22 de septiembre de 2011

0497- SATELITES SIN CONTROL, ¡NO GRACIAS!.

A esto, señores, no hay derecho.
Quien no sea capaz de controlar lo que lanza al espacio que no lo lance y si, por negligencia o accidente ocurre lo inesperado, que responda ampliamente de las consecuencias que de ello se deriven. 
Todos sabemos que el espacio está llenándose de basura y nadie está tomando decisión alguna al respecto. Porque el cielo es de nadie o de todos, o porque quienes podrían frenar el problema son justamente quienes más ensucian.
Está claro que, a la larga, esto va a traer graves consecuencias. Sin embargo, repito, quienes podrían frenar el descontrol son justamente quienes más basura depositan en un lugar tan inmenso, que se presupone que apenas nos puede afectar. Claro que, a la larga, si que afectará y mucho.
Nuestros mares también son inmensos pero, cuando lo que se lanza en ellos es poco menos que indestructible, poco a poco se llenan de basura hasta el punto de afectar a las condiciones naturales que lo formaron. Igual ocurrirá con el espacio, que es el de todos. Primero seguridad y responsabilidad.

Si esa mierda que nos amenaza -se dice que del tamaño de un autobús y más de 8 toneladas de peso- impacta sobre la población o bienes materiales (aunque solo nos llegue un 10%) el causante de los daños que pague con creces su irresponsabilidad. 
En este caso pagar los daños causados no es suficiente, porque miles de personas están mirando al cielo temerosas de que pueda caerles encima y todos sabemos que eso puede ser una realidad. 
Ciertamente las probabilidades son menores, por la alta proporción de tierra-agua que tenemos en el planeta. Como siempre ocurre en estos casos, unos aventuran que caerá aquí y otros que lo hará allá, pero la NASA no quiere pronunciarse puesto que ellos saben que, hasta que el artefacto no entre en la atmósfera, no se puede precisar con exactitud la zona de impacto.

¿No es una irresponsabilidad semejante riesgo para la población?.
A una velocidad de 28.162 Km./hora, el satélite espacial se dirige hacia la Tierra sin que ya nada se pueda hacer al respecto. 
Más de ocho toneladas de chatarra, de las cuales solo 500/1000 Kg. impactarán contra el planeta, pero ¿donde?. ¿En qué cabeza cabe esta locura?. 
Si pudiera hacerse un referéndum mundial al respecto, veríamos si tantos adelantos merecen la pena para la humanidad en general que es, en definitiva, quien tendrá que pagar las consecuencias. ¿Dónde está la democracia de la que tanto presumen algunos?. 
Como tantas veces, como siempre, lo queremos todo y todo no se puede tener. La alta tecnología viaja vía satélite y eso tiene un riesgo que hay que asumir pero, ¿hasta donde?.
No cabe duda que situar un satélite en el espacio es un triunfo para la humanidad, que nos ha traído adelantos inimaginables unas décadas atrás, pero el mayor adelanto sería que ello no conllevara consecuencias negativas para el espacio y la propia humanidad. 

¿Se ha parado alguien a contabilizar el número de satélites y por lo tanto de toneladas de material, que están girando alrededor de nuestro planeta, con el consiguiente riesgo de caída en un futuro más o menos lejano?. ¿Por qué no se manifiestan contra eso los defensores de la eliminación del "parany" como forma de caza del tordo, o zorzal?. Yo, que no soy cazador, lo considero de mayor riesgo ecológico y de más interés para la humanidad. Por cierto, ¡cuanto tiempo tienen esta gente para tanto disfraz...!. Se ve que lo importante no son los pájaros, sino la fiesta que algunos "pájaros" montan alrededor de este asunto. En fin, perdón por el paréntesis y volvamos al tema que nos ocupa en el día de hoy, de todo punto más importante para la mayor parte de la humanidad.

Aquí de lo que se trata, por ser de interés general, es que se controle totalmente el riesgo de todo aquello que se sitúa en el espacio. Viajes de ida y vuelta los que hagan falta. Pero no solo como forma de turismo, si llega el caso, sino como obligado mantenimiento de todo aquello que allí se deposite. 
Y quien no pueda pagar ese mantenimiento, que no lance aparato alguno. Antes de la comodidad de cuatro, está la seguridad de cuatro mil...

RAFAEL FABREGAT

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