21 de enero de 2013

0903- MAHOMA, UN SOÑADOR DE ALTOS VUELOS.

Mahoma. (570-632)
Todos los profetas fueron grandes modificadores de la palabra de sus antecesores. Mahoma solo fue uno más de ellos. El mérito suyo fue predicar lo mismo que ya habían predicado otros y conseguir que sus palabras prevalecieran sobre las de aquellos, que habían dicho lo mismo siglos atrás. Mahoma fue simplemente el último de los profetas. Uno más de aquella serie de mensajeros "enviados por Dios" que, al igual que Abraham, Moisés o Jesús, venían a predicar lo mismo. Sin embargo el mérito es del inventor de las cosas, no del que las plagia. En este caso, quien se limitó a plagiar lo que otros habían dicho antes se llevó mayor mérito si cabe que aquel que en su día fuera el inventor del asunto. Mahoma se limitó a coger el Antiguo Testamento y copiarlo, palabra por palabra, cambiándole el título. ¿Qué mérito tiene eso?. Pues, en fin, alguno tendría porque el resultado es que su equipo ganó por goleada. ¿Como se consigue eso?. Pues bien, parecer ser que, en este caso, se aplicó aquel refrán que dice que "la letra, con sangre entra". Esto quizás lo aplicarían ya sus antecesores, pero no con tanta contundencia y eficacia.

Nacimiento y presentación de Mahoma.
Aunque los historiadores no se ponen de acuerdo en la fecha exacta, diremos que el 26 de Abril del año 571 nacía en la ciudad de La Meca un niño al que se puso de nombre Abu I-Qasim Muhammad. Era de la tribu de Quraysh e hijo póstumo de Abd al-Muttalib, de la familia de los hashimí. La costumbre de los nobles de su tribu era enviar a sus hijos con los beduinos para que se familiarizaran con las privaciones del desierto, fortaleciéndose con estas gentes de honradez y carencia de vicios reconocidas. En aquella comunidad tuvo su primer sueño celestial: "el arcángel Gabriel le abrió al joven Mahoma su pecho extrayéndole el corazón con un coágulo de sangre negra que era la única parte débil por la cual el Diablo podría seducirle. El arcángel lavó el corazón en el pozo de Zamzam y lo volvió a colocar en su sitio, dejando a Mahoma inmunizado del pecado para siempre"... Devuelto el niño a su madre, ésta murió cuando él contaba 6 años. Lo acogió su abuelo Abd al-Muttabit y después su tío Abu Târib, líder de la tribu más poderosa de La Meca y padre de su primo, el futuro Califa Alí.

Sueño de la aparición del arcángel Gabriel.
Adorando a multitud de ídolos, la Meca ya era entonces importante lugar de peregrinaje. Todavía adolescente Mahoma acompañó a su tío en varios viajes a Siria, Iraq y otros lugares que le dieron gran experiencia. A los 25 años entró a trabajar en la caravana de mercaderes de Damasco a La Meca a las órdenes de Jadiya, una viuda rica de 40 años que le propuso matrimonio en el año 595 y de la que tuvo dos varones y cuatro hembras. Sus dos hijos varones murieron en la infancia, no así las hijas. Mahoma pasaba algunas noches meditando en una cueva cerca de La Meca y una de esas noches del año 610 soñó que se le aparecía el arcángel Gabriel (?) diciéndole que, "siendo el último de los profetas, debía aprender los versos enviados por Dios (Allah) y transmitirlos de generación en generación a través del Corán sin cambio de modo ni forma". El sueño perturbó a Mahoma pero su inteligente mujer le convenció de que se trataba de una visión real y a pesar de ser analfabeto, aprendió los versos y dedicó su vida a predicar desde entonces la palabra del verdadero Dios. (Allah) 

Sueño de teletransportación de Mahoma.
El éxito de su predicamento puso en guardia a sus propios familiares que, siendo importantes comerciantes de La Meca, temían perder el negocio que suponía la llegada de peregrinos que adoraban a los diferentes dioses allí reverenciados. 
Mahoma y sus seguidores fueron perseguidos por su misma tribu, que eran los guardianes de la Kaaba. 
El año 619 falleció su esposa Jadiya y su tío Abu Talib. Una noche del año 620 Mahoma emprendió viaje de La Meca hacia Jerusalén y en un punto del camino llamado Masjid al-Aqsa, donde pararon para pasar la noche, "se vio transportado a los siete cielos (!) y habló con los profetas Abraham, Moisés y Jesús". 
Tras su regreso a La Meca, varios atentados le aconsejaron el día 16 de Julio del 622 (primer día del año lunar) trasladarse a Medina donde tenía gran cantidad de seguidores, siendo este cambio de ubicación lo que se denomina la Hégira y lo que marca el principio del calendario islámico. Como sea que el calendario se basa en años lunares, para convertir éstos a la era cristiana se descuentan 621 o 622 dependiendo del ciclo lunar.


