18 de febrero de 2015

1665- HISTORIA DEL RELOJ DE PRAGA.

El año 1338 el rey Juan I de Luxemburgo, rey de Bohemia por casamiento con la princesa Margarita, hija de Wenceslao II, ofreció a la ciudad de Praga la construcción de este bellísimo Ayuntamiento de estilo gótico, con los beneficios derivados del impuesto sobre el vino. Posteriormente se construyó la torre y con el tiempo se le adosaron casas de familias ilustres. 
El año 1410 el maestro relojero Nicolás de Hadan y Jan Sindel, profesor de matemáticas y astrónomo de la Universidad Carolina de Praga construyeron el reloj astronómico de la torre del Ayuntamiento de Praga, uno de los más famosos del mundo. Un edificio gótico de tan brillante factura no merecía menos. Sin embargo el citado reloj no fue todo lo que sería después, puesto que las mejoras del mismo han sido permanentes a lo largo del tiempo. Una de las más legendarias se produciría tan solo 80 años después de su construcción y ésta es la que motiva esta entrada al Blog, aunque es más que probable que solo se trate de una leyenda...

Era pues el año 1490 cuando el también maestro relojero Hanus (en realidad su verdadero nombre era Jan Ruze) se presentó en el Ayuntamiento de Praga y puso su talento a disposición de los ediles para la sustancial mejora de aquel reloj cuya importancia emanaba principalmente del mecanismo del cuadrante astronómico que todavía se puede contemplar en nuestros días. Aceptando las autoridades su ofrecimiento el relojero realizó cálculos y diseñó los diferentes mecanismos que le dieran esa vida especial que él tenía en mente para el reloj de su ciudad al tiempo que introducía el calendario y otros adelantos técnicos. El día de la inauguración del nuevo reloj la gente se agolpaba estupefacta intentando comprender los diferentes mecanismos que lo adornaban. 

No era solamente la hora, sino que el increíble aparato ofrecía a quienes lo contemplaban la posición del sol y de la luna, el mes del año, el paseo de los apóstoles, el anillo zodiacal y otras muchas informaciones, tantas que todos miraban y nada veían. 
En lo que todos coincidían es que en todo el mundo no había reloj como aquel y ello haría sin duda que la ciudad de Praga vería aumentados sus visitantes. 
Tiempo después se vio trabajando nuevamente al maestro y se corrió la voz de que tenía encargo de otro reloj más espectacular para otro país. Las autoridades temieron que la maravilla de Praga se viera eclipsada y en una noche oscura tres figuras se presentaron en el taller de Hanus que todavía estaba trabajando al calor del fuego. 
Sin poder reaccionar lo sujetaron y le quemaron los ojos con un hierro candente. Naturalmente ante su ceguera el maestro relojero dejó de trabajar y hasta incluso enfermó, llenándose el nuevo proyecto de polvo y suciedad. 

Sin embargo un día el maestro relojero se enteró del motivo de su desgracia y decidió dar respuesta al ataque sufrido. Con la ayuda del aprendiz que tenía llegó a la torre donde estaba el reloj que tanta curiosidad despertaba y subió hasta donde estaba el mecanismo. Reuniendo todas sus fuerzas metió el brazo derecho en el mecanismo que rápidamente quedó prácticamente cortado. El reloj colapsado por el súbito contratiempo quedó descompuesto e inutilizado, al tiempo que al maestro se le escapaba la vida desangrándose por la enorme herida. Pocos minutos después Hanus caía muerto. Los gritos de su ayudante y quienes acudieron a su llamada nada pudieron hacer por salvarle la vida.

El reloj quedaba maldito y de hecho tuvo que pasar mucho tiempo hasta que alguien consiguiera arreglarlo. A partir de aquel momento el reloj se paró muchísimas veces y solo su extraordinario esplendor evitó que fuera sustituido. Tantas veces como quedó averiado, sería reparado de nuevo. La reparación de 1552 fue llevada a cabo por el maestro relojero Jan Taborsky y sería él mismo quien daría el nombre de Hanus como autor del mecanismo, lo cual no era cierto puesto que su aportación fue la mejora sustancial de 1490, pero no su constructor inicial de 1410 que era Nicolás de Hadan.

Con el tiempo fueron añadiéndose detalles. En el siglo XVII fueron las estatuas móviles del cuadrante astronómico, en el XIX los apóstoles que desfilan al darse las horas, etc. Durante la Segunda Guerra Mundial, diferentes incendios dañaron el Ayuntamiento y el reloj de su torre. Tras la contienda se reparó la maquinaria y se restauraron los apóstoles que siendo de madera estaban medio quemados. El famoso reloj volvió a funcionar a partir de 1948. La reparación más reciente y general tuvo lugar en 1998. 
Después de una historia que supera los 600 años de antigüedad, el reloj de Praga sigue siendo el orgullo de sus vecinos y el deleite de cuantos lo visitan.

RAFAEL FABREGAT

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