25 de febrero de 2015

1672- LA CAVA DE DON RODRIGO.

A la muerte del rey visigodo Witiza, en el año 710 y no habiendo una descendencia directa, el llamado Don Rodrigo (Roderico) se apoderó del trono hispánico de forma violenta y provocando la secesión de una parte del reino. 
No teniendo noticias fidedignas al respecto, las crónicas de la época hacen pensar que el rey Witiza fue derrocado incluso por el propio Don Rodrigo y asesinado en ese mismo golpe de estado ya que, de haber muerto de causa natural, no se hubiera producido situación tan conflictiva como la que relatan las crónicas de aquellos tiempos. 
No habiendo consenso entre la aristrocacia, puesto que una parte de la misma apoyaba a los sucesores de Witiza, los conflictos internos se sucedieron y los árabes aprovecharon la oportunidad para atacar la Península Ibérica y derrotar a los visigodos, debido a la traición de los godos oponentes de Don Rodrigo.


El conde Don Julian ostentaba en aquellos tiempos la gobernación visigoda de la ciudad de Setem (Ceuta), la cual cayó en manos musulmanas el año anterior. Esto hizo que el conde cambiara de lealtades, quedando a las órdenes de Táriq ibn Ziyad a quien facilitaría con sus barcos el paso de las huestes moriscas por el estrecho de Gibraltar y la conquista de la Hispania visigoda. Pero, ¿cual era el motivo de tan alta traición a los suyos?. Es en este punto cuando cobra importancia la leyenda de Florinda la Cava, hija del conde Don Julián (Olián), a quien su padre había mandado a Toledo para ser educada de la manera más exquisita y por ver si podía casarla con algún noble. 


Allí en Toledo, junto a un torreón a orillas del río Tajo, acudía Florinda con sus doncellas a la luz de la luna llena para darse un baño sin percatarse de que Don Rodrigo, último rey de los godos, la contemplaba ensimismado desde lo alto. La visión de la desnudez de la joven muchacha tenía obsesionado al monarca y aprovechando que recibía de la joven los cuidados contra la sarna que padecía, trató por todos los medios de gozar de sus favores sin conseguirlo. Ante sus continuas negativas Don Rodrigo acabó violándola, aunque él siempre lo negó, diciendo que "yació de forma voluntaria". Otras versiones dicen que fue ella quien lo sedujo bajo promesa de un matrimonio que no se llevó a cabo...


Sea como fuere Florinda la Cava escribió a su padre contándole la afrenta recibida, bien fuera la de violación o la de incumplimiento matrimonial y su padre acudió a Toledo a recogerla, aunque sin pedir explicación alguna a Don Rodrigo. Completamente enfurecido contactó con Táriq ibn Ziyad y le ofreció sus barcos y la información necesaria para desembarcar en Tarifa dando comienzo a la invasión musulmana. En aquella primera batalla, la de Guadalete, los moros se impusieron a un ejército escaso y mal dirigido, por las luchas internas que se habían sucedido las últimas semanas en tierras visigodas. Otras oleadas mayores pasaron el estrecho y la derrota fue aplastante.


La venganza de Florinda la Cava y la de su padre el conde Don Julián, se cuenta en los anales de la "Historia legendaria" como el desencadenante de la invasión morisca en España. Una invasión que había de imponerse durante 800 años y que cambiaría para siempre los destinos de los reinos cristianos peninsulares, implantados a finales de la presencia romana y muy especialmente con la conversión al cristianismo de los godos llegados de las tierras germánicas. ¿Todo eso por la pérdida de la virginidad de Florinda?. Bueno, pues quizás sí. Las más serias discusiones, empiezan muchas veces por un motivo ridículo, o mínimo para los desastres que provocan...

RAFAEL FABREGAT

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