28 de mayo de 2014

1392- GUZMÁN EL BUENO.

Se trata en realidad de Alfonso Pérez de Guzmán (1256-1309), primer señor de Sanlúcar de Barrameda, fundador de la Casa de Medina Sidonia. Contrariamente a lo que dice la Historia, Pérez de Guzmán era leonés de ascendencia mora. Según documentos aportados por Luisa Isabel Álvarez de Toledo, XXI duquesa de Medina Sidonia, su antecesor era posiblemente de Marruecos. En poder de la familia hay un documento, permiso real para exportación de trigo a (su lugar de procedencia) Marruecos, fechado en el año 1288. Así mismo, en otro documento real de 1297, se le menciona como vasallo (no español). Según sus descendientes, que han hecho seguimiento de sus orígenes, en el siglo XVI se borró su genealogía de los registros oficiales para mejorar su imagen ante la sociedad cristiana de la época. 


Establecida su familia en la península, Alfonso Pérez de Guzmán nació efectivamente en León el 24 de Enero del citado 1256 y enrolado en el bando cristiano, luchó contra los moros bajo los reinados de Alfonso X, Sancho IV y Fernando IV, mediando por su valía en varias treguas y pactos entre el sultán Yusuf y Alfonso X. Fue premiado por el rey con la villa de Alcalá Sidonia y lo casó con una rica mujer (María Alfonso Coronel) que aportaría al matrimonio una importante hacienda compuesta por fincas, molinos, casas y propiedades de todo tipo. Al acceder Sancho IV al trono, Pérez de Guzmán marchó a Fez (Marruecos) como representante de la Corona, haciendo una gran fortuna que se reflejó a su regreso en la compra de nuevas fincas y casas en Sevilla y Cádiz.


Monumento a Sancho IV de Castilla y León.
En 1294 Sancho IV recurre a Pérez de Guzmán, entonces 
gobernador de Tarifa, para la defensa de la fortaleza, amenazada por el hermano del rey, el infante Don Juan, al que ayudan meriníes y nazaritas. No es pues una lucha de moros frente a cristianos, como se ha presentado largamente en la leyenda cristiana, sino una lucha por el poder entre hermanos. Es su propio hermano y no los moros quien secuestra a Pedro, primogénito de Pérez Guzmán y al pie de la muralla lo muestra a su padre amenazando degollarle si no rinde la plaza. No sabemos si la amenaza era real o simple estratagema. Lo cierto es que gritando ¡Tarifa no se rinde! les tiró su propio puñal y su hijo fue degollado allí mismo, a los pies de la muralla. A partir de ese momento la Historia le puso el sobrenombre de Guzmán el Bueno y con él seguiremos...


Son muchas las versiones sobre la gesta de Guzmán el Bueno y la muerte de su hijo Pedro pero es curiosa en extremo la contada por el Padre Laurentino, jesuita octogenario que encontró en los archivos del Cabildo un escrito de Frei Dom Diego, capellán de Tarifa en 1294:
"El hijo de Alfonso Pérez de Guzmán, 
joven, pero ya un hombre y no niño como contaron después, mostró desde mozo tendencias poco gratas. 
Siempre metido en el juego, disputas y burdeles, ponía frecuentemente en aprietos el honor de su apellido. De poco sirvieron las súplicas de su madre ni las amenazas paternas. Como digna salida a sus desmanes aprobaron con agrado su decisión de alistarse con un caballero castellano en lucha contra los moros. Sin embargo cuando Tarifa fue cercada Guzmán vio que, entre la jauría que les asediaba, destacaban el Infante Don Juan y su hijo Pedro besándose. 
Incapaz de soportar el espectáculo que protagonizaban, Guzmán les lanzó su cuchillo con la intención de alcanzarles pero falló. Nada más se supo de los amantes. Alguien le dijo a Guzmán que les habían visto por la kasbah de Fez pero ya nada importaba. Nunca se repuso de aquel bochorno. Tanto fue así que, cada vez que le llamaban con el sobrenombre de Guzmán el Bueno, se le atenazaba la garganta".
Sea como fuere, Guzmán el Bueno murió en Gaucín (Málaga) el 19 de Septiembre de 1309 a los 53 años de edad, luchando entonces a las órdenes de Fernando IV, contra los moros de Granada. 


A su muerte, la dimensión de sus señoríos y propiedades hacían de la Casa de Guzmán 
el linaje más importante de la nobleza andaluza en la Baja Edad Media. La Historia nos dice que su hijo Pedro murió degollado a pie de muralla por los moros con el puñal lanzado por su padre, mientras que el Infante Don Juan de Castilla, ante el vano intento de dominar Tarifa, se refugió en el reino de Granada acogido por el sultán Muhammad II. Reconciliado años más tarde con su hermano Fernando IV, fue nombrado tutor de su sobrino Alfonso XI, de nueve años de edad. En base a esos mismos datos de la Historia, Don Juan de Castilla murió el año 1319 en Pinos Puente (Granada), mientras defendía los intereses del rey Alfonso XI de Castilla.
Ahora, que cada cual saque sus propias conclusiones...

RAFAEL FABREGAT

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