23 de julio de 2013

1084- PUERTO PRINCESA. (FILIPINAS)

Como todo el archipiélago de las Filipinas, Puerto Princesa fue tierra española durante siglos, hasta el atraco estadounidense de 1898. Capital de la isla y provincia filipina de Palawan, esta ciudad tiene alrededor de 170.000 habitantes. 
La isla está situada al suroeste del archipiélago, ya próxima a las islas de Balambangan y Banngi, próximas a la ciudad de Kudat, en la provincia indonesia de Sabah, al norte de Borneo. 
Sin embargo no son sus playas paradisíacas las que nos traen aquí. 
En una tierra idílica donde las haya, para destacar sobre el resto hay que tener algo más y Puerto Princesa lo tiene.

Ese algo más, que ha hecho famosa a esta isla tropical y a su ciudad, es su inmenso y cautivador río subterráneo, un submarinismo relativamente fácil y espectacular y, como dato anecdótico, su granja de cocodrillos. Una de las atracciones más interesantes de la ciudad en la que, tras la visita, te puedes zampar una buena ración del mencionado reptil, carne muy apreciada por isleños y foráneos. 
Sin embargo no es este el lugar más recomendable para pasar la mañana y mucho menos para comer. 
El sitio no está limpio ni es agradable por lo que, tanto para el viajero que busca paz como para el que busca aventura y exotismo, las paradisíacas playas, el maravilloso fondo marino y el Underground River son sin duda el objetivo del visitante.

El submarinismo es un gran objetivo en esta isla de ensueño tropical, pero la estrella de la visita es su río subterráneo y el Parque Natural que lo rodea con sus 5.753 Ha. y once ecosistemas diferentes. 
Declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1.999, da cabida a decenas de animales endémicos amenazados. 
Ocho de los trece tipos de bosque del Asia tropical, se dan cita en esta isla. 
Los investigadores han identificado más de 800 especies diferentes de 300 géneros de plantas y 100 familias. Entre ellas hasta 295 especies diferentes de árboles. 
Las aves constituyen el grupo más grande de vertebrados. De las 252 especies de aves que hay en la isla, 165 habitan en dicho Parque Natural, 15 de ellas endémicas de Palawan
Los mamíferos de mayor tamaño son el cerdo barbudo, el macaco de cola larga, el beartcat, el tejón hedor y el puercoespín de Palawan.


Como no podía ser de otro modo, aunque hay una opción de acceso a través de la selva de más de 5 Km. de complicado recorrido, el acceso a este río subterráneo es marítimo. La puerta de entrada a este paraíso de tinieblas, ya nos da una primera imagen de la grandiosidad de lo que vamos a encontrar en su interior. 
El río subterráneo fue declarado en 2.011 una de las siete maravillas del mundo natural
Nada menos que 8,2 Km. de río navegable, el segundo más largo del mundo, son los que serpentean por las entrañas de la tierra antes de abandonar sus aguas en el Mar del Sur de China

En este recorrido de belleza y oscuridad, los ojos del visitante no pueden evitar sorprenderse en cada una de las curvas que dan acceso a grandes espacios repletos de estalactitas y formaciones diversas. Para ello las barcas que realizan la visita llevan un foco conectado a una batería de coche y el pasajero que va delante va iluminando los puntos que el remero/guía le va indicando a fin de poder dar las explicaciones oportunas. El hecho de que la UNESCO haya declarado a esta gruta Maravilla Natural de la Humanidad ha disparado las visitas de tal modo que resulta un verdadero problema el acceso a la misma. De no tener una reserva previa, entrar o no es una especie de lotería nada agradable. Caso de no tener reserva, hay que ir a la oficina del Parque mostrando el documento que acredita tu estancia en el hotel y dejar constancia de tu deseo de acceso a la gruta. 

El número máximo de visitantes al día es de 900 personas. Si no puedes entrar ese día, al día siguiente vuelves a la hora aproximada que te han dicho, con el número de orden que te han dado y a esperar que te toque... Quizás por deferencia al visitante extranjero, normalmente suelen acceder todos los que van a razón de ocho por cada barca que sale cada escasos minutos y desde las 8 de la mañana hasta última hora de la tarde. Esa barca inicial te lleva a una playa próxima a la boca de la cueva y desde allí, piraguas pequeñas de cuatro ocupantes te llevan al interior de la cueva. A pesar de ser miles las grutas que se ofrecen al visitante en otros tantos lugares del planeta, visitar este río subterráneo no es introducirse en las entrañas de la tierra, sino acceder a un paraíso nunca imaginado, donde el murmullo del agua se abre paso entre formaciones inimaginables. 

Característica curiosa, sin ninguna peligrosidad, es que al desembocar plácidamente sus aguas en el mar el Underground-River, en su parte más baja ya próxima a la boca de salida, está influenciado por las mareas por lo que el acceso a la cueva puede tener bastantes metros de altura o el mínimo espacio para pasar la pequeña canoa, teniendo que bajar la cabeza sus ocupantes. Dependiendo de las lluvias, el agua es transparente o marrón. Tras la visita al río, queda atrás la catedral de caliza y empieza otro atractivo de esta isla paradisíaca. Este microcosmos tropical, que se ha ganado el título de Parque Natural más verde del sureste asiático, deja paso a una metrópolis bautizada por los españoles como "Princesa de los Puertos". Los lugareños la llaman "Puerto" a secas y es capital de la isla de Palawan, la mayor provincia filipinaUna isla alargada, semejante a una barra de pan con pequeñas islas en los extremos a modo de migajas. 

En sus aguas azul esmeralda, las tortugas y los peces más bellos se deslizan entre decenas de pecios de barcos y aviones de guerras pasadas que hacen las delicias de los aficionados al submarinismo. Pese a su tendencia a la modernidad, Puerto Princesa ha sabido conservar su aire colonial y tranquilo. Un paseo al atardecer permite un mini-crucero en bote por los manglares, o la visita a una peculiar prisión (Penal Farm) sin muro que la separe de la libertad, para recalar en algún restaurante de pescado y marisco excepcionales, como paso previo a alguna de sus famosas coctelerías con música en vivo. Ya de madrugada los diferentes resort brindan una estancia salvaje en sus exquisitas cabañas sobre pivotes, en medio de las azules aguas y bajo un manto infinito de estrellas. Sin duda, lo más parecido al paraíso...

RAFAEL FABREGAT

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