19 de septiembre de 2011

0494- MICROCRÉDITOS VERGONZOSOS.

La idea de los microcréditos era buena y aplaudida en todo el mundo. Por primera vez los pobres podían acceder a un pequeño crédito, que les permitía adquirir la semilla para sembrar un campo o iniciar una actividad comercial, a fin de recorrer el camino de la vida en unas condiciones dignas. Esta parcela crediticia, dirigida a los más desfavorecidos de la clase baja y sin el más mínimo interés para la banca tradicional, quedaba ahora cubierta gracias a Muhammad Yunus, personaje que instauró el sistema de microcréditos, labor por la que se le concedió en 1.998 el premio Príncipe de Asturias de la Concordia y en el año 2.006 el premio Novel de la Paz. Pero hagamos un poco de historia...

En 1.976 Muhammad Yunus, licenciado en Economía por la Universidad de Vanderbilt, presentó una tesis doctoral a la Universidad de Chittagong. La tesis por la que obtuvo el doctorado de Economía se basó en los resultados de la puesta en marcha de una serie de "microcréditos" que Yunus concedió, a título personal, a una serie de familias pobres a consecuencia de la "hambruna de 1.974". El doctorado solo fue el primero de los éxitos que tan genial idea le proporcionaría.Vista la gran acogida que tuvo la idea, ese mismo año fundó el Banco Yunus, en Jobra (Bangladés). Específicamente y sobre el papel era un banco social, dedicado a la concesión de microcréditos.

Para hacerlo viable, Yunus buscó la ayuda estatal y aceptó también depósitos, a la vez que asesoraba y dirigía algunas compañías privadas. Siete años después (1.983) y con el nombre de Banco Grameen la actividad comercial se privatizaba. Firmemente apoyado por el gobierno, Yunus iniciaba una carrera imparable que en tres décadas (2.006) alcanzó la cifra de 2.200 oficinas y 19.000 empleados. Hoy (2.011) son 24.000 empleados y 8 millones de clientes. Ya con el premio Príncipe de Asturias en su haber, ese mismo año se le concede a Muhammad Yunus el premio Novel de la Paz, por su larga trayectoria en favor de los más necesitados. Tan prestigioso premio sería la culminación de una carrera cuyo final nadie podía prever...

Retrocedemos en el tiempo para decir que la actividad principal se basaba en otorgar microcréditos especialmente a mujeres (96%) por ser quienes proporcionan una tasa más baja de morosos. El 98,85% de los créditos son devueltos sin problema alguno. A fecha de 2.006 el total de créditos concedidos era de 4.560 millones de euros. Todo en ese Banco tenía un funcionamiento peculiar; tanto es así que -de cara a la galería- los propietarios del banco eran los propios receptores de los créditos (94%) siendo el 6% restante del propio gobierno de Bangladés. Estas cifras han cambiado y parece ser que actualmente el gobierno es dueño del 25%.

De todas formas, por lo visto, la trama estaba tan bien organizada que Yunus no tenía acciones, ni riesgo, ni responsabilidad alguna sobre el citado Banco. Al parecer nuestro personaje solo se encargaba de dirigirlo, de cobrar el sueldo de gerente y de desviar lo que consideraba prudente. Careciendo los prestatarios de propiedades que sirvieran de aval, el banco basaba su viabilidad en no otorgar los créditos de forma individual, sino a grupos de cinco personas o familias. Cada uno de ellos recibe la cantidad otorgada por el banco, pero es el grupo el que responde del cumplimiento de todos sus miembros. En el caso de que uno no cumpla con sus obligaciones, es todo el grupo el que queda manchado y nunca más puede pedir un nuevo crédito.

Sin embargo las cosas bonitas no son propias de este mundo de penurias y parece ser que la práctica era mucho más perversa de lo que aparentaban los papeles. La facilidad de la concesión de créditos a familias tan extremadamente pobres y las obligaciones contraídas por grupos, a la vez que garantizaba los intereses y las devoluciones del préstamo al banco, hacía que miles de familias quedasen condenadas a no poder salir jamás de ese círculo de deuda perpetua. A fin de no perder los beneficios del Banco Social, cuando uno de los miembros no puede pagar la deuda, sus propios compañeros de grupo hacen frente a ese importe, actuando como prestamistas o verdugos del desafortunado. El desenlace es que pierde las escasas propiedades, o queda al servicio de los demás en una especie de moderna esclavitud.

Enterado el gobierno de Bangladés de esta realidad económica y social, su primer Ministro declaró que "No hay diferencia alguna entre un usurero como Yunus y la gente más corrupta". El caso no es para menos ya que -al parecer- el interés que cobraba el Banco Grameen era del 20%, lo que obligaba a muchos prestatarios a trabajar para el Banco de por vida. Las televisiones de todo el mundo hicieron pública esta realidad y criticaron a la Fundación que otorga el Premio Novel, especialmente por la ayuda económica que lo acompañaba. Actualmente son cientos los "bancos sociales" que trabajan el negocio del microcrédito.

Yunus no fue sin embargo el inventor de la idea de los microcréditos, sino quien la desarrolló por primera vez. Su inventor fue el pakistaní Akhter Hameed Khan. Más sabio y mejor persona, Hameed puso en marcha el desarrollo rural en Pakistán que le supuso el premio Magsaysay, de Filipinas y el doctorado honoris causa de la Universidad de Derecho Estatal de Michigan, en Estados Unidos. Al margen de esto, promovió un sinfín de iniciativas para el desarrollo comunitario y numerosos programas de autofinanciación y acceso a la vivienda para familias rurales o barrios periféricos de las grandes ciudades, que le valieron el reconocimiento internacional y los más altos honores del gobierno pakistaní. Hablaba siete idiomas y varios dialectos, por lo que escribió numerosos libros, algunos de ellos de viajes y de poemas. Murió el 9 de Octubre de 1.999 a la edad de 85 años. Mientras tanto...

El 5 de Abril de 2.011 el Tribunal Supremo de Bangladés ratifica la destitución de Muhammad Yunus como director del Banco Grameen, que él mismo fundó, por la cruenta realidad que se ha detectado detrás de los microcréditos que su banco ofrecía a los marginados. Un mundo subterráneo de penalidades y de abuso económico por su parte. Mientras Yunus amasaba una inmensa fortuna, sus prestatarios se hundían más y más en la miseria, quedando en multitud de ocasiones como deudores vitalicios o perdiendo lo poco que tenían. Los listos de tan alto nivel -afortunadamente- escasean, pero a la vista está que, además de llevarse el dinero de los más desfavorecidos, pueden llevarse también premios tan prestigiosos como el Príncipe de Asturias a la Concordia (1998) y hasta incluso el Novel de la Paz (2.006). Parece ser que, a la hora de conceder ambos premios, sus asesores no afinan demasiado ya que, a finales de 2.009, en un documental danés Yunus fue acusado de desviar 65 millones de euros del banco. Según sus amigos fue víctima de un juego político...(!)

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