8 de octubre de 2012

0813- EL ÁRBOL DE LA CASTAÑA DE BRASIL.

No sé exactamente a qué precio se vende el kilo de este fruto seco pero, antes de saberlo, ya puedo afirmar que es barato. Un verdadero regalo de los dioses que, en caso de abuso, podría matarnos por ser altamente radiactivo. 
Claro que son muchos los alimentos que podrían matarnos si abusáramos de ellos y sin embargo son buenos para nuestra salud y nos encantan. 
En cuanto a lo de su bajo precio, vengo a decirlo porque el cultivo de este fruto es prácticamente inexistente de forma artesanal. 
La famosa "castaña de Brasil" es uno más de los miles de árboles silvestres que habita la selva amazónica y uno de los más altos ya que tiene un tronco de 2 m. de diámetro y alcanza los 50 m. de altura, sin ramas hasta la copa. 
El que quiere recoger sus frutos -entre 200 y 400 unidades por cada árbol adulto- tiene que buscarlo en la selva, recogerlos y transportarlos a la casa donde abrirlos, secar los granos al sol y posteriormente buscar comprador para ellos. Casi nada...

También llamada "castaña de monte" o "coquito brasileño" es una especie de árbol que se cría en solitario y también en grupos. 
De gran longevidad, la vida de este árbol varía entre los 500 y los 1200 años. 
De tronco recto, no ramifica hasta sobrepasar a sus vecinos y es en esa alta copa donde florece y fructifica. 
Su hábitat natural son las selvas de Brasil, Perú, Bolivia, Colombia y sur de Venezuela. 
Al igual que sucede con la vainilla, las flores del árbol de la "castaña de Brasil" son orquídeas que solo una especie de abeja autóctona pueden fecundar. 
El cáliz, dividido en dos receptáculos incomunicados, hace imposible su polinización natural puesto que el estigma está cerrado y el polen no puede penetrar. 
La orquídea Coryanthes Vasquecii (su flor) produce un intenso olor que atrae a las abejas macho, que a su vez lo usan para seducir a las hembras y poder acoplarse. Es entonces cuando los machos de este tipo de abeja perforan el receptáculo de la pequeña flor y el polen puede llegar al interior quedando polinizada. 

La naturaleza es sabia y siempre tiene solución para todo. Cuando no hay solución no hay existencia, así de simple. En este caso la simbiosis entre el árbol de la castaña y la propia existencia de este tipo de abejas es absoluta. Siendo como es, el fruto de la castaña de Brasil, la única forma de multiplicación de esta variedad vegetal, queda claro que dicha especie no existiría sin las abejas que lo polinizan, ni tampoco ellas podrían existir sin el néctar de sus flores siendo como es la única forma de que se unan entre ellas. Una vez más se repite lo del huevo y la gallina. ¿Qué nacería antes, el castaño de Brasil o la abeja polinizadora?. Uno más de los misterios de la vida. Polinizadas por la abeja Euglossinae la flor da paso a un fruto que tarda 14 meses en madurar... El resultado es un fruto ovalado de unos 15 cm. de diámetro y entre 1 y 2 Kg. de peso que, al madurar cae al suelo y que contiene las que conocemos como nuez de Brasil . 

El exterior del fruto es una cáscara leñosa de un centímetro de espesor y en su interior de 10 a 25 semillas triangulares, semejantes a gajos de mandarina con fina cubierta leñosa y dentro de ella una especie de almendra de excelente sabor. Un árbol en plenitud produce unos 300/400 frutos, que se convierten en 6000/8000 almendras.  Las nueces de Brasil son de gusto delicado y muy nutritivas, aunque no pueden consumirse en cantidad debido a que pueden acarrear serios problemas de salud puesto que se trata del producto natural más radiactivo del planeta. La acumulación de ratio y bario que este vegetal toma del suelo y lo concentra en sus frutos, lo hace altamente peligroso. Cien gramos contienen más de 30 veces la dosis de selenio diaria recomendada para una persona adulta. Mil veces la de cualquier otro fruto. A largo plazo la acumulación de radio en los huesos puede ser muy perjudicial. Conocedores de este hecho, sus recolectores la usan muy poco como alimento y si para fabricar jabón, por su alto contenido en aceite.

Los monos capuchinos han aprendido a abrir sus frutos con piedras. También los roedores agutíes penetran por el pequeño agujero que el fruto tiene en su base y comen parte de las almendras más próximas enterrando el resto del fruto bajo la tierra, como reserva para tiempos difíciles, lo cual provoca la germinación y nacimiento de árboles nuevos. La práctica totalidad de los árboles existentes se consideran "sembrados" por los agutíes. Que posteriormente puedan o no llegar a desarrollarse plenamente, depende ya del espacio que tengan y de la luz solar que pueda llegar a estas plantas nuevas. Lo que si está garantizada es la inmediata sustitución cuando un árbol grande muere de viejo o cae por alguna otra causa. El más vigoroso de los retoños que hay a su alrededor sube a marchas forzadas ocupando en poco tiempo el claro que el desaparecido ha dejado en la cubierta selvática.

El 70% de la almendra de este árbol es aceite. 
Dicho aceite, uno de los más finos del mundo vegetal, se utiliza para la lubricación de relojes y para fabricar las más sutiles pinturas para los artistas del lienzo. 
También se utilizan en medicina para la fabricación de diuréticos y uso tópico en afecciones del oído. 
La industria cosmética no es ajena a las excelencias de este fruto y fabrica jabones de propiedades especiales para pieles enfermas o delicadas. 
De excelente sabor, en cantidades moderadas también acompaña a otros tipos de frutos secos como aperitivo, tostado y salado. Ya que la recolección de los frutos es siempre en árboles silvestres, se considera una forma de generar ingresos selváticos sin destruir el medio. 

Cacahuete, almendra, anacardo, nuez Brasil y avellana.
De todas formas los miles de recolectores que recorren el bosque buscando este fruto, están afectando ya a la población animal del entorno y concretamente a las diferentes especies de monos que lo han consumido hasta ahora. 
Durante miles de años el fruto de este árbol no tenía otro aprovechamiento que el alimento de animales salvajes o domésticos, en el caso de encontrarse cerca del hábitat humano. Hoy gran parte de la selva está plagada de sendas que enlazan las diferentes zonas donde habita esta variedad arbórea.
La recolección masiva de los frutos acabará con la "siembra" del agutí y consiguiente nacimiento de nuevos árboles. Está claro que son muchas las cosas perfectas en cantidad moderada pero que, cuando se desmadran, son perjudiciales y arrasan el medio. Y es que para el ser humano el color gris no existe. O no llegamos o nos pasamos. 

RAFAEL FABREGAT

2 comentarios:

  1. Excelente artículo, que si no fuese porque no creo en casualidades sino en coincidencias significativas, diría que tarde lo he leído. Amo a las plantas y en especial los árboles. Te comparto un poema de Rumi que dice sobre éllos..."Los árboles son poemas que la Tierra le escribe al Cielo". Espero que te guste.

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  2. Decir gracias a una persona anónima es decirlo a la lluvia o al viento pero, aún así, gracias por el comentario. En cuanto al poema no hay enlace para llegar a él.

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