27 de junio de 2011

0403- LO QUE INTERESA... ¡NO ES EL TRABAJO!

REEDICIÓN.

No queremos dictaduras, no. 
Con una tuvimos más que suficiente, pero está claro que la democracia tampoco es la panacea y no lo es porque hay demasiados "listos", aunque lo correcto sería decir holgazanes. De la libertad que la democracia otorga, siempre son los golfos quienes más se aprovechan. Más de cuatro décadas han hecho falta para abrirnos los ojos a los soñadores, a los ilusos, que por desconocimiento no habíamos previsto tal eventualidad. 
La "Ley de vagos y maleantes" implantada por el dictador Franco, no dejaba resquicio para que esto ocurriera y hoy se hace patente que la eliminación forzosa de tales comportamientos no fue tan descabellada. Dictadura no, pero control de quienes bombardean la democracia, sí. Ahora ya está claro que España no formará nunca parte de Europa y no lo hará porque como ya decía un slogan turístico de los años 60, "España es diferente" y lo es porque hay demasiada gente que no sabe vivir con esa libertad bien entendida que la Democracia otorga. Jamás se ha dicho de nuestro país una verdad más grande, como la de que no somos como los demás. 

En Europa estamos geográficamente, eso está claro, pero nada más. Ni siquiera lo estamos políticamente porque nuestro gobierno carece del peso suficiente y, demasiadas veces, es la burla y el escarnio de los demás. Por no saber no saben ni defender los intereses más elementales, como es obligar a que paguen el daño causado quienes divulgaron que las hortalizas españolas eran las causantes de los muertos ocurridos en Alemania. ¿Donde están las compensaciones por el daño material y donde la información que indique claramente y a nivel mundial, que eran justamente los productos de los acusadores los mortalmente peligrosos?. Pero hay muchas más cosas... Una vez más la realidad supera la ficción y si, desde siempre, quien trabaja tiene que dar de comer a los golfos de turno, hoy esto está más presente que nunca. 

El gobierno de sinvergüenzas que actualmente sufrimos los españoles ya no sabe que inventar para sacar el dinero que no tiene. 
No es que haya dejado de tenerlo por aliviar los impuestos de quienes trabajan, no. Ha dejado de tenerlo porque lo ha regalado a manos llenas a quienes no trabajan, lo cual me parece muy bien cuando quien no lo hace es porque no puede hacerlo. Aquí el problema gravísimo es la gran cantidad de gente que, pudiendo trabajar, no quiere hacerlo porque sin trabajar cobra lo mismo que sin dar golpe y algunas veces incluso mucho más, puesto que hay quien cobra y hace chapuzas sin factura duplicando sus ingresos. Ese si que es un problema doblemente grave, pero quienes manejan el dinero de todos los españoles creen que regalarlo es la mejor fórmula (para asegurarse el sillón) y así nos va. 

Desde luego para crear pillos y holgazanes sí que saben cual es la mejor fórmula. 
Cuatro imbéciles sin remisión pensábamos que con la crisis del ladrillo y todo lo que eso arrastra consigo, se volvería a trabajar la tierra y las importaciones de muchos de los productos que actualmente vienen de fuera se cultivarían aquí con el consiguiente ahorro de divisas. Sí, sí, en eso está pensando el personal... ¡En ir al campo, con el calor que hace!. Yo ya sé, porque es lo natural, que la mayoría de mis lectores son gente joven y es probable que algunas de las cosas que digo a muchos no les agraden, pero yo he dicho toda mi vida lo que pienso y no voy a cambiar ahora. ¡Allá cada cual con sus ideas!, pero que quede clara una cosa... Yo he luchado toda mi vida para ser autosuficiente y no necesitar jamás la caridad de nadie. Espero que se comprenda que mi lucha actual es y será la de que nadie me quite ni un solo céntimo de lo que tanto me ha costado ganar. 

