3 de agosto de 2013

1094- ACCIDENTES FERROVIARIOS EN ESPAÑA.

REEDICIÓN.
Ya aminorado el impacto de los primeros días, cuando ya todo el mundo se ha hecho eco de la triste noticia, es cuando con mayor serenidad podemos abreviar tan nefasta noticia que ha afectado a tantas familias, no todas españolas. A las 20,42 h. del pasado día 24 de Julio, descarriló el tren de Alta Velocidad (ALVIA) que viajaba desde Madrid a Ferrol con 218 pasajeros a bordo, la mayor parte con destino Santiago de Compostela. 
Al día siguiente se celebraba el día del Santo Patrón, pero pocos de ellos pudieron completar su viaje con la visita a la catedral compostelana. Un despiste del conductor, de todo punto incomprensible y al parecer motivado por una llamada intrascendente del interventor que viajaba en el tercer vagón, hizo que el AVE se saliera de la vía en una curva cerrada y a tan solo 3 Km. de la estación de Pontedeume donde tenía prevista parada. Con una velocidad de 192 Km./h. y en un punto en el que no se pueden sobrepasar los 80 Km./h. el tren descarriló por la propia inercia. 

De hecho, ya 4 Km. antes del impacto el tren debió haber frenado y no lo hizo ya que a 192 Km./h. estamos hablando de apenas 75 segundos. De todas formas, en el caso de superar la curva, el tren tampoco hubiera podido parar en la estación... Todos los conductores de tren señalan que pasar de 192 a 0 en 7 Km. es complicado. Entonces, ¿Como hacerlo en 3 Km. que faltaban cuando se salió?. 
Recorrer 7 Km. a 200 Km./h. solo son 2 minutos y 7 segundos...  El tren lleva GPS y te indica en pantalla la situación, incidencias de la vía y estaciones, pero el maquinista no vio nada. ¿Qué estaba pasando en esos momentos por la cabeza del conductor?. El resultado final 79 muertos identificados, cabe añadir 37 restos orgánicos sin identificar ya remitidos a laboratorios especializados para su análisis y cotejo. Podrían ser partes amputadas de los heridos o fallecidos, pero también de otros cuerpos que puedan aumentar la cifra final. La cifra de heridos fue de 138 de los cuales quedan hospitalizados en este momento 71, algunos en estado crítico...

Tren correo Madrid-La Coruña.  (1944)
Sin embargo este no ha sido el accidente ferroviario más grave en nuestro país. El día 3 de Enero de 1.944 un choque por alcance en Torre del Bierzo, también en la línea Madrid-Coruña, provocó la muerte de más de 500 personas, aunque RENFE y autoridades dieron cifras muy inferiores. La férrea censura del gobierno franquista minimizó el desastre para no dar signos de debilidad, dando cifras de muertos que no llegaron ni mucho menos al centenar. Solo los rescatados por parte de los vecinos, que también participaron en los trabajos, superaron la cifra de 350 muertos... En 1.999 con motivo del 55 aniversario de la tragedia, el secretario provincial del Sindicato Ferroviario de UGT (José Manuel Vidal) aseguraba a EFE que existían datos suficientes para pensar que la cifra de fallecidos en aquel accidente estaba entre las 500 y las 800 personas.

Ese fatídico día 3 de Enero de 1.944 el Correo-expreso 421 paró en Brañuelas (León) y uno de los maquinistas decidió desenganchar una de las dos locomotoras que lo arrastraban por presentar problemas en los frenos. Se trataba de la 240-2423, añadida para mejorar la tracción. Fue la primera decisión culpable del accidente. El tren reanudó viaje solamente con la locomotora 4532, de la compañía del Norte. Al enfilar la bajada que hay pasada Brañuela, el tren comenzó a ganar velocidad. Cuando el maquinista se percató que había que ir frenando para hacer la parada siguiente (Albares) se dio cuenta de que los frenos no respondían. El Correo pasó a toda velocidad por la estación de Albares y el Jefe de Estación se apresuró a telefonear a Torre del Bierzo. Espantados por la previsible tragedia pusieron traviesas en la vía intentando frenar el tren pero éste las despidió desbocado en su descenso imparable.

El tren Correo penetró en el túnel número 20 que hay después de la mencionada estación y en el que se encontraba una doble locomotora con tres vagones que, avisada de lo que se avecinaba, intentaba alejarse a toda velocidad. No le dio tiempo. El Correo embistió a la locomotora en el interior del túnel y la sacó con los vagones destrozados. El brutal choque descarriló seis vagones del Correo y los convirtió en un amasijo de hierros y maderas que de inmediato comenzaron a arder. El túnel, de 158 metros y sin ninguna ventilación, se llenó de inmediato de un humo irrespirable que lo invadió todo. Los pasajeros que no murieron del impacto lo hicieron quemados o asfixiados por el humo infernal. Ni los accidentados podían salir, ni los vecinos que acudieron de inmediato podían entrar a rescatarlos. A este cúmulo de desdichas se sumó otro tren minero que, al haber quedado inutilizada la señal de parada, también pasó por Torre del Bierzo sin detenerse.

Amasijo de máquinas y vagones sacados del túnel.
El segundo impacto fue demoledor y definitivo. Cuando el maquinista quiso atender las señales que le hacían los operarios desde la vía, a la entrada del túnel, ya era tarde. Las 600 toneladas de carbón que transportaba impidieron la frenada y el tren minero penetró en el túnel sumándose a la tragedia. Tratando de sofocar el fuego se rompieron las tuberías de unos depósitos de agua que había sobre el túnel pero no fue suficiente y el fuego duró tres días más. 
El desfile de muertos y restos humanos calcinados duró más de una semana. La identificación de la mayor parte de ellos fue imposible por estar completamente calcinados. 
Este fue sin duda el desastre ferroviario mayor de España. 
Nunca se sabrá el número de víctimas ni las causas exactas de la tragedia. 
Desde luego, a tan solo cuatro años del final de la Guerra Civil española, el estado de las vías y de los trenes no era óptimo pues revisiones y mantenimiento eran prácticamente nulos.

RAFAEL FABREGAT

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