Guerras "religiosas" de Mahoma.
Las relaciones entre La Meca y Medina se deterioraron rápidamente pues sus enemigos no cejaban en su empeño de anular sus predicamentos. En el 624 los seguidores de Mahoma atacaron también a una caravana que iban en dirección a La Meca y esto desató una seria guerra entre los dos bandos, ganada en principio por los musulmanes.  Las gentes de la Medina adoptaron el islam y Mahoma se convirtió en el jefe de todos ellos al tiempo que cristianos y judios, que no le reconocieron como tal, fueron expulsados. En los años siguientes las batallas entre La Meca y Medina se suceden sin claros vencedores.  En el año 628 la balanza de fuerzas se inclinaba favorable a Mahoma y se decidió el asalto a La Meca con 1.600 hombres. No hubo batalla sino un Tratado que permitiría su entrada en la ciudad al año siguiente. Sin embargo dos años después el pacto se rompió y Mahoma atacó La Meca con 10.000 soldados sin encontrar apenas resistencia. Destruyó los ídolos de la Kaaba y convirtió La Meca en lugar de peregrinaje de la nueva religión monoteísta. La rendición de La Meca y de las tribus que la defendían dio a Mahoma el control de toda Arabia, aunque no formó gobierno alguno y se dedicó a tratar con las diferentes tribus gobernando a través de las relaciones personales con los diferentes jefes.  

Muerte de Mahoma.
Tras la muerte de su esposa, Mahoma se casó con Sawda y posteriormente con Aisha y Hafsah, estas dos últimas hijas de sus respectivos amigos Abu Bakr y Umar que, por este orden, serían los sucesores a la muerte del profeta. Con estos casamientos Mahoma se aseguró la lealtad de sus principales seguidores. 
Su hija Fátima se casaría años más tarde con Alí, primo de Mahoma, mientras que su hija Rukayyah lo haría con Uzman. Todos ellos serían califas a la muerte de Mahoma y líderes políticos de los musulmanes.
A su tercera esposa Aisha, la tomó a los 53 años y cuando ella solo contaba 6 años de edad, aunque no consumó el matrimonio hasta que ésta cumplió los 9 años. 
A las cuatro esposas anteriormente citadas añadió Mahoma a Zaynab, Ramiah y Umm Salama (siete en total) así como a una cristiana (Marya la copta) con la que tuvo a su último hijo Ibrahim ibn Muhammad y a una judía de nombre Safiah. 
Estas nueve son seguras, pero se estima que Mahoma tuvo otras muchas esposas, mujeres de algunos enemigos muertos en batalla, así como algunas hijas de aliados, en número superior a veinte mujeres. 
Como no podía ser de otra manera, Mahoma murió joven... ¿Anemia?.

Mezquita Al-Masjid, tumba de Mahoma.
Tras una corta enfermedad, Mahoma murió el 8 de Junio del año 632 en Medina, a la edad de 62 años. Había unificado toda la península Arábica y expandido la religión islámica en esta región, así como en Siria y Palestina.  Le sucedió Abu Bakr, padre de su tercera esposa Aisha. 
Posteriormente sus sucesores extenderían la religión islámica por PersiaMesopotamia, Armenia, Egipto, norte de África y Al-Andalus. Sus únicos descendientes directos fueron su hija Fátima y los hijos de ésta, aunque los chiíes afirman (no sin razón) que su esposo Alí y los hijos de ambos, son los descendientes y líderes del islam, pues definitivamente son los mismos personajes vistos desde otra perspectiva. El meollo de la cuestión es que, a su muerte, Mahoma dejaba un legado político y religioso de grandes dimensiones, a la vez que dejaba sembrada la semilla para que sus sucesores (en nombre de Allah) siguieran conquistando países y voluntades, muchas veces forzosas. Dos veces cercaron Constantinopla, sin que pudieran conquistarla. Durante ocho siglos dominaron la Península Ibérica, llegando en el siglo X hasta el norte de la India. La expansión pacífica del islam continuó por buena parte de África y Asia. Se dice que esta religión, con más de mil millones de seguidores, ha superado a los católicos y ocupa el primer lugar.  

RAFAEL FABREGAT

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