30 de noviembre de 2011

0554- EL EURO, AL ROJO VIVO.

REEDICIÓN.
Europa y la zona euro no es, como los más inocentes podíamos pensar, un mismo árbol con troncos diferentes, pero de cosecha similar. 
Que fuera una sola cosa es lo que queríamos, pero otra muy distinta es lo que somos en realidad. 
El potencial económico de la unificación, que tanto se pregonó en su día, a las primeras de cambio ha resultado ser un fiasco; un saco de patatas de muchas variedades y procedencias donde las hay de todos los tamaños y colores. La unión que tanto ilusionaba y que tanta fuerza pensábamos que le daría al conjunto, está quedándose en agua de borrajas. 
Como en cualquier familia (desunida) está el que manda, el que obedece a medias y el que va a su aire. Es muy fácil crear sociedades en momentos boyantes pero, es en los momentos de dificultad cuando se demuestra la efectividad y el verdadero interés de formar parte de una sociedad plural.


Cuando se creó la Unión Europea, el Mercado Común y la Moneda Única ya sabíamos todos que cada país tenía un potencial económico diferente y que solo la unión democrática de todas las fuerzas podía dar un resultado positivo al conjunto. 

Mientras las economías nadaron en la abundancia todo fue sobre ruedas pero, ante la debacle de muchos, unos países flotan mientras otros se hunden en el fango y esas diferencias abismales son justamente lo que se pretendía evitar por parte de los menos favorecidos.
Ante tales situaciones viene la segunda parte de que, quien está en mejor situación, influye en la decisión de cómo debe comportarse el resto de los socios, dejando a los débiles a la deriva. 
Eso, señores, no es una Unión. 
Justamente en la dificultad es cuando la sociedad se tiene que mostrar consensuada y efectiva. 
Es en los momentos difíciles cuando esa unión tiene que demostrar la capacidad de mantener el barco a flote y en la dirección correcta. 
Desgraciadamente la Unión Europea, que muchos empezamos a dudar que sea tal, tiene un capitán (Alemania) y unos países de primera, otros de segunda y algunos farolillos rojos cuya opinión nadie tiene en cuenta. 
Aunque en el momento de la creación de la UE se mirara con envidia a los EEUU, no es con estas políticas como los Estados Unidos se hicieron los "dueños" del mundo. Independencia de los diferentes Estados sí, pero tiene que haber caminos comunes que deberíamos recorrer conjuntamente. ¿Para qué se reúnen si no, los representantes de los diferentes gobiernos de la Unión Europea?. Caminos comunes, resultados comunes... 
Todos estamos convencidos de las ventajas de esa unión, pero tiene que ser una unión de verdad y no de medias tintas, como hasta ahora. Para seguir estando solos, ya estábamos bien como estábamos.

Trabajando todos en la misma dirección podríamos hacer grandes cosas y, sobre todo, codearnos con los grandes. Sin embargo, con medias tintas mediocres resultados. Ya sé que esa actitud de asumir dificultades es de difícil admisión para los grandes, pero también son ellos quienes más se benefician de la fuerza del conjunto. Alemania será la primera en todo, nadie lo pone en duda, pero las decisiones de la Unión Europea debe adoptarlas el parlamento y no solo uno de sus miembros, por muy importante que éste sea. Como en cualquier sociedad, son los votos de la totalidad de los miembros quienes deben propiciar las decisiones finales. Lo del derecho a veto, dice muy poco de una sociedad que se dice democrática. La cancillera alemana Angela Merkel será sin duda muy importante, pero no creo que debiera decidir unilateralmente lo que se hace o no se hace en Europa. De otro modo esto no es una Unión, sino una oligarquía.

En defensa de la citada señora Merkel, del señor Sarkozy y de cuantos lideran en este momento Europa, tan solo quiero añadir que éstos hacen y deshacen lo que consideran oportuno porque los líderes de los demás gobiernos, en su debilidad, les dejan hacer. 
Eso sin contar que, de la debilidad de sus "socios", ellos son los principales beneficiados. 
Ya se sabe que dinero llama a dinero y en tiempos de crisis más todavía, pero...

Si el resto de gobernantes de la Unión Europea dieran un puñetazo sobre la mesa, recordándoles que están dentro de una Unión cuyos intereses deben defenderse de forma conjunta o se rompe la baraja, puede que dejaran a un lado su exceso de protagonismo y ansia de poder. 
Sin embargo, ya se sabe... 
En toda sociedad hay clases y unos pintan mucho, otros poco y otros nada. 
Y así nos va... ¡A los que no pintamos nada!

RAFAEL FABREGAT

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