20 de enero de 2012

0589- TODO LO MEJOR ES GRATUITO.

La mayor desgracia del ser humano es no darnos cuenta de esa realidad: Todo lo mejor es gratuito.
Apreciamos al amigo cuando se va y la salud cuando la perdemos. 
Mientras no te duele nada, no te das cuenta de lo difícil que es disfrutar del bienestar que supone el hecho extraordinario de que todas nuestras "piezas" funcionen perfectamente. 
Ocurre lo mismo con el coche o cualquier otra máquina... 
¡Son tantos los mecanismos que tienen, que funcionar bien, para que la unidad de todas ellas -llámese coche o salud- vaya perfectamente, es casi un milagro...!

Nada tan simple para cualquier ser viviente, como el dormir a pierna suelta tras un día de trabajo. 
Sin embargo, aún siendo una de las funciones más normales y comunes de cualquier ser vivo, no todos pueden dormir bien. 
Cualquier trastorno nervioso o estado de ansiedad impide que puedas descansar, siendo como es el descanso una de las funciones más necesarias para mantener la salud en buen estado. 
Sin embargo, quien haya dormido perfectamente toda su vida no sabe ni comprende que haya otros que para conseguirlo tengan que tomarse pastillas. 
Pues, en fin, ocurre con eso como con todo lo demás. 
Dormir es aparentemente fácil y gratuito sí, pero solo para quienes gozan de buena salud y no tienen quebraderos de cabeza. Otro apartado que se refleja en la viñeta inicial de esta entrada es la familia. 

Pocas cosas son, o podrían ser, tan satisfactorias para el ser humano como la familia. 
Siempre naturalmente, que todos fuéramos como deberíamos de ser. Porque familia somos todos y no somos nadie. 
Las familias se rompen o se ignoran siempre por las mismas razones: el egoísmo y las envidias. En toda relación familiar donde priven las envidias y el egoísmo, los lazos de sangre no solo dejan de atarnos, sino que disgregan con fuerza multiplicada. La envidia y los odios familiares siempre superan con creces aquellos que puedas tener a un extraño que nada te importa. Hasta las familias aparentemente más unidas sufren esta problemática que impide que el amor familiar quede unido para siempre. 
Si hay suerte, suele durar lo que dura el paraguas paternal, después cada cual sigue su camino. Demasiadas veces, ni siquiera eso.

Con los amigos sucede lo mismo, o todavía peor. Claro que personalmente me gusta llamar a las cosas por su nombre y yo no llamo amigos a mis "compañeros" de fiestas y saraos. A mi entender amigo es otra cosa bien distinta y superior, que no creo haber disfrutado nunca. Será porque no la merezco. La experiencia me ha demostrado que los "amigos" desaparecen rápidamente ante el árbol caído, aunque la caída se haya producido mediante una motosierra y no por problemática alguna del árbol de que se trate. Es entonces cuando un buen amigo, si los hubiera, te puede dar un abrazo, tenderte una mano que te ayude a levantarte, o simplemente escuchar tus lamentos. Decididamente y siempre desde mi punto de vista, los amigos no existen. ¡Pero hay que mantener la ilusión...!

Para finalizar señalo otra cosa, la más placentera, que también es gratuita: EL AMOR, así, ¡en mayúsculas!. 
Con el amor se ríe, se abraza, se besa, se crea una familia, se descargan las emociones positivas y también las negativas.
El amor nos hace mejores, nos ayuda a escuchar y a comprender a la pareja y nos hace generosos, desprendidos. ¡Todo lo mío es tuyo!.
Esa misma generosidad, aplicada a todo nuestro entorno de amigos, vecinos y mundo en general, sería la panacea que todos perseguimos pero a la que nadie aporta su granito de arena. Una utopía al fin y al cabo. 
El amor queda pues para la pareja joven, enamorada. Un oasis en el desierto de la vida, cuya duración nadie conoce. 
Solo sabemos que el mundo actual, de prisas y presiones de toda índole, lo hace más frágil y vulnerable. 
Un elevadísimo porcentaje de parejas, aparentemente enamoradas inicialmente, rompe la relación antes de cumplir su primer año; otros duran más, pero pocos son los que permanecen unidos toda su vida.

Para empezar, una encuesta nos dice que solo un 45% quieren casarse. Enfocándolo desde otra perspectiva, el 65% opinan que lo del matrimonio es algo obsoleto y prefieren vivir solos o en pareja, pero siempre sin ataduras. Otra encuesta nos dice que solo el 25% cree en el amor verdadero. Y que nadie piense que en esta opinión son mayoría las féminas, ya que el motivo de que hayan cada día más solteros es justamente porque cada vez hay más mujeres que trabajan y que no quieren atarse a ningún hombre de por vida. El problema añadido son los hijos nacidos de tales progenitores. Traumatizados, malcriados y con problemas emocionales que les impedirán formar el día de mañana una familia sólida y formal, puesto que en su niñez solo habrán conocido malos ejemplos de egoísmo y vacío familiar.
Lamentablemente, caminamos hacia el abismo...

RAFAEL FABREGAT

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