13 de octubre de 2011

0512- EL ESCARABAJO SAGRADO.

Con una antigüedad no inferior a los 4.500 años, los egipcios, viendo el metódico trabajo de los escarabajos peloteros en su afán de convertir el estiércol en la mullida despensa de sus futuros retoños, creyeron que dicho insecto era el más fiel representante del renacer de la vida y lo convirtieron en uno de sus principales dioses: JEPER.
Los escarabajos empujan la pequeña bola hasta su madriguera orientada hacia el sol naciente y en el interior de la misma depositan sus huevecillos que, bajo la protección del estiércol y el calor del astro rey, son incubados dando paso a la nueva generación. Ninguna otra divinidad era de mayor importancia para los egipcios, salvo el propio sol (Ra) al que Jeper iba unido.

Tan abundante en aquellas tierras, los egipcios vieron en el escarabajo sagrado al dios que durante el día hacía rodar al sol por el firmamento hasta su puesta. Para los egipcios se trataba de un amuleto de gran poder, que tallaban en cualquier tipo de piedra o metal, según la categoría del portador. Normalmente eran pequeños y solían estar agujereados, formando parte de pulseras y collares, aunque también se hacían grandes esculturas. Se suponía que, por la noche, el escarabajo empujaba al sol por el mundo subterráneo hasta hacerlo salir a la mañana siguiente por el este.

Thutmosis III, faraón de la dinastía XVIII, fue el primero en usarlo como sello real. Su representación como dios Jepri es un hombre con cabeza de escarabajo pelotero sentado en el trono y así se encontró en la tumba de la reina Nefertary, esposa de Ramsés II, en el valle de las reinas. En tamaño bastante mayor a lo habitual, lo utilizaban algunos faraones como regalo entre cortesanos y forma de divulgar sus triunfos en la caza y en la guerra. Amenhotep III los utilizó masivamente, narrando sus éxitos de caza y hasta de la llegada a palacio de la princesa Kilughepa y de 317 bellas mujeres para su harén real.

Las continuas excavaciones realizadas en Egipto, muestran escarabajos realizados en toda clase de materiales desde la VI dinastía. (2350-2190 a.C.)
Antiguamente se creía que el escarabajo era de género exclusivamente masculino y que se reproducía depositando el semen en el centro de la bola de estiércol, multiplicándose de la nada como el dios Jepri. Plutarco escribió: Los escarabajos no tienen hembra, por lo que los machos expulsan su esperma dentro de una pelotilla que ruedan por el lado opuesto, al igual que el sol regresa a los cielos por la dirección opuesta a su propio curso.

Tumba KV6, en el Valle de los Reyes.
Para los ritos funerarios los escarabajos solían ser de piedra verde, normalmente esteatita vidriada, y medían entre 5 y 11 cm. aproximadamente. En el momento de la momificación, el escarabajo o dios Jepri se depositaba sobre el difunto, exactamente sobre el lugar que ocupaba el corazón a fin de evitar que éste declarase en contra del muerto en el juicio de Osiris. A tal efecto, los dioses ponían en uno de los platillos de la balanza de Maat una pluma y en la otra el corazón espiritual (Ib) del difunto, habiendo de inclinarse la balanza del lado de la pluma para poder garantizar la inmortalidad. Los dioses preguntaban al muerto sobre su vida pasada y según la respuesta el Ib aumentaba de peso o disminuía. Al final del juicio Osiris dictaba sentencia.

Cuatro o cinco milenios después, el escarabajo sigue siendo un amuleto muy popular gracias a los milagros del turismo. Las gentes modernas confieren gran interés y popularidad al arte y creencias del antiguo Egipto. Nadie regresa a su país sin varios ejemplares de escarabajo, como recuerdo del viaje y regalo a parientes y amigos. En una gran piedra del templo de Karnak figura un escarabajo en representación del dios Jepri, que ha tenido que ser protegido de los turistas ante la supersticiosa creencia de que frontando con sus manos la base de la estatua se conseguía suerte permanente. Ahora esta práctica, que estaba desgastando la piedra, ha sido sustituida por dar tres vueltas alrededor del monumento lo cual hace que se forme de manera permanente bastante cola en el mismo.
Realmente, ¿la humanidad está tan adelantada como se piensa...?
Visto lo visto, ¡yo diría que no...!

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