26 de febrero de 2015

1674- LA VIRGEN DE GARABANDAL.

A las 8,30 h. de la tarde del domingo 18 de Junio de 1961, cuatro niñas de la aldea de San Sebastián de Garabanadal (Cantabria) oyeron un gran trueno estando el cielo despejado, completamente limpio de nubes. (Un avión sin duda). Orientándose por el ruido miraron al cielo para comprobarlo y cual no sería su sorpresa al ver un gran resplandor y en el centro del mismo al Arcángel San Miguel anunciándoles la próxima llegada de la Santísima Virgen, que efectivamente tuvo su aparición sobre el domingo día 2 de Julio en el cerro próximo a la aldea. Estas apariciones fueron sucediendo hasta el 13 de Noviembre de 1965, con gran repercusión en todo el país y en el resto del mundo.

El miércoles día 9 de Agosto de 1961 el sacerdote Luis María Andreu, acompañado de unas veinte personas de Aguilar de Campoo, llegaron a la pequeña aldea de Garabandal. Ese día el párroco local Valentín Marichalar había tenido que ausentarse a Torrelavega y le pidió al padre Luis que ejerciese de párroco de Garabandal en su ausencia. La misa, celebrada ese día por el padre Luis, fue de un fervor fuera de lo común y así lo comentaron todos los vecinos presentes. Esa tarde, como era costumbre, se rezó el Rosario en la iglesia, cayendo en éxtasis las cuatro niñas durante unos minutos. Al acabar el Rosario y sin mediar palabra marcharon hacia el lugar de las apariciones seguidas de otros feligreses.

Cuando llegaron al lugar, donde se esperaba la aparición, inesperadamente las niñas enfilaron una ladera arriba con mucha pendiente hasta un cerro coronado por nueve pinos y desde el que se ve perfectamente la aldea. Nuevamente la aparición de la Virgen se produjo en ese lugar y se repitió al domingo siguiente día 16, fecha en la que la Virgen pidió se construyera una capilla en ese punto en honor del Arcángel San Miguel. El propio papa Pablo VI se refirió a estas apariciones diciendo que era sin duda la historia más hermosa de la humanidad desde el nacimiento de Cristo. Como en otras apariciones, en Garabandal se anuncia el final de los tiempos, así como la segunda llegada de Jesucristo.

A las diez de la noche, estando el padre Luis entre la muchedumbre que seguía a las videntes, una de las niñas le pidió a la Virgen que diera alguna prueba de su presencia pues muchos no las creían. La virgen hizo que también el padre Luis la viera y le dijo: "muy pronto estarás conmigo". Esa misma noche, en el camino de vuelta a la aldea, el padre Luis cayó muerto sin dolor alguno. Días después, en una de las apariciones de la Virgen, una de las niñas llamada Conchita le dijo estar muy preocupada puesto que la humanidad duda de todo y pierde su fe. Según palabras de la propia niña, la Virgen le dijo: "No te preocupes. Mi Hijo hará todo lo necesario para salvarles".

La capilla de San Miguel se construyó con fervor y participación ciudadana puesto que, a poca que sea nuestra fe, hasta el más incrédulo de los hombres sabe de la infinita misericordia de Dios y de que arrepentidos todos alcanzaremos su perdón y un lugar junto a Él. Sin embargo la copa del pecado está próxima a rebosar. Según el mensaje del Arcángel... "No solo pecan los hombres normales, sino también sacerdotes, obispos y cardenales, que van por el camino de la perdición y se llevan consigo a otras muchas almas. Cada día que pasa la Eucaristía pierde importancia y solo volviendo al camino de la rectitud evitaremos la ira de Dios y alcanzaremos su perdón. Este es mi último mensaje..."

RAFAEL FABREGAT

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