡Ah!, ¿es esto?, ¡pues qué quieres que te diga...! A este paso el día menos pensado serán los jóvenes quienes precisen del viagra pues, ya sin ilusión alguna, acostarse con las chavalas no tendrá para ellos el menor interés. En la vida, como en la política, no existe el centro. No hay tonos grises. O lo tienes todo o no tienes nada. Puede que haya 
exagerado "un pelín", pero es que hasta el mejor manjar aburre si lo comes a diario. Hoy para echar un polvo no es necesario quedar en los Oficios ni en la procesión del Viernes Santo. Nos vemos en tu casa o en la mía... ¡y ya está!.

RAFAEL FABREGAT

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