6 de marzo de 2015

1682- EL MILAGRO DE LA VIDA.

Ya sé, ya sé que me repito más que el ajo, pero mi cabeza no puede dejar de pensar en el misterio de la Creación y de la Vida. Más aún cuando mi inclinación natural es la de creer que todo esto no es más que fruto de la casualidad y de la física o de la química, que tampoco tengo yo mucha idea. 


Yo no quisiera creerlo de este modo. ¡Debe ser tan bonito creer en un Dios Creador y Protector y en una segunda vida Celestial y Eterna!. Pero, claro, todos no somos tan crédulos y hay que afrontar la realidad.  La nuestra, la de cada uno de nosotros, que es al fin y al cabo la que cuenta. ¡Que más quisiera yo!. ¡Es tan insulso y vacío esto de creer solamente en realidades físicas!. Pero es lo que hay, nadie puede cambiar esta realidad, esta forma de pensar. Yo estoy cansado de decir que si todo esto es una especie de "lotería", digamos combinación de casualidades, la vida también puede estar presente en otros lugares del Universo. ¡Son tantos los millones de estrellas que existen, que alguna habrá con un sistema planetario parecido al nuestro y albergador por tanto de vida similar!.


Pensar lo contrario sería, por decirlo así, una especie de prepotencia o un creer a pies juntillas en la Creación Divina como fórmula exclusiva que se nos concede, no sabemos por qué. Como he dicho en otras ocasiones no me considero ateo, porque efectivamente creo que detrás de esta inmensidad espacial tiene que haber una explicación, a la que podemos llamar Dios como podríamos llamarlo de otro modo. Nada sucede porque sí. Yo suelo imaginarme que este mundo, nuestro planeta, es una especie de probeta de laboratorio donde "alguien" nos metió en su día con la clara intención de ver hasta donde seríamos capaces de llegar. Nada por tanto de Cielo e Infierno, sino más bien de civilizaciones mucho más adelantadas, que siembran vida como el que siembra patatas.


A ver si brotan, a ver si son capaces de luchar contra las plagas y adversidades de toda índole... 
Por supuesto que de lo que predican las diferentes religiones de nuestro planeta, nada de nada. Para mí y para muchos no son más que cuatro listos (cientos de miles más bien) que viven sin dar palo al agua, del sudor de los demás. ¡Así, sin meter más cizaña en el asunto!. 
Gente inteligente que sabe perfectamente de lo temporal de nuestra existencia y que sabe aprovecharla, dominando la situación y haciendo que los desgraciados que tienen a su alrededor les llenen el plato y encima les miren con respeto y consideración. 
No están tan lejanos los tiempos en los que ese respeto era más miedo que otra cosa...


Porque las religiones, como las letras, con sangre entran. Lo que no cabe en mi cabeza es que con los miles de años (quizás millones) que hace que nos "sembraron", todavía haya fanáticos que den su vida y la arrebaten a los demás, en el nombre de Dios. Hay que ver lo antiguo que es esto, ¡y todavía sigue!. ¿Será real ese fanatismo, o será más bien el deseo inacabable de mantener el dominio sobre los demás?. Porque la religiones todas nacieron y se impusieron con esos objetivos y no creo yo que esto haya cambiado ni cambie nunca... La prueba es que el saber es mucho mayor cada día que pasa y los "fanáticos" siguen existiendo. Sencillamente no aprenden, porque no quieren aprender.


Está claro que la vida, no habiendo sido "sembrada", es un auténtico milagro. Según explican los científicos, un cúmulo de casualidades de tales dimensiones, que podría darse el caso que no se hubiera repetido por muchos que sean los millones de posibilidades. Según dicen los expertos, el hecho de que te salga el premio gordo de la Lotería es proporcional al número de papeletas que juegues y a la cantidad de números que haya en el bombo. Si esto es así, que sin duda lo es, está claro que en la inmensidad del Universo son muchas las papeletas que juegan en esta misma lotería de la vida y a algunos otros les habrá "tocado".


Si es así, la vida no es por tanto un milagro, sino una posibilidad entre millones que por fuerza a alguien le tiene que tocar. De todo esto debemos deducir que, si la vida es una cuestión de probabilidades cósmicas, habrá otros muchos planetas similares al nuestro que albergarán vida parecida a la nuestra. Otra cosa, claro está, es que fuéramos creación de Dios, en cuyo caso estaríamos solos. Sin embargo esta hipótesis no la creo posible ya que, de ser así, ¿para qué habría de crear Dios un Universo de tales dimensiones, si solo necesitaba un planeta?. ¡Que no, que no...!. El problema es la pregunta, que son varias, y que siempre quedan en el aire: ¿qué hay ahí afuera, por qué y para qué...?

RAFAEL FABREGAT 

2 comentarios:

  1. La curiosidad, es el principio de Sofia.

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  2. Cada cual es como es, no podemos evitarlo, pero pensar demasiado tampoco es bueno. Nadie ha elegido estar en este mundo, ni el momento de llegar, ni la forma de ser. Por lo tanto, si hubiera Dios y hubiera Cielo todos iríamos allí, independientemente de nuestro comportamiento puesto que tampoco somos culpables de ser como somos... Complejo, ¿verdad?.
    Un cordial saludo.

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