17 de octubre de 2014

1547- SETAS 2014. Despedida y cierre.

Pues sí amigos. Mañana despido la campaña de setas 2014, ante la imposibilidad de colocar una sola más en el arcón-congelador. Esta misma semana encontré en hora y media dos cestas de setas de cardo silvestre. Es una de las setas que más gustan en nuestra casa y en las de nuestras hijas... ¡más incluso que el famoso boletus!. Lo que tiene el boletus, más que nada, es mucha presencia y todas las aplicaciones. Pero pocas cosas son tan sabrosas y finas como la seta de cardo silvestre. Al menos así lo entendemos nosotros. Este año no fui a buscar boletus, a pesar saber donde están y de haberse contado auténticas barbaridades de los muchos que han salido. 

El pasado fin de semana fui a ver como estaba la salida de setas de cardo y me acerqué a una de las "montañas mágicas"Por estar fuera de temporada, con el terreno algo seco y decenas de buscadores diarios, solo encontré sobre un kilo de boletus y otros dos kilos de níscalos y setas variadas. Pues bien, todavía no los hemos comido todos. Hacemos poco caso de este manjar tan apreciado por muchos. Desde luego encontrarlos es un auténtico placer, por su magestuosidad incomparable, pero una vez en casa... dos ensaladas, un risoto, cuatro tapas y pare usted de contar. ¡Todavía nos quedan del año pasado!. En fin, cosas de viejos, que comen más con la vista que con la boca.


Esta semana, cuando limpiamos las dos cestas de seta de cardo silvestre, sacamos dos bolsas grandes ya limpias y troceadas. Aparté dos barras de pan que tenía mi mujer en el arcón-congelador y metí las bolsas de setas. Completamente a tope, el pan ya no pude volver a meterlo. A pesar de ello mi mujer quiere que mañana volvamos para, según ella, hacer la "despedida". Aunque esté feo decirlo nosotros siempre llenamos, pero lo de este año ha sido espectacular. Antes de marchar al monte y por lo que pueda pasar, pondré en marcha el congelador de un "combi" que tenemos parado en el almacén. Ya nadie quiere robellones (nosotros tampoco) pero bien vendrán dentro de unos meses.


Ya insertaré un "COMENTARIO" (al final de este post) con el resultado de lo que pase mañana. Mucho me temo que llenemos las cestas y no sepamos qué hacer con su contenido. Los robellones son una seta que va muy bien para toda clase de guisos de carne y también dan muy buen sabor a la paella valenciana. Para sopas y revueltos mejor las diferentes mezclas de setas de otras especies que, por ser de mayor finura, dan un mejor resultado. En fin, todo va según el gusto de cada cual. Desde mi punto de vista personal, las setas son como el vino: tinto para los platos fuertes o blanco para los suaves, pero "cada maestrillo tiene su librillo". 

De todas formas no falta quien bebe tinto con pescado o vino blanco con chuletón de buey. En fin, ¡allá cada cual!. Si llueve y no aprieta el frío, quedan varias semanas de setas en zonas de cota más baja, próximas a la costa. Sin embargo eso ya no es de mi competencia, pues el bosque mediterráneo tiene mucha maleza y buscar setas aquí es como ir a la guerra. Yo no soy amigo de las guerras, así que (con el congelador a tope de setas de todas clases) me abstendré de ir a dejarme la piel entre aliagas y zarzas... Si mi mujer quiere ir con alguna amiga, que vaya. Yo me quedaré en casa, preparando las brasas y el alioli...

RAFAEL FABREGAT

1 comentario:

  1. NOTA ESPECIAL.- Como prometí inserto aquí el resultado de la búsqueda de ayer, último día (para nosotros) de búsqueda de setas en la presente campaña 2014. Espectacular la recogida de ayer y decepcionante el resultado. Han salido muy pocas setas esta semana y la mayor parte de lo encontrado eran setas ya nacidas la semana anterior pero desarrolladas en ésta. Por consiguiente estaban muy agusanadas. Tanto fue así, que calculo que más de un tercio de lo encontrado quedó en el monte. Los dos tercios restantes, que fueron recogidos y llevados a casa, resultaron ser dos cajitas de plástico y dos cestas grandes. No las pesé, pero habría de 15 a 20 kilos. Pues bien, cuando llegamos a casa y los limpiamos, la mitad de esto también fue a la basura. Resultado final, una vez limpio: una bolsa grande de robellón cortado, media bolsa de robellón entero (bonito y de tamaño medio) y otra bolsa grande de mezcla "delicatessen" troceada. (Llanega negra, Fredolic, seta de cardo silvestre, llanega blanca, molleric pequeño, pie azul, champiñón silvestre, etc.)
    Lleno hasta la tapa el arcón-congelador y las cuatro bandejas del congelador del "combi" del almacén, quedamos sin poder seguir. Saludos a todos.

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