En cuanto al tema de los "okupas callejeros"
(indignados, se llaman a sí mismos) yo entiendo que haya una juventud disconforme con la realidad actual, que sin duda alguna es difícil para aquellos jóvenes que teniendo ilusiones y planes de futuro no puedan llevarlos a la práctica. Pero yo miro con atención a esos jóvenes que actualmente viven acampados en las plazas de todas nuestras ciudades y veo con tristeza que, la mayor parte de esos ocupantes de zonas urbanas, nada tienen que ver con esos jóvenes emprendedores de los que he hablado anteriormente. No digo yo que no haya ninguno, porque tampoco quiero cerrar la puerta a la esperanza, pero lo que mayoritariamente he visto son jóvenes que piden a la sociedad derechos, sobre lo que ellos jamás piensan aportar. 

Y lo que es peor aún... También he visto algunos mayores (anarquistas) que, aprovechándose de la bisoñez de los jóvenes, se meten entre sus filas para arrimar el ascua a su sardina... 
Yo tengo en este momento no una, sino dos casas. Ni en la una ni en la otra ha entrado ninguna excavadora. Las dos han sido construídas sobre cimientos excavados con azada y sacada la tierra y las piedras con mis manos y las de mi mujer. Tampoco se han rellenado esos mismos cimientos con cubas de hormigón, sino que cada caldereta de cemento allí depositada ha sido preparada a mano por nosotros. ¡Y no somos albañiles, no!. ¿Como voy yo a concebir, que alguien tenga derecho a una casa gratuita y más aún, que esa casa pueda ser una de las que (en teoría) a mí me sobra?. Yo para energúmenos con tales ideas solo tengo adjetivos que hablan de comunismo y anarquía. Algo ya probado en el mundo y que se ha demostrado inviable para el progreso y la evolución de los países y de las personas. En fin, dejemos el tema y hablemos de amor... ¡porque se me calientan los cascos!.

Ahora, ¡lo que faltaba...! 
Se aman porque son iguales, o porque uno es imbécil.
- ¡Te quiero! -dice uno.
- ¡Y yo más! -responde el otro.
Ahora el gobierno actual, atajo de irresponsables que no saben ni donde tienen la mano derecha, como se han quedado sin fondos, quieren rematar a la gallina de los huevos de oro (que son los cuatro gatos que trabajamos) ametrallándonos a impuestos, para posteriormente gastárselo todo en cohetes. Afortunadamente les quedan cuatro telediarios y no vale la pena calentarnos la cabeza pero, si la cosa no cambia, cambiaremos nosotros nuestras cartas y veremos como siguen la partida. Porque para ser golfos no hace falta estudiar y aunque muchas veces lo parezcamos, imbéciles del todo no somos y veremos quien ríe el último.
- ¡Como voy a echarte de menos, José Luís! -dice Rubalcaba compungido.
Hombre y tanto... ¿A quien cargarás las culpas, cuando el muñeco de paja no esté?. En fin, vuelvo a lo mío... Quienes hayan tenido una vida solo dedicada al trabajo y a la familia, estoy seguro que me comprenden perfectamente. 

Los que hayan elegido otra opción allá ellos, pero a mí que nadie me pida que comparta el fruto de tanto sudor acumulado. Ni yo ni nadie que tenga más de una casa, piensa regalarla a ningún holgazán, muy especialmente aquellos que la hemos construído con nuestras propias manos. Los que hayan realizado algo parecido, sean jóvenes o viejos, veremos si son capaces de comprender a los golfos que piden, como un derecho constitucional, que les regalen casa y les den sueldo, que no trabajo. Porque aquí, por lo visto, de lo que se trata es de tener unos ingresos asegurados ya que trabajo, no es lo que esa gente pide. T
ranquilos que un servidor no piensa presentarse de candidato a presidente del gobierno, ni a concejal de pueblo pequeño. Mi programa carecería de interés, puesto que justamente consistiría en garantizar trabajo y sueldo para todos pero, ya que tener esa garantía no es lo que demanda la población, lo dejamos pues en las manos del Señor. ¡Del señor que quiera presentar otras propuestas, quiero decir...!

RAFAEL FABREGAT

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