27 de marzo de 2014

1312- PRIMAVERA EN EL JERTE.

La provincia de Cáceres espera en breve la llegada de 200.000 turistas. En esta ocasión no es para ver la ciudad y sus espléndidos monumentos, sino para algo más natural y bucólico como es el Valle del JerteMar de cerezos en flor, como no hay otro igual en toda España. 
Más de 2 millones de estos frutales abren sus flores en estas dos semanas, favoreciendo un espectáculo sin parangón. 
Son muchas las zonas frutales en España, muchas de ellas con mayor superficie y cantidad de árboles, pero no son cerezos. 
La gente del Valle ofrecen algo más que flores, puesto que tienen unas fiestas específicas para esta época del año. ¡No solo hay que alimentar el espíritu!.

Es de todos conocida la llamativa flor de estos frutales también emblemáticos en el lejano oriente. China y Japón disfrutan también de la floración de este tipo de árboles y hay grandes fiestas al respecto. 
Pero hay una gran diferencia con los españoles y es que los cerezos orientales no dan cerezas, pues tan solo tienen valor ornamental. 
El Valle del Jerte es otra cosa pues, además de inmenso mar de flores de diferentes tonalidades, es también despensa de innumerables variedades de cerezas a cual más bonita y sabrosa. 
Una estupenda asociación organiza actos y visitas para deleitar al visitante extremeño y especialmente al que les visita desde tierras lejanas.

Este majestuoso valle desciende desde las estribaciones de la Sierra de Gredos y es precioso en cualquier época del año. 
Claro que esto cobra especial relevancia en el momento de la floración de este frutal tan abundante en la zona, hasta casi poder decir que es cultivo exclusivo. 
Es pues en la última semana de Marzo y primera de Abril cuando este primaveral fenómeno se produce en su máximo esplendor, aunque el clima puede adelantar o retrasar el momento. 
Por extraño que pueda parecer, son muchas las personas que se desplazan a la zona con el único propósito de ver la inmensidad de este florido paraje. 
Hombre, yo no es que sea insensible a la belleza pero, para que vamos a engañarnos, ¡prefiero las cerezas a las flores...! Los que aprecian la belleza sobre todas las cosas... ¡que vayan ya!. 
A finales de Marzo la floración está pues en su momento culminante y, claro, nadie puede quedar ajeno a tanta belleza.

Sin embargo, los menos sensibleros, que tarden mes y medio más en realizar la visita. No verán el mar de flores, ni las estupendas fiestas que lo acompañan, pero no pasa nada. Verán otra cosa también interesante... 
Desde mediados de Mayo y hasta finales de Julio, las diferentes variedades de cerezas se ponen rojas y sabrosas haciendo los deleites de propios y extraños. La vista general del valle es entonces de un verde oscuro, pero solo hay que acercarse un poco para ver que hay otro color protagonista en el interior de esta deslumbrante vegetación.

En las distancias cortas las cosas cambian y de pronto uno se da cuenta que el aparente verde de sus hojas es tan solo la protección natural de sus rojos y dulces frutos. La visita primaveral es sublime para el espíritu pero, ¡ay!. ¡El dulce sabor de las cerezas...!  Van, Burlat, California, Mollar, Pico Negro, Del Monzón, Pico Coloao... y muy especialmente las Picotas, variedad autóctona del valle y última que se cosecha. La mayor parte de la gente conoce las cerezas por haberlas comprado en el mercado pero verlas colgando del árbol cuando están en su punto es algo muy diferente. El perfume embriaga y su sabor... ¡Mmmmmmm!. ¿Como parar de comer?.

RAFAEL FABREGAT

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