11 de mayo de 2011

0355- OTRA MAS DE RELIGION...

Antes de iniciar esta entrada quiero pedir disculpas a los creyentes de las diferentes religiones que pueblan el planeta. 
Yo, siempre dudando de todo y de todos creo en Dios, pero el mío no es Jesús, ni Alá, ni Buda, etc. El mío es un dios especial que ampara a todos los mortales, sea cual sea su religión, e incluso a aquellos que en nada creen. Un dios que es todo amor y en su infinita misericordia todo lo perdona. Solo a un ser tan especial se le puede llamar Dios, creador del universo y de todo cuanto éste contiene.
Sin embargo dudo y mucho de que haya una segunda oportunidad para nosotros. Imagino que la vida es única e irrepetible. De todas formas y aún en el caso de que el dios que algunas religiones pregonan existiera, que nadie se asuste ni alarme por algún pequeño pecadillo que haya podido cometer en esta vida miserable que nos ha tocado vivir ya que Él, en su ilimitada bondad, no hará distinción alguna y a todos nos acogerá bajo su divina protección. Interminable es la lista de las diferentes religiones que existen en nuestro planeta. 

Las enfermedades y las innumerables penas que han azotado desde siempre a la humanidad, así como el miedo a la muerte y al más allá, han hecho florecer religiones desde el inicio de nuestra especie y embusteros que las pregonan. 
Creemos que los animales (mejor para ellos) están dispensados de este dolor adicional con el que nuestro raciocinio nos castiga.
EINSTEIN.- "Si me pregunto qué es la religión no consigo encontrar una respuesta adecuada por lo tanto, para llegar a una conclusión válida, en lugar de preguntarme qué es la religión, me preguntaré quienes son las personas religiosas y cuales son sus aspiraciones"... Y comportamiento -le faltó decir a Einstein- porque el comportamiento de los sacerdotes dice mucho, a favor o en contra, de la religión que éstos impartan. 

¿Qué miedo hemos de tener los fieles a un dios al que no temen quienes enseñan su doctrina?.
No sé que ocurrirá con los templos de las diferentes religiones que pueblan el planeta, pero en lo referente a las iglesias cristianas todos sabemos que están más vacías cada día que pasa. Imagino que una explicación, entre otras muchas, es que el comportamiento de algunos sacerdotes no es la más acorde con los mandamientos que esta religión obliga a cumplir. Con tales actitudes, ¿hemos de acudir los fieles a escuchar la palabra de personajes tan poco respetuosos con la religión que ellos mismos imparten?. Cada uno tendrá su conclusión personal, la mía es que la religión es un invento de los listos para tener controlados a los tontos. 

Controlados y laborando, claro está. De todas formas a las personas que, como yo, nos atrae mirar de vez en cuando hacia el cielo, tenemos claro que algo tiene que haber. 
Los sabios dicen que todo es naturaleza, parte de un universo del que que, justamente por carecer de límites, nadie sabe nada.
Me pregunto yo, en mi ignorancia, si indagar en los confines del Universo servirá para acercarse a Dios o, por el contrario, dejarlo todo en manos de la materia.
Hace 8.000 años una de las estrellas de nuestra Vía Láctea explotó, como a lo largo del Universo explotan diariamente muchas de ellas, convirtiéndose en una supernova. 
Seguramente los humanos de entonces mirarían asombrados la fulgurante luz que por un instante se vería en el cielo, unas 150 veces más de lo normal.
Como si de un cohete festivo se tratara la explosión y la destelleante luz viene de la expansión de los gases y de la materia de la que está compuesta la estrella en cuestión. Hasta ahí todo normal y entendible. Lo también normal, pero que escapa a nuestra comprensión por su grandiosidad, es que a día de hoy 8.000 años después, toda esta materia sigue expandiéndose todavía como si la explosión hubiera tenido lugar ayer mismo. 

Difícil pues calibrar la potencia de la misma. 
Es ante la grandiosidad del Universo y de sus fenómenos, cuando observamos nuestra pequeñez. Por mucha que sea la sabiduría de nuestros astrónomos y lo adelantado de los aparatos de toda índole que escudriñan el cielo, a nivel global de lo que puede ser el Universo, apenas hay diferencia entre lo que sabe el más inepto de los mortales y el más sabio de nuestros astrofísicos. Unos y otros solo saben...QUE-NO-SABEN-NADA.

RAFAEL FABREGAT

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