1577- IBIZA Y LA NECRÓPOLIS DEL PUIG.
En Ibiza no todo es turismo de élite. Algunos nostálgicos Hippies, ya rozando los 70 años de vida, siguen allí anclados en un pasado que no volverá. Cuando ellos dominaban la práctica totalidad de esta isla Pitiusa, sin otras armas que las de hacer su santa voluntad, también algunos ricos tenían allí sus grandes villas apartadas del mundanal ruido. Como no podía ser de otra manera, con los años los ricos han aumentado su presencia y los hippies han sido arrinconados al único lugar que puede corresponderle a quien poco o nada tiene. Tienen lo que siempre quisieron tener: su libertad. Pero hoy no queremos hablar de ellos, sino de un punto histórico de la isla ibicenca.
A tan solo 500 metros de Ibiza en dirección oeste encontramos el "Puig dels Molins", necrópolis fenicio-púnica de la ciudad fundada en el siglo VII a.C. por marinos fenicios. Como era típico de los pueblos fenicios, los cementerios están próximos a las ciudades pero siempre separados por algún accidente natural. Ibiza inicia su andadura como simple aldea fenicia creada al abrigo de su puerto natural. No sabemos cuanto tiempo estarían instalados los fenicios en este enclave, pero sabemos que un siglo después ya habían ocupado su lugar los asirios, siendo también éstos desplazados prontamente por los cartagineses de Qart Hadasht. Con los cartagineses empieza la verdadera construcción de la ciudad de Ibiza.
La ocupación cartaginesa se hace extensiva por toda la isla y entre los romanos crece la fama de sus vinos, de su lana, de la sal y de sus higos de especial dulzura. Como prueba feaciente del esplendor que se vive en la isla, en el siglo IV a.C. Ibiza acuña moneda con la efigie del dios Bes, símbolo de la isla. Los cartagineses ocupan Ibiza hasta el año 146 a.C. cuando, al final de la Segunda Guerra Púnica, la ciudad es asediada y destruida por los hermanos Escipión. Creyendo que una flota cartaginesa se dirige en ayuda de los isleños, los romanos la abandonan a su suerte. Ibiza fue la última ciudad leal a Cartago, finalmente entregada a los romanos con el fin de mantener su sistema social y su cultura.
El nombre de "Puig dels Molins" para la necrópolis de la antigua Ibiza, se le da en el siglo XV por la existencia de varios molinos de viento que había en la cumbre de este cerro. Siglos después, como consecuencia de su abandono y conversión en explotación agrícola, los terrenos fueron abancalados y plantados de olivos, higueras, almendros y algarrobos, algunos de ellos plantados en los mismos pozos de las tumbas. En este momento, ya interrumpidas las labores agrícolas de la zona, toda la superficie de la necrópolis se encuentra cubierta de maleza y leñas bajas. En la actualidad todavía son visibles algo más de 300 tumbas, la mayoría de pozo excavado en la roca.
El número de tumbas ubicadas en dicha necrópolis se estima superaba las 3.000 ocupando una superficie próxima a los 10.000 m2. Como consecuencia del notable desarrollo de la ciudad de Ibiza en época púnica, el cementerio experimentó un gran crecimiento, con una previsión de hasta 5 Ha. Con casi cinco siglos de ocupación romana este cementerio se extendió todavía más, llegando a lo que actualmente es la Avda. España y calle Aragón de la ciudad de Ibiza. Aunque exteriormente no es visible, todo el subsuelo alrededor del Museo Monográfico allí ubicado se encuentra completamente horadado por los hipogeos, con una densidad de 637 por hectárea.
RAFAEL FABREGAT
La ocupación cartaginesa se hace extensiva por toda la isla y entre los romanos crece la fama de sus vinos, de su lana, de la sal y de sus higos de especial dulzura. Como prueba feaciente del esplendor que se vive en la isla, en el siglo IV a.C. Ibiza acuña moneda con la efigie del dios Bes, símbolo de la isla. Los cartagineses ocupan Ibiza hasta el año 146 a.C. cuando, al final de la Segunda Guerra Púnica, la ciudad es asediada y destruida por los hermanos Escipión. Creyendo que una flota cartaginesa se dirige en ayuda de los isleños, los romanos la abandonan a su suerte. Ibiza fue la última ciudad leal a Cartago, finalmente entregada a los romanos con el fin de mantener su sistema social y su cultura. 
El nombre de "Puig dels Molins" para la necrópolis de la antigua Ibiza, se le da en el siglo XV por la existencia de varios molinos de viento que había en la cumbre de este cerro. Siglos después, como consecuencia de su abandono y conversión en explotación agrícola, los terrenos fueron abancalados y plantados de olivos, higueras, almendros y algarrobos, algunos de ellos plantados en los mismos pozos de las tumbas. En este momento, ya interrumpidas las labores agrícolas de la zona, toda la superficie de la necrópolis se encuentra cubierta de maleza y leñas bajas. En la actualidad todavía son visibles algo más de 300 tumbas, la mayoría de pozo excavado en la roca.
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