28 de agosto de 2013

1110- EL OFICIO DE SERENO.

Hace apenas cinco décadas, ser "sereno" de una gran ciudad era todo un oficio. En nuestro querido Cabanes, un pueblo de apenas 2.500 habitantes entonces, el sereno era recadero municipal, alguacil y pregonero. Una especie de "criada para todo" y sueldo miserable, pero personaje estimado por la vecindad puesto que rondando por todo el pueblo a partir de la medianoche y hasta las cinco de la madrugada, vigilaba las calles, daba la hora cada treinta minutos e informaba del tiempo a los vecinos insomnes.
- ¡Serenooooo, las tres i mitja i seréééé...!. 
(En castellano, las tres y media y sereno)
Para los noctámbulos, oírle les daba la tranquilidad de su vigilancia, la información del tiempo y les evitaba el gasto de comprar un reloj despertador. 
Me contaba un tío mío (pobre de solemnidad) que vivía en una de las últimas casas de la calle de San Antonio que, cuando el Sereno no pasaba por alguna indisposición, algunos vecinos y él mismo que no tenía reloj, ante lo común en aquellos tiempos de madrugar puesto que no había vehículos para acudir al trabajo, se levantaban e iban a la calle de San Vicente para ver la hora en el campanario de la iglesia...(!) 

Yo eso ya no lo he conocido pero, cuando el alumbrado público era de aceite o gas, el Sereno era también el encargado de encender y apagar las farolas de las calles. 
En las ciudades era portador de las llaves de los portales de su jurisdicción y en las fincas cuyos vecinos le encargaran ese cometido. 
El arma inicial era un chuzo o lanceta, que tras la Guerra Civil en algunos pueblos dio 
paso al mosquetón. También podía llevar una porra, un farol y un silbato para el caso de tener que pedir auxilio a otros compañeros o a la propia vecindad. 
Como se ha dicho antes la obligación del Sereno era recorrer las calles de su demarcación durante la noche como custodia ante posibles malhechores y también para evitar pendencias, incluso las domésticas. 
De hecho era persona atenta a todo problema que pudiera presentarse, avisando de algún incendio, persona borracha incapaz de llegar a su casa, etc. 
Su nombre vino dado por la voz que daba en caso de buen tiempo...
- ¡Serenooooo!, las cuatro en punto y sereeeeeno!.

La figura del oficial Sereno nació en el año 1.715 o, al menos, es cuando se documenta por primera vez como oficio. Esta fecha se cita en un Real Decreto de 16 de Septiembre de 1.834 cuando se regula por vez primera su función en las capitales de provincia. 
Esta figura desaparece a mediados del siglo XX. En nuestra localidad (Cabanes) se mantuvo hasta 1.960 aproximadamente. 
Queriendo darle un tipismo sin fundamento alguno y más bien dirigido al turismo, algunas ciudades han introducido nuevamente la figura obsoleta del Sereno, que no puede tener otra función que la de acallar voces de borrachos y drogatas pero que sin duda no harán caso alguno a sus demandas de silencio. 
Creo que la ciudad de Gijón (Asturias) y el Barrio de Chamberí en Madrid son alguno de estos puntos que han querido recuperar la figura del Sereno. 
Está bien eso de crear puestos de trabajo pero ¿cual puede ser su utilidad en estos momentos?. Ninguna sin duda pero, en fin, allá cada cual...

En el momento de la creación de este oficio (siglo XVIII) el Sereno no tenía categoría oficial alguna y el cargo se desempeñaba sin remuneración municipal. Dicho personaje no tenía otra contraprestación que las donaciones o propinas que los vecinos querían darle buenamente. Aunque todavía muy niño, recuerdo perfectamente que, ante la proximidad de las Fiestas Navideñas, el Sereno solía ir por todas las casas del pueblo felicitando la Navidad verbalmente y por medio de una estampita, pidiendo una colaboración por su trabajo. No sería gran cosa lo que recibían de la mayoría pero, valorando su duro y efectivo trabajo, pocas eran las casas de las que marchaba sin la correspondiente propina. Claro que, de no atender algún hecho puntual o trágico, hasta el año siguiente no había otra compensación. Supongo que para esas fechas que están borrosas en mi mente (1955-60) el Sereno ya tendría alguna compensación municipal pues, como he dicho antes, se le requería para avisos y otros menesteres del Ayuntamiento...

Hay una expresión que habla de que a ciertos personajes se les toma "por el pito del sereno", refiriéndose a que resultan poco relevantes y nadie les tiene en cuenta hasta el punto de burlarse de su bondad y buena fe... Aunque no sabemos el fundamento exacto de dicha expresión respecto a este personaje, está claro que denota la escasa relevancia que tenía la figura del Sereno en los aspectos de miedo, o al menos respeto, entre los gamberros de su tiempo.
Entendemos por tanto que eran gente, normalmente bonachona, que se ganaban la vida pateando las calles y sin que ningún maleante se sintiera intimidado con su presencia. En caso de que el vecino no fuera portador de las llaves de su portal, una palmada seca seguida de la voz ¡Serenoooo! era la llamada para que este personaje acudiera a la voz de ¡Vaaaaaa!
Claro que, de repente, llegaron los años 60 y todo el mundo tenía reloj, llegó la televisión y "el tiempo" se daba en cada Noticiario. Para más inri se inventaron los porteros automáticos y el oficio de Sereno murió como cada día mueren tantas cosas en este mundo y ni siquiera nos damos cuenta...

RAFAEL FABREGAT